DESDE EL PALCO
QUE SEA LO MEJOR
ENRIQUE CALVO “EL CALI”
27 de Marzo 2014
Para nadie es un secreto
de que nuestra Fiesta fue traída justamente de donde nació y que desde
allí ha sido irradiada su política taurina al resto de países taurinos, aunque no siempre haya sido la más adecuada y
práctica no solo por estos pagos. Para
los que ya pintamos canas y seguimos siendo los románticos de esta Fiesta, que
por cierto cada vez somos menos,
guardamos respeto a las formas de los taurinos de siempre, los
Dominguín, Bienvenida, los Chopera, Lozanos y
Camará que por lo menos han dado un trato digno a los integrantes de la
familia taurina.
Cincuenta años después, el balance en materia de marketing ha dejado mucho que desear, pues se
conformaron con montar los espectáculos cada año y terminando el arrastre del
último toro no se les volvía a ver “el pelo” hasta 15 días antes de empezar el siguiente año. Faltó como en el
futbol una estructura donde era obvio
conformar un fondo que desarrollara el enganchar a nuevos aficionados dando a conocer el espectáculo como lo que ha
sido y seguirá siendo, un espectáculo de raíces netamente cultural. En América emplearon la misma técnica y nos
enseñaron a embolsarnos hasta el último céntimo al bolsillo, dejándole al espíritu santo que
volviera a llenar las Plazas con el llamado del tararí en la nueva Feria.
Si me circunscribo a Colombia, en los finales de los ochenta
los ganaderos colombianos conformaron unas empresas en las Plazas de Temporada
Grande con el ánimo de cerrar el paso a los nuevos ganaderos provenientes de
dineros no muy santos que empezaban a
querer incursionar en el negocio
taurino. Empresas con personajes de la sociedad lugareña representativa, hombres de negocios y
estudiados en los mejores colegios del mundo pero aunque posiblemente hayan asistido alguna vez a los toros no
pasaban de tener el mínimo conocimiento de la “picaresca taurina” los ganaderos
aprovecharon la “bonanza” para
cobrar mas dinero por sus productos y así con la llegada del mandón del toreo
en el 91 las entradas terminaron llevando
el espectáculo, a unos precios que en taquilla se mantienen al día de hoy en una economía golpeada por las crisis a la que
estos países en vías de desarrollo, aporrea los bolsillos especialmente de los
sectores mas vulnerables que son desafortunadamente la mayoría. De dicha
elitización se ha aprovechado entre
otras el populista alcalde de la capital para argumentar que un
espectáculo de cuatro señoritos ricos no
puede mantenerse vivo.
El panorama no es pues muy alentador, aunque en la temporada
que acaba de terminar se ha visto una afluencia que no esperábamos y que de
alguna manera puede ser debido a la gran publicidad de los grupos antiturinos.
También hay que decir que algunos aficionados parecen estar dispuestos a tomar cartas en el asunto
y cada vez se escuchan más reuniones de nuevos aficionados.
En el día de ayer se
adelantó en Cali la elección de nuevo
presidente de la Sociedad dueña del inmueble de Cañaveralejo , los socios mayoritarios
de acuerdo con los socios del sector público nombraron a un joven estudiado y entusiasta, desconocedor de los
vericuetos del toreo, al cual todos deseamos sea ungido por los “ángeles
taurinos” con la idea de que podamos seguir viviendo nuestro espectáculo cultural favorito. Nadie
en dicha asamblea esperaba otro contendiente, saltó mi impronta torera en favor de mantener los respetos por las
dignidades taurinas poniendo mi conocimiento de tantos años aprendido de los
profesionales arriba mencionados, pero la política tradicional tiene mas
argumentos que la política taurina. Que sea para bien de la Fiesta.
No hay comentarios:
Publicar un comentario