domingo, 8 de febrero de 2015

JORGE ARTURO REYES MEDELLÍN, Adiós Carolina / 5ª DE TEMPORADA


Adiós Carolina
Jorge Arturo Díaz Reyes, Medellín, Colombia, II 7 2015

Último toro lidiado por La Carolina en La Macarena. Foto: Jorge Arturo Díaz Reyes
Perera corta la única oreja, Talavante deja un toro vivo y se va para el aeropuerto, Castella Se hace ovacionar, Vargas silenciar y La Carolina se despide larga y lánguidamente.  

El hierro paisa, casi un emblema de la plaza, lidió por última vez en La Macarena sin anuncio previo. No fue necesario, varios eventos lo confirmaron: El sentimiento general de pérdida. Una pancarta en lo alto del tendido, que al final bajó al ruedo, agradeciendo los 34 años de la divisa. La ovación al ganadero Santiago Uribe después del paseíllo y los abrazados brindis que le hicieron Talavante y Castella.

Todo parecía querer convertir la corrida en un adiós triunfal. Todo, menos los toros, pese a que el público extendió la nostalgia hasta la sobrevaloración del juego y las faenas, logrando vuelta excesiva para el cuarto y aplaudiendo de más la noble sosería de los dos primeros.

Y no fue que carecieran de virtudes, no. Buenosmozos, en el tipo  de la casa, parejos excepto el anovillado primero, tuvieron buenos comienzos, atacando de largo, tragando el monopuyazo, la mayoría fijos en los engaños, repitiendo sin trampa.

Sólo les faltó lo principal, raza y emoción. Iban sin codicia, sin fiereza, sin entregarse humillados, sin contagiar ese brío que no tenían y renunciando pronto. Tal ñoñería embotó el entusiasmo e hizo que los fáciles oles y la música sonarán incoherentes. Algunos amagaron rajarse mientras que otros como el sexto y el octavo se rajaron del todo. Eso dio a la larga tarde una tesitura simplona. Pero seamos justos, de haber estado la cuarteta coletuda más empeñada en aprovechar lo positivo, suplir lo negativo y atinar con el acero. El encierro y la corrida hubiesen tenido mucho mejor destino.  

El momento más lucido vino antes del cierre cuando Sebastián Castella, se atornilló en los medios y ligó tres cortas pero impolutas tandas derechas a "Sirviente", el séptimo, que las tomó con dulzura pero luego se congeló dando pábulo a la encimada y estéril porfía del francés. Un pinchazo y estocada caída no sumaron tanto como para que Usía tragara la regalona petición de pelo, prefiriendo dignamente afrontar la bronca. Al tardo tercero, Sebastián le dio trapo sin sacarle brillo y espada sin hacerle diana, sin embargo lo saludaron. Es que lo quieren mucho.

Miguel Ángel Perera, ni la sombra del arrasador mandón de Madrid y el resto del mundo en el 2014. Sin embargo, con sus reminiscencias del ojedismo, quietud y ligazón en corto hizo ver mejor de lo que era la descafeinada fijeza del cuarto colocando la parroquia en estado orejeril agudo. Tanto, que obviando el pincho y la estocada pasada le dieron la única del festejo y al arrastre una vuelta loca. Con el tardío octavo, para qué hablamos, desde fuera de cacho, pico, displicencia y media estocada delantera.

Alejandro Talavante, fue otro que no refrendó pergaminos. Cierto, su lote no transmitía pero él menos. Corrió el turno porque tenía afán de irse y luego con un pegapasismo indigno de su vitola un pinchazo, un descabello y un aviso, salió del primero. Y la cristiana grey, que había pagado la boleta más barata en $ 144.000.00 (55 Euros) por la localidad más barata, le puso la otra mejilla saludándolo ¿Ah? Lo del adelantado quinto fue peor.

Vulgaridad inexpresiva, espada tendida y atravesada, saliéndose de la suerte, cuatro desarmes, descabellos fallidos, tres avisos, y toro vivo a los corrales, enlazado porque en la plaza, además de alguacilillo tampoco hay cabestros, y lo increíble, cuando el torero partió plaza para irse faltando aun tres lidias, lo despidió una ovación de pie, la cual ni miró. ¡Hágame el favor! 

El cucuteño Sebastián Vargas, en dos bregas intermitentes y pueblerinas alegró con su acertado tercio de banderillas al segundo. De resto, a dúo con la noblota insipidez de sus toros repartió su atención entre estos y los tendidos que terminaron ignorándolo ambas veces. En la primera prefirieron saludar a su picador William Torres por una vara correcta y en la segunda, no le dijeron ni mú. 

La empresa apostó por un cartel de postín. Ocho toros paisanos, motivo, figuras, concurrencia solvente, delegaciones y peñas de otras ciudades, expectación, y al final, como tantas veces ocurre. Frustración.

FICHA DEL FESTEJO
Sábado 7 de febrero 2015. Centro de Espectáculos Macarena.  de temporada. Lluvia bajo techo. Tres cuartos del aforo habilitadoOcho toros de La Carolinabien presentados, nobles y sosos aplaudidos 1º y 2o, vuelta para el 4º, pitado el resto.

Sebastián Vargas, silencio y silencio.
Sebastián Castela, saludo y vuelta.
Miguel Ángel Perera, oreja y silencio.
Alejandro Talavante, palmas tras aviso y ovación tras tres avisos.

Incidencias: Saludaron, el picador William Torres, por la vara del 2º, Alex Benavidez yRicardo Santana tras parear al 3° y “Chiricuto” y Carlos Garrido tras parear al octavo.Alejandro Talavante, (motivo viaje),  corrió turno y abandonó la plaza tras la lidia del quinto.

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