martes, 31 de enero de 2017

PARES al QUIEBRO por EL VITO La fiesta en coma



LA FIESTA de los toros en Venezuela ha sido reducida a su mínima expresión. Sin que surjan manifestaciones de protesta por los considerados calificados taurinos. En las escasas tertuliasque aún subsisten en Caracas, la plaza desaparecida por la razzia antitaurina solapada por el chavismo, sin un quejío de los dolientes. *** UN aficionado –que no nombraré, para evitar la susceptibilidad de ganaderos y profesionales del espectáculo- me comentaba que, lo que queda de los toros entre nosotros, el espectáculo debía reseñarse en las páginas rojas de los diarios, esa llamada con eufemismo “de sucesos” en los diarios nacionales, porque la referencia consuetudinaria de nuestra apasionante tauromaquia, se refiere con frecuencia, a simples y reiterados hechos delictivos. Hechos que tienen que ver con agresiones de antitaurinos, fraudes ganaderos, violación de la romana, pitones escofeinados, incumplimientos empresariales…*** EN FIN nada enaltecedor, a pesar que en el basamento taurino nacional yace la esperanza de una pronta recuperación, si quienes son responsables de la conducción de la fiesta de los toros fueran capaces de reaccionan con valor, honestidad, decisión y autenticidad en su vocación como aficionados a la más hermosa de las fiestas.

¡Menudo cartel! ¡Tres andinos en el poder! Venegas, Colombo y José Antonio Salas... Seboruco, Táriba y Mérida ... Venezuela cuenta con lo que nadie tiene.


EN SAN CRISTÓBAL, los protagonistas del permanente escándalo empresarial fueron los mismos de Valencia y  de Pueblo Nuevo años anteriores. Se presentaron arrastrado deudas y complicaciones, encontrado la complicidad de las autoridades al extremo que, en una ciudad con los hospitales en terrible crisis, les perdonaron los impuestos y demás obligaciones. ***DE TODOS conocido el porqué, como muchos aficionados, no nos acercamos a la cordial San Cristóbal: viajar en el país es un trayecto insalvable para el venezolano de a pie y de escasos recursos. Más por el deterioro comunicacional, vías, inseguridad y transporte, que por otra cosa como, por ejemplo el escaso atractivo de unos carteles que nunca se supieron cómo se habían organizado ni que toreros estaban contratados por la insolvente empresa Grisolía . ***SIN EMBARGO por las páginas de información taurina que se han sembrado prolíficamente en las redes, nos enteramos, minuto a minuto del tránsito de los acontecimientos. ***HECHOS  que nos enorgullecen y satisfacen, como por ejemplo de las actuaciones de Erick Cortéz, Maripaz Vega y del novillero José Antonio Salas quien, en su carrera de pasos agigantados le conducen por el camino de convertirlo en el torero que tanto pide la muy apreciada afición emeritense. *** MALOS momentos, que sonrojan y enojan, por el incumplimiento de la empresa Grisolía y sus galafates, una vez más, y muy especialmente plenos de contradicciones, mentiras y de hechos penosos y lamentables provocados por los esbirros de la Guardia Nacional obedientes de órdenes de la Casa de Gobierno del Táchira, siendo los protagonistas el Gobernador Vielma Mora y Primera Dama, en su cacería de brujas  enfrentando el derecho de los padres de acompañar a sus hijos a  los espectáculos taurinos, tal y como, desde hace cientos de años,  han hecho los venezolanos. ***LA AUTORIDAD taurina en este rife rafa,  sin pies ni cabeza, dejó como siempre con su complicidad al permitir astados impresentables, como ha sido tradición en Venezuela desde hace ya tiempo. Mucho antes de la crisis y siempre con la celestina complacencia de las Comisiones Taurinas encargadas, por leyes y reglamentos, de la defensa de los intereses del público aficionados.

