lunes, 30 de marzo de 2015

ENRIQUE CALVO: Desde el palco



DESDE EL PALCO
QUE SEA LO MEJOR
ENRIQUE  CALVO “EL CALI”
27 de Marzo 2014


Para nadie es un secreto  de que nuestra Fiesta fue traída justamente de donde nació y que desde allí ha sido irradiada su política taurina al resto de países taurinos,  aunque no siempre haya sido la más adecuada y práctica no solo por estos pagos.  Para los que ya pintamos canas y seguimos siendo los románticos de esta Fiesta, que por cierto cada vez somos menos,  guardamos respeto a las formas de los taurinos de siempre, los Dominguín, Bienvenida, los Chopera, Lozanos y  Camará que por lo menos han dado un trato digno a los integrantes de la familia taurina.
Cincuenta años después, el balance en materia de marketing  ha dejado mucho que desear, pues se conformaron con montar los espectáculos cada año y terminando el arrastre del último toro no se les volvía a ver “el pelo” hasta 15 días antes  de empezar el siguiente año. Faltó como en el futbol  una estructura donde era obvio conformar un fondo que desarrollara el enganchar a nuevos aficionados  dando a conocer el espectáculo como lo que ha sido y seguirá siendo, un espectáculo de raíces netamente cultural.  En América emplearon la misma técnica y nos enseñaron a embolsarnos hasta el último céntimo  al bolsillo, dejándole al espíritu santo que volviera a llenar las Plazas con el llamado del tararí en la nueva Feria.
Si me circunscribo a Colombia, en los finales de los ochenta los ganaderos colombianos conformaron unas empresas en las Plazas de Temporada Grande con el ánimo de cerrar el paso a los nuevos ganaderos provenientes de dineros no muy santos  que empezaban a querer  incursionar en el negocio taurino. Empresas con personajes de la sociedad  lugareña representativa, hombres de negocios y estudiados en los mejores colegios del mundo pero aunque posiblemente  hayan asistido alguna vez a los toros no pasaban de tener el mínimo conocimiento de la “picaresca taurina”  los ganaderos  aprovecharon la  “bonanza” para cobrar mas dinero por sus productos y así con la llegada del mandón del toreo en el 91 las entradas  terminaron llevando el espectáculo, a unos precios que en taquilla se mantienen al día de hoy  en una  economía golpeada por las crisis a la que estos países en vías de desarrollo, aporrea los bolsillos especialmente de los sectores mas vulnerables que son desafortunadamente la mayoría. De dicha elitización se ha aprovechado  entre otras el populista alcalde de la capital para argumentar que un espectáculo  de cuatro señoritos ricos no puede mantenerse vivo.
El panorama no es pues muy alentador, aunque en la temporada que acaba de terminar se ha visto una afluencia que no esperábamos y que de alguna manera puede ser debido a la gran publicidad de los grupos antiturinos. También hay que decir que algunos aficionados parecen  estar dispuestos a tomar cartas en el asunto y cada vez se escuchan más reuniones de nuevos aficionados.

En el día de ayer  se adelantó en Cali  la elección de nuevo presidente de la Sociedad dueña del inmueble de Cañaveralejo , los socios mayoritarios de acuerdo con los socios del sector público nombraron a un joven  estudiado y entusiasta, desconocedor de los vericuetos del toreo, al cual todos deseamos sea ungido por los “ángeles taurinos”  con  la idea de que podamos seguir viviendo  nuestro espectáculo cultural favorito. Nadie en dicha asamblea esperaba otro contendiente,  saltó mi impronta torera en  favor de mantener los respetos por las dignidades taurinas poniendo mi conocimiento de tantos años aprendido de los profesionales arriba mencionados, pero la política tradicional tiene mas argumentos  que la política taurina.  Que sea para bien de la Fiesta.

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