viernes, 29 de marzo de 2013

TEXCOCO Y AGUASCALIENTES

Opinion Taurina: Texcoco y Aguascalientes.

Manolo Martínez, pionero y lider del auge de la feria de Texcoco y de San Marcos.
Manolo Martínez, pionero y lider en el auge de las ferias de Texcoco y San Marcos. Foto Humberto Avila.

 Óscar López Gamboa*

Año tras año desde hace ya mucho tiempo, se celebran puntualmente  en estas ciudades, sus tradicionales ferias en las que entre otros eventos artísticos y culturales que se llevan a cabo, destacan las corridas de toros que organizan las empresas taurinas correspondientes, para el beneplácito y esparcimiento del público feriante que acude anualmente a ésas ferias y que originan fuertes derramas económicas en beneficio principalmente del comercio organizado de aquellas ciudades anfitrionas.
Por lo que respecta a Texcoco, y su ya famosa Feria Internacional del Caballo estos eventos entre ellos las corridas de toros, empiezan antes que en Aguascalientes, siendo el empresario Marco Castilla, quien desde bastante tiempo atrás, es el encargado de montar y confeccionar los carteles los cuales, se integran con los mejores matadores mexicanos y extranjeros, así como de encierros de las mejores ganaderías entre ellas, algunas que no lidian en la plaza México, por razones obvias.
La feria texcocana y sus corridas de toros empezaron a cobrar fama y prestigio, allá por la década de los años setentas y sé celebraban en el centro de la población, en el cual cada año, se erigía una plaza de toros desmontable y el creador de aquella plaza, fue el Ingeniero Everardo Inurrigarro, quien coincidentemente era apoderado del matador Mariano Ramos, ambos ya fallecidos. En aquella memorable plaza portátil, se presentaron los mejores matadores de aquella época comandada por Manolo Martínez, Eloy Cavazos, Curro Rivera, Antonio Lomelí, el propio Mariano Ramos, Chucho Solórzano y tantos otros que se me escapan a la memoria. Siendo insuficiente el aforo de la plaza y las molestias causadas a la población local, por la saturación de visitantes en la ciudad, que las autoridades locales, buscaron unos terrenos propicios en las afueras del centro histórico de Texcoco, para así de manera permanente hubiera una plaza de toros, palenque de gallos y  centro de espectáculos artísticos, arena para la exhibición de los famosos caballos de raza azteca, y demás instalaciones apropiadas para  dar cabida y comodidad a los miles de personas que desearan visitar la ciudad anualmente, en los días de feria.
Esta feria casi coincide con la de Sevilla pues en Texcoco, se celebran corridas durante la semana mayor mientras que en el coso del “Baratillo”, principia la temporada sevillana con el festejo Domingo de Resurrección
Por lo que toca a la  famosa Feria Nacional de San Marcos, en Aguascalientes, esta tiene una gran tradición que data del siglo XIX los antecedentes de la primera feria que hubo, fue en el año de 1828, en el mes de noviembre y se llevó a cabo en el Parían posteriormente a mediados de aquel siglo, las festividades las hicieron en el mes de abril dentro de las celebraciones de San Marcos, antiguo pueblo de indios, situado a unas cuadras de la plaza mayor de la capital hidrocálida. Con la llegada del ferrocarril en 1884, la ciudad se fortaleció económicamente y, con ello, su primacía regional, por lo que la feria pudo promoverse y conocerse más allá de sus límites de una pequeña fiesta de pueblo. Desde su primera edición, esta feria cumple con una función catártica, no sólo al permitir actitudes que habitualmente están prohibidas, sino también al propiciar el encuentro de personas de todas las edades y clases sociales que, durante 23 días, se reúnen en los lugares más emblemáticos de la ciudad como el Jardín de San Marcos, el Templo de San Marcos, la Plaza de Toros y La Isla San Marcos.
Desde el año de 1924 hasta la fecha, se  organiza un concurso de belleza para elegir a la Reina de la Feria. En 1958, siendo presidente de México Adolfo López Mateos, la feria fue elevada al rango de ¡Nacional! En el año de 1896, se construye la plaza de toros San Marcos  desde entonces las corridas de toros fueron incluidas en la feria, debido a la gran tradición taurina de Aguascalientes y al creciente afluente de visitantes a la feria, en los años 70 fue construida una de las más bellas plazas de toros del mundo, la Plaza Monumental de Aguascalientes, misma que amplió, en 1992, su cupo de 7,500 a 15,000 personas cómodamente sentadas.
Dicen que las comparaciones son odiosas pero, hay ocasiones que es necesario establecerlas, para dimensionar una cosa de otra tal es el caso dé, la  cuadra de caballos de la plaza de toros Real Maestranza de Caballería  de Sevilla, la cual cuenta con veinte caballos debidamente aprobados que son sometidos cada año, a una prueba de doma, pesaje (que no rebasen los 600 kilos) y sanidad y aquellos que no cumplen con los máximos estamentos de dicha plaza, son rechazados por las autoridades. Cosa contraria sucede en nuestras plazas de toros, que sólo en algunas; dichas cuadras son de seis caballos únicamente y en la gran mayoría de ellas, apenas cuentan con dos caballos mismos que ni siquiera, las autoridades de ésas plazas, los someten  a la prueba que es obligatoria, para que salgan al ruedo a cumplir con la pica de caballos. No cabe duda hay de “fiestas a fiestas”.
Es todo por hoy y hasta la próxima, sí el Divino Creador lo permite.
Marzo 29/2013.
*Ex juez de plaza Calafia y comentarista de Grupo Radiorama.

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