VICTORINO MARTIN: «NO NOS DEBEMOS DE OLVIDAR QUE SIN UN TORO ÍNTEGRO Y BRAVO NO HAY FIESTA»
De SOL y SOMBRA.
La ganadería de Victorino Martín es una de las más importantes, y transcendentes de toda la segunda mitad del pasado siglo. Pronunciar el nombre de Victorino Martín es tocar la esencia misma de la bravura, la línea que define lo que es un toro de autor. Victorino Martín Andrés es mucho más que un ganadero. Hombre hecho a sí mismo. Opinión abierta. Inteligencia natural. La misma que ha heredado quien es hoy la mano que dirige las riendas de la ganadería: Victorino Martín García.
Veterinario de carrera, ganadero de bravo y novillero en su juventud, Victorino Martín es una de las referencias taurinas a todos los niveles. Su versatilidad y sus conocimientos, le empujan a ser una voz autorizada de la propia estructura de la Tauromaquia.
«Hoy por hoy la Tauromaquia vive un presente tan bipolar como la propia sociedad, estamos inmersos en una doble moral, en un camino de doble dirección. Por un lado tenemos un plantel importantísimo de profesionales, con grandes figuras, excelentes subalternos, la apuesta que se está haciendo por criar un toro bravo; Y a la vez nos toca convivir con un problema muy serio que es la utilización política que se hace del toreo», subraya antes de acentuar su argumentación: «A la tauromaquia se la está utilizando como un muñeco que encaja todos los palos sin encontrar respuesta alguna».
Victorino Martín no se esconde. Comprometido con lo que es y lo que significa su posición de ganadero de prestigio, sabe que la fuerza de su mensaje cala. La credibilidad de los conocimientos al servicio de la defensa de la Fiesta de los toros. El ganadero de Galapagar insiste en que la Tauromaquia tiene dos enemigos: «Los nacionalistas y la izquierda radical», especifica.
«Algunos gobiernos autonómicos forzados por planteamientos nacionalistas han buscado en la Tauromaquia una forma de cargarse España como país», expone. «Bajo una idea equivocada de que esto es una fiesta española, han podado la raíz del espectáculo como vehículo de ataque a España», afirma. Sobre la izquierda radical, Victorino sostiene: «Con formas demagógicas, propias del más puro totalitarismo, se han agarrado a un animalismo mal entendido. Han puesto de moda ser antitaurino por una cuestión de facilidad y de moda pero sin argumentos». Y subraya: «Es falso que esta fiesta sea de derechas. Es todo lo contrario, es del pueblo y en él habitan todo tipo de ideologías. Quien politiza el toreo está cayendo en un error muy grave».
«Es mentira que los toros no interesen a la juventud, eso es un tópico y una falsedad que no por repetirla muchas veces es cierta», sostiene. «Las redes sociales y la presencia de jóvenes en los tendidos demuestra que esta fiesta es una faceta artística y cultural que posee un amplio respaldo social».
Como hombre del toro y como ganadero de éxito, Victorino Martín, lleva muchos años, involucrado en favor de la tauromaquia. Conoce los entresijos del sistema y de todo lo que rodea la estructura administrativa del sector. Ve el futuro con optimismo pero revela que hay dos parámetros en los que trabajar: «Por un lado es fundamental la creación de un órgano único que representa a todo el sector y con una sola voz. Y por otra parte hay que poner de manifiesto que la Tauromaquia es un valor cultural y artístico de muchos pueblos y de muchas culturas, no exclusivamente la española».
Sobre esos dos pilares, deben asentarse los pilares que lleven en volandas a la tauromaquia en los próximos años. «Los primeros pasos sobre un órgano único entiendo que ya los estamos dando con la puesta en macha de la Fundación del Toro, que no es otra cosa que la unión de todos los estamentos involucrados en el espectáculo para poner en marcha una defensa jurídica del sector frente a los ataques. Por primera vez se están poniendo las bases a que cada ataque que sufra la Tauromaquia sea respondido mediante la ley y el ordenamiento jurídico».
«No nos debemos olvidar que sin toro no hay fiesta», afirma con autoridad. «El futuro se ganará con la Fundación, actuando sin complejos, explicando y comunicando, pero también criando y lidiando un toro con importancia. El animal debe ser un toro íntegro y bravo, un toro que garantice el espectáculo que el público que ha pagado una entrada quiere ver», detalla.
Otro punto de inflexión que Victorino Martín pone en el disparadero es lo que él denomina «normalización de los toros» en la sociedad. «Es esencial que a la vez que se comunica el mensaje de lo que es la fiesta, exista un flujo de normalidad con relación a ese mensaje. No se debe adoptar una postura de justificación o de defensa, ni si quiera de promoción. La postura debe ser la normalidad como lo es cualquier otro tipo de espectáculo».
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