lunes, 30 de marzo de 2015

WILLIAM CÁRDENAS: NADIE PUEDE PROHIBIR LA CULTURA

NADIE PUEDE PROHIBIR LA CULTURA, 

Y MENOS AUN LA DE LOS TOROS

 POR SU CARACTER POPULAR  


La Tauromaquia forma parte del mestizaje cultural iberoamericano. Recientemente el alcalde de San Felipe, estado Yaracuy, en Venezuela, ha hecho público undecreto mediante el cual trata de prohibir las corridas de toros.
El alcalde  evidencia desconocer que la cultura no puede ser prohibida por ningún órgano de los poderes públicos porque le pertenece al pueblo, que es quien la creadisfruta y recrea.

La obligación de las autoridades es la de fomentar el patrimonio cultural, protegerlo,salvaguardarloenriquecerlo y garantizar su transmisión a las generaciones futuraspero nuncaprohibirlo, en primer lugar porque no les pertenece y en segundo términoporque su conductatendrá un carácter delictivo tipificado como expolio cultural.
diferencia del patrimonio monumental y natural, que pertenece a los estados, el patrimoniocultural es propiedad de los pueblos y son éstos los únicos que pueden decidir acerca de suviabilidad o existencia.
Por ello, la Convención para la Salvaguardia del Patrimonio Cultural Inmaterial de la UNESCO otorgalas comunidadesgrupos e inclusos a un individuo, la potestad de identificar los elementos queforman parte de su patrimonio cultural.
La misma Convención asigna a los estados que la suscribieron a fin garantizar la salvaguardia dedicho patrimoniosu obligación de inventariarlodocumentarloinvestigarlopreservarloprotegerlopromocionarlovalorizarlo y a garantizar su trasmisión.
Y la Tauromaquiaaunque a algunos les pese, forma parte de ese inmenso Patrimonio CulturalInmaterial de los pueblos Iberoamericanosconformado tanto por sus manifestaciones autóctonas,como por las expresiones aportadas por su mestizaje cultural.
Así quedó claramente asentado en el I Congreso de la Tauromaquia como Patrimonio Cultural,celebrado en la ciudad de AlbaceteEspaña de febrero pasado, al que asistieron representantes decasi todos los países taurinos del mundo, del Reino Unido y los EE.UU.
Por tal razón, la prohibición de las corridas de toros en San Felipe constituye un atropello delalcalde contra el pueblo de Yaracuyque goza de una apreciable afición taurina, en cuyos camposhay dos ganaderías de toros bravos, Campolargo y Laguna Blanca; toreros con dilatada carrerataurinaque con orgullo ostentan el gentilicio de su tierra natal; y miles de aficionados que recorrenla geografía nacional detrás de su pasión, la Tauromaquia.
Pero igualmente, la prohibición del alcalde conduce a la a muerte el bien que supuestamentepretende proteger: El toro bravo, que quedaría condenado a desaparecerasí como desapareceríancientos de puestos de trabajo en la ciudad y el campo de hombres y mujeres que viven de y por la Fiesta de los Toros, con el consecuente daño económico que ello significa, en una Venezuela queatraviesa uno de sus peores momentos.
La decisión que no dudamos en calificar de alcaldadavulnera derechos fundamentales protegidospor la Constitución venezolanacomo es el garantizar a sus ciudadanosniños incluidos, el libreacceso a la cultura de su entorno social, así como las disposiciones de otros tratadosinternacionales que protegen los derechos culturales como derechos humanos, y obligan a respetarproteger la diversidad cultural.
Las autoridadesllamadas a cumplir y hacer cumplir la leypierden toda su legitimidad cuandoactúan de espaldas de los ciudadanos y contra sus derechosquedando expuestas a medidascorrectivas de diferentes característicasque van desde la acción de amparo constitucionalhasta eldesconocimiento de su autoridad.

William Cárdenas Rubio
Presidente AIT

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