Ni los españoles pudieron ahora…
El Toro en México
5ta. Juan José Padilla – José
Mauricio – Juan Pablo Sánchez
6ta. Alejandro Talavante
- Arturo Saldívar – Diego Silveti
Por Bardo de la Taurina
Así como 'Curro'
Romero lo fue para Sevilla en particular y para España en general, Silverio
Pérez lo fue para México, un ‘Diamante del redondel’ como en cien años no ha
habido otro.
Y lo anterior obedece
a que este viernes inmediato el símbolo de la idolatría mexicana llegó al Centenario
de su Natalicio, el cual originalmente se iba a conmemorar por todo lo alto con
un festival cumbre de generaciones conformado por los hijos de los toreros de
la época de oro, de quienes alternaron con el torero insignia del fervor
popular, la plaza sería la más hermosa de todo el continente americano; la
Mexicana – Española de Cinco Villas y
los bureles ya donados por escrupulosos ganaderos procederían de los hierros del mayor prestigio de la cabaña
brava tricolor, con la garantía de
llenar la plaza hasta la bandera y rociar de recuerdos y aroma el albero,
dinastías como la de ‘Armillita’, Garza, ‘Procuna’, Velásquez, ‘Calesero’,
Silveti, Capetillo, los cuales sin el más mínimo de los inconvenientes gustosos hubiesen estado presentes en la puerta
de cuadrillas para honrar al ‘Torero Azteca y Español’, el homenaje que había
sido anunciado dentro de los magnos
festejos, por decisión sorpresiva e incomprensiva, ajena a la empresa, no se realizó.
Mas por otro lado vendría una fecha coincidente a la celebración, pero algo que no
se esperaba era el que la empresa de la
Plaza México montara un cartel sin un lance de imaginación, coherencia y
atractivo para homenajear al primer torero que corto un rabo en la plaza
monumental ante la presencia de Manolete, el cartel se debió de diseñar
específicamente para el objetivo y claro para esa noche no había otro que uno
conformado por los tres toreros a nivel mundial emanados del arte barroco de la
escuela pura de lo primoroso que era la que bordaba ‘El Monarca del trincherazo’
y para eso ahí están ‘El Pana’, Morante de la Puebla y Jerónimo.
Ante eso,
que oportuno recordar aquello de;
'O estas
dando todo, o no estás dando nada'
Como esto no se dio 40,
000 aficionados dejaron de asistir al 'laberinto de las lamentaciones' que es
en lo que está convertida la Plaza México.
Juan José Padilla dejo constancia que lo suyo es la piratería y por
eso se pirateó una vuelta a las tablas, luego mato otro animal y se salió de la
plaza, siguiendo un torero que se adjudica ahora el nombre de José Mauricio por ahí anduvo sin andar,
y Juan Pablo Sánchez templó una
peluda de los de 6Marco Garfias6.
Luego a los dos días,
el domingo 22, la empresa montó otro cartel con Alejandro Talavante - Arturo Saldívar
- Diego Silveti con 6Jaral de Peñas6.
Que sirvieron pa' que el torero español, el otras veces
imaginativo Alejandro Talavante
forrado de capote y oro se estrellara ante un lote invalido que no obstante eso
se llevó por delante a un caballo al que le metió el pitón por el pescuezo y el
drama término por sepultar la nula suerte del toreador extremeño en la tarde noche.
Arturo Saldívar se vistió primoroso en ciruela y oro salido del
taller madrileño de la calle de Aduna y eso junto con su voluntad que el torero
confunde con bullanguería barata impropia de un matador, que inclusive ha
pisado la arena de las Ventas, fue lo único rescatable pa' él.
Diego Silveti en grana y oro salió en su primero a pelearse con el
toro y como a eso, siempre el de cuatro patas se va por delante ya se imaginará
usted las palizas que se llevó el toreador y que se las limpio el juez con un pañuelillo
blanco y si hubo algo más, fue nada.
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