La
hipocresía tiene cuernos
y rabo que le pisen
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¡Salud, Maestros! |
Pues
ya ve usted que las redes sociales pa’
lo que más sirven es pa’ el exhibicionismo, máxime pa’ quienes no han sido
nunca nadie, ni lo son aunque estén en un medio, sea o no pirata o auto creado desde donde opinan no
nada más como si supieran sino
creyéndose las máximas autoridades, aunque se tenga dudas si son leídos más
allá de su ámbito familiar, el caso es que desde que este medio cobro
importancia, jamás se había visto un usuario de esto que siquiera se refiriera
medianamente regular al toreo del Zotoluco, siempre lo he dicho, que la animadversión
que se le tiene a este torero se debe
básicamente al esnobismo, más que a otra cosa, además de que debe de arder como
hierro candente que un hombre que empezó vendiendo tortillas y que ahora vive
en un club de golf y que este deporte de élite lo juega como el mejor y que ahí,
más que admirado es respetado, que durante 33 años se haya mantenido como
torero y en los últimos años o décadas más aún lo haya sido el del escudo,
torero que junto con José Huerta y Mariano Ramos formo parte de los más
poderosos.
A
esos mercenarios de la estúpida discriminación morena, les quiero decir que el torero
más majo y que más hermosamente torea en el mundo la tarde del sábado 4 de
febrero, se guardó 7 minutos en el patio de cuadrillas para que Eulalio López
‘Zotoluco’ recibiera en hora buenas y no fuera opacado por su majestad ‘El Divo de Chiva’ quien por si fuese poco,
desde la elevada estatura de su inmensidad no solo se desmonteró sino que le
arrojo en una acción de respeto la montera a los pies del torero de Azcapotzalco,
a como lo quieran ver a ese torero hoy
lo recibieron en pleno ruedo con una bandera patria coronada con su nombre y
los despidieron con otro símbolo que lo son los mariachis.
Hoy
a esos hipócritas que más que sucumbir en las redes sociales y también en
varios medios fueron quienes se subieron
al carro y sacaron la melcocha lanzándosela
al torero con una familiaridad que provocaba vomito anteponiendo siempre el
puñetero ‘mi’ con el que ahora se refieren los que se sienten disque muy acá, a
esos les digo que ya su putrefacto hígado no se les seguirá reventando, aunque
si sigan exhalando putrefacción, pero ya no provocada por la palabra figura,
que a como sea, era el título o la
rúbrica que se le daba a este torero, se fue con el mismo toreo que siempre
ejerció, ni más fino, ni más rudo, se fue en forma auténtica a como siempre fue
y hasta en eso hay que valorarlo, lo que en cambio no paso con sus antis que lo
fueron a reventar en su última tarde y salieron con el rabo entre las piernas,
hoy el Zotoluco ya es historia, más lo
peor le viene al que supuestamente quieren hacerlo su heredero y que de aquí en
adelante tendrá que endurecer el peto de su piel porque los esnobistas no
pueden quedar hambrientos y si tienen que saciar sus fauces, esas que antes le
clavaban a un torero hoy en el retiro Eulalio López ‘Zotoluco’.
Este
fin de semana en la capital de la nueva Ciudad de México, como ha sido
costumbre en otros fines de semana se dieron dos corridas y en la primera la
primerísima figura del torero mundial y planetas adyacentes, Enrique Ponce
esculpió dos faenones más grandes y solidos que los pegasos del Palacio de las
Bellas Artes, poniendo con ello su apuesta sobre la mesa en la que golpeo desde
la primera instancia con un par de peludas que equivalían a todo el toro, que
en ese caso fueron del hierro de Fernando de la Mora.
Aunque
el maestro J. A. del Moral urgía sobre una crónica de ese impresionante faenón
que él vio océano de por medio y que así calificó lo plasmado por Enrique Ponce
ante un manso, sería imposible tratar de transcribirlo junto con otra, porque los terrenales podemos escribir de un
torero, pero no de un Dios del Olimpo, por lo que tan solo podríamos recomendar
los videos pa’ poder creer lo ahí ha acontecido.
Llegó
el domingo y ¡va que te va! un torero en ciernes y papel de abrir cartel o si
usted lo quiere ver como un confirmante, pues es su libre albedrío, el padrino
de esa ceremonia lo fue José Antonio Morante de la Puebla, que entre pincelazos
de oleo pinto una de esas obras pa’ la Sixtina que hasta los no creyente se
arrodillaron en alabanzas que siempre serán ínfimas pa’ el tamaño de la obra
inmensa, que el juez tuvo que alabarla con dos pañuelos color pureza.
Nos
recuerda Don Fermín @odriozola que en alguno de nuestros textos habíamos
mencionado que Julián López el ‘Juli’ es auténticamente un ‘perro de caza’ y en
ese plan lo estuvo toda la tarde, con ese su estilo con el que se ha
reinventando toreando a una velocidad que detiene las manecillas del reloj y
tan bajo como un corpiño retrechero estilo ´julianesco’ que aunque pueda
parecer desconcertante es puro arte vanguardista, resaltar que no cachondeo al
público, que estuvo a un tris de desbordarse en locura y pedir un indulto a
todas luces injustificado, primero ensayó la muerte y luego partió por la mitad
al de Teófilo Gómez recogió sus dos peludas pa’ abrir la Puerta Grande lo que
hizo junto con Morante.
El
confirmante del que hablaba se llama Luis David Adame, y solo decir que cuando
menos esta tarde dio la impresión de que no estaba pa’ tal ceremonia y pa’
acabarla de amolar se desquito con el público soltando un inoportuno toro de
regalo con el que media plaza se fue pero la otra que
queríamos ver en volandas a los monstros tuvimos que aguantarnos ahí.
Todo
esto dentro del marco del 71 aniversario de la Plaza México, el que será
recordado, como en el que los españoles con su arte expresaron; ´Juntos pero no
revueltos’.
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