PEDRO LEÓN MARTÍNEZ
Y LUIS
MIGUEL LEÓN LUNA
En medio
de una tarde nublada, se realizó la segunda corrida de abono de la Feria del
Señor de los Milagros, clima que terminó estando a tono con lo poco
interesante de la corrida. Se lidiaron seis ejemplares de la legendaria
ganadería de Miura, de dispareja presentación, con tres de escasa presencia
que fueron protestados por el respetable y tres de más adecuada presentación.
En cuanto a su comportamiento, si bien no fueron lo terroríficos que pueden
llegar a ser los toros de esta ganadería, presentaron algunas dificultades
para los espadas. A las tres y treinta de la tarde partieron plaza Rafael
Rubio “Rafaelillo”, vestido de Grosella y Oro, Manuel Escribano, de
Grana y Oro y Paco Ureña, de Verde Manzana y Oro. Los diestros -debutantes
todos en Acho-, reciben la acostumbrada ovación del público al término del
paseíllo, agradeciéndola en el tercio.
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Rafaelillo ha
tenido una actuación digna, acorde con su experiencia y posibilidades, ante
dos toros de distinto comportamiento, habiendo tenido que pechar con el lote
más complicado de la corrida. El primero tuvo complicaciones y generó un
percance al subalterno español José Mora, quien cayó en la cara al resbalar
luego de clavar el primer par de banderillas y recibió una cornada en la
parte posterior del muslo izquierdo. Brinda al público y, si bien el astado
permitió algo de lucimiento al inicio de la faena, en que el torero murciano
pudo instrumentar algunos pases de tanteo por bajo y buenos derechazos, luego
fue rápidamente descomponiendo su embestida, terminando silenciada finalmente
la labor del diestro. El cuarto toro, de mejor presencia, presentó serias
dificultades, pues andaba todo el tiempo echando la cara arriba y poniendo
los pitones en el pecho de su matador, por lo que Rafaelillo tuvo
que abreviar luego de ejecutar un“macheteo” de corte antiguo, es decir,
muletazos de castigo ante las complicaciones de su enemigo. Mata de una
estocada atravesada y luego de una entera que bastó, siendo silenciada su
labor.
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Manuel
Escribano estuvo empeñoso toda la tarde, pero no tuvo mayor colaboración de
sus enemigos. El segundo de la tarde, un animal de pelaje cárdeno, no
presentó mayores posibilidades para el triunfo. Estuvo bien con el capote.
Pide los palos y coloca tres pares de arriesgada ejecución pero sin mucho
éxito al clavar, resultando el primero el mejor de ellos. Con la muleta nada
importante que destacar, salvo los cambiados por la espalda del comienzo de
su faena y alguna serie de naturales, terminando silenciada la labor del
sevillano. Al quinto lo recibe de rodillas en la puerta de toriles y como lo
espera alejado de la puerta de toriles, el burel sale sin enterarse y la
larga de rodillas es sólo emotiva, para luego instrumentar algunas buenas
verónicas rematadas con una media. Nuevamente pide los palos pero clava sin
suerte y regala otro par pero igualmente con mala fortuna. Con la muleta no
hay lucimiento por las dificultades del toro, siendo silenciada la labor del
diestro.
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Paco
Ureña pasó desapercibido en su primero, un cárdeno de poca presencia que
embestía descompuesto y con el que nunca se confió, siendo silenciada su
labor. El sexto, el de mayor peso de la corrida, también fue el de mejor
embestida. Alguna verónica destaca por su finura y con la muleta, luego de
brindar a Joaquín Galdós, realiza una faena algo compuesta que es jaleada por
un público deseoso de ver algo tras lo pesada que estaba la tarde, siendo
destacables algunas tandas de derechazos. Es cogido aparatosamente y vuelve
al toro menos apático para completar su trasteo y cortar una oreja solicitada
con excesivo entusiasmo. Dos detalles poco afortunados de este diestro,
primero el descalzarse sin que hubiera ninguna necesidad y, segundo, el feo
gesto de tirar la muleta al suelo cuando su peón le alcanzaba otra muleta.
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De los
subalternos destacaron Antonio Manuel Punta en la brega y como
siempre Dennis Castillo con los palos recibiendo la mayor ovación de la
corrida. A caballo José Nogales en un gran puyazo al quinto y César Caro lo
propio con el primero.
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