REFIRIÉNDONOS a la “Crisis” que vive la nación, la que el régimen oculta tras el invento del fantasma de la “Guerra Económica” – que no existe, y sólo es una máscara inventada para ocultar corrupción e incapacidad – hurgando las páginas de la historia del toreo descubrimos cómo países muy taurinos han respondido a los tiempos de crisis. ***EN ESPAÑA cuando la Guerra Civil, y sus consecuencias e influencia de la II Guerra Mundial que provocaron la desaparición de la cabaña de bravo en la península, que la miseria  arropara la población y hasta le impidiera alimentarse, la fiesta de los toros creció porque gracias a la inventiva empresarial, la prensa –sí, la tan denostada prensa taurina-  y el sentido nacionalista de la identidad de la Fiesta de los Toros provocó que resurgiera y se convirtiera en bandera de una nación *** EN MÉXICO, también la historia nos cuenta lo que narra  en su obra fundamental, Sangre de Llaguno,de cómo, en medio de la terrible Revolución M ﷽﷽﷽﷽﷽﷽﷽﷽o. lllexicana, esa que arrasó campos y  villas  al alba del SXX,  se formaron las bases ganaderas y taurinas de esa gran nación. *** ANTE la destrucción absoluta del territorio mexicano, aquella nación por cuyas venas corre la apasionada sangre por los toros, un grupo de ganaderos se atrevió jugar a Rosalinda y apostar por el toro bravo. *** LOS ATREVIDOS que fundaron la ANCTL – Asociación Nacional de Criadores de Toros de Lidia-, fueron Juan de Dios y Manuel Barbabosa de Atenco,  Lubín González de Piedras Negras, Wiliulfo González de La Laguna, Antonio Barbabosa de San Diego de los Padres, Antonio y Julián Llaguno González de San Mateo y de Torrecilla y Aurelio Carvajal de Zotoluca, que echaron pa´lante el carro por aquellos caminos inundados de sangre y de miseria después de la guerra  de la Revolución. ***EL DEBUT de la ANCTL fue el 19 de febrero de 1928, y lo hicieron en El Toreo con una Corrida Concurso de ganaderías con Juan Silveti, Antonio Posada y Fermín Espinosa “Armillita Chico *** ES CURIOSO el hecho que aquellos ganaderos sembraron dinastías de criadores y esos toreros dinastías brillantes como las de los Silveti y los Armillita. Bastiones dinásticos de la Fiesta que la sostienen en México.

COLOMBIA, también tiene su historia. Supo enfrentar una situación crítica, con sus armas taurinas. Sus ganaderos, sus empresas y sus toreros. Entre estos, el gran César Rincón. ***RECUERDO un día en Madrid, ya retirado el maestro Rincón, reunidos en Las Ventas en una convocatoria de la Dinastía Bienvenida, me correspondió responder la invitación en un momento difícil para los toros en el mundo. En el podio recuerdo a Jose Luis Lozano y sus hermano Eduardo y Manuel, don Juan Lamarca, el admirado amigo doctor Fernando Claramunt, el apreciado colega don Javier Hurtado y los maestros Enrique Ponce y César Rincón. El bogotano, en su admirable paso por España fue ejemplo para los colombianos en momentos que le eran difíciles a nuestros hermanos. Aquella injusta situación fue motivo para que tejiera mi breve discurso. Recordé ese día el aciago momento vivido por Colombia, cuando los carteles de la droga sepultaban el buen nombre de una Gran Nación. Recordé cuando los crímenes de la FARC y del ELN, que llegaron a aterrorizar al pueblo neogranadino, sus hijos Gabriel García Márquez, Fernando Botero y César Rincón se convirtieron, gracias a sus éxitos y sus triunfos en ejemplo para todo un continente. Americanos ejemplares y orgullo de una nación que al amparo de su ejemplo surgió y hoy es líder continental. En su momento cuando Gustavo Petro y el movimiento guerrillero que representó sembraba en el surco de la patria ríos de sangre hermana, César Rincón abría caminos de dignidad como matador de toros, Botero sembraba los museos del mundo abonados por cerradas ovaciones de la crítica y el Gabo nos deleitaba a todos desempolvando los anales de nuestras propias historias … A su manera.

VENEZUELA tiene ejemplos a seguir en la fiesta de los toros. Como aquellos que sembraron con sacrificio y dedicación los  fundadores de la ganadería brava nacional, entre quienes recordamos a don Florencio y a Juan Vicente Gómez Núñez, don Juan Ernesto, Marcos y Maribel Branger, el doctor Alberto Ramírez Avendaño, Sebastián González Regalado, Cayetano Pastor, Luis Morales Ballestrasi, Antonio García, Elías Acosta, Jota Jota Vallenilla, Carmelo Polanco, los hermanos Alejandro, Ramón y Raúl Riera Zubillaga, Vicente Lozano Rivas, Orlando Echenagucia Hernández, Andrés Miguel Velutini,  Manuel Zafrané Escobar, Hugo  Domingo Molina Colmenares, Joel Casique … Algún nombre habrá quedado en el tintero de donde salió la tinta con que se escribió la gran historia de la fiesta de los toros en Venezuela, páginas escritas con la ayuda de los nombres de los grandes toreros de Venezuela, esos que supieron con dignidad competir con los ases españoles, colombianos y mexicanos en aquellos dorados años del toreo en Venezuela.  

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