lunes, 10 de diciembre de 2012

DANIEL LUQUE ABRIO LA PUERTA GRANDE EN LA ULTIMA DEL ABONO.


 
  AFICIONPERU/Fernando Aranibar / Fotos: Lula Cebrecos.




La penumbra siempre es triste…digamos… no triste…nostálgica, mas aún si el día que cae es domingo… Ese lapso entre las cinco y las seis de la tarde de un día domingo, esa penumbra… siempre nos llama a la reflexión, a la nostalgia, al suspiro inesperado nacido del alma…
Esa nostalgia es mayor cuando uno sale de una plaza de toros un domingo. Sea que la corrida fue buena o fue mala, siempre se siente un vacío, siempre se sale con la seguridad que el lunes será, como dicen en Sevilla, …“lunes de resaca”… y solo nos esperará el día siguiente en el que evocaremos las emociones encontradas el Domingo.
Hoy con mayor razón esa nostalgia, cuando se acaba nuestra feria y la tarde y la penumbra se llevo la fiesta.
A pesar de la nostalgia, la ausencia de sol y la polémica de la semana pasada, el calor estaba presente y se respiraba un aire de expectativa bajo la vieja estructura de nuestra Plaza.
Saldrían toros de San Esteban de Ovejas de Colombia y el cartel despertaba la ilusión de ver la presentación de Juan José Padilla, que si bien ya había pisado nuestro territorio, se presentaba como matador en Acho y cuya fama el último año trascendió de la tauromaquia a otras esferas de la vida por el percance que tuvo en Zaragoza poniendo un par de banderillas, trance que puso su vida en peligro y del cual perdió la visión de un ojo y cuya recuperación y entereza ha causado admiración dentro del mundo de los toros y fuera de él. 

Todo dispuesto para la última corrida…
Bueno, el diestro Juan José Padilla, hoy nos dejó una gran carta de presentación y desde el paseíllo, momento en el cual la gente su puso de pie y se mantuvo hasta el saludo que hizo desde el tercio, logró una transmisión y un merecido cariño,  solo conseguido por los que son engreídos en nuestra plaza. En su primer toro, más que todo por la derecha, instrumentó tandas muy logradas y encontró la frecuencia con el animal y con el público, siendo admirable el dominio de las distancias a pesar del menoscabo de su visión.
Destacables sus pares de banderillas, mas que todo en el primer toro que tenía mas condiciones para esa suerte que en el segundo, sin embargo redondeó una tarde para conjugar el toreo con el cariño del publico y se llevó una merecida oreja….

El matador Iván Fandiño, impecable en esta feria, que ya va en figura y que era el candidato con las mayores posibilidades al escapulario, encontró una nebulosa en su presentación que se materializó con el peor lote que le ha tocado en Lima desde su llegada el pasado año. Los toros en suerte fueron muy complicados y a pesar de la voluntad y dejar destellos de su purísimo arte, como las audaces gaoneras en su segundo toro, quietísimas, en los que los hilos de los alamares de su traje se confundieron con el cuero de la res que estaba recién parida del toril así como los lentísimos derechazos a su primero, en el cual redondeó una buena labor, no pudo, por la falta de material en sus enemigos, finalizar con el triunfo deseado esta feria en Lima. Quedan las ganas de volver a ver su gentil andar por nuestra plaza y que nos deleite con su valor, su simpatía y buenas maneras. 

Pepe Alameda, el cronista mexicano, evocaba, en uno de sus libros, a Rubén Darío escribiendo: …”tener ángel… Dios mío… pido exegetas andaluzas”... Contaba que eso lo dijo el poeta de Nicaragua al pisar por vez primera Andalucía…
Hoy, un Andaluz que no por primera vez pisaba nuestra plaza, dio una lección de tener ángel…duende…una lección de arte, de pintura… de cómo se puede trazar un cuadro en la arena con suavidad, plasticidad y sentimiento. Dio cátedra de lo que es la quietud sumada a la forma de hacer pasar a un animal con un elemento de tela y con ello emocionar a una masa que fue testigo del sentimiento puro. El primer toro del sevillano Luque fue fantasía y recordar los suaves giros en redondo sobre su propio eje, acompañado armónicamente del animal así como los naturales, los pases de la marca con la muñeca volteada: “la luquesina”…, los alardes y la vistosidad de su faena de muleta en su primer toro…los “naturales” con la derecha luego de despojarse de estoque y arrojarlo lejos y todos los detalles vistos… ha sido un privilegio.
Si algo hay que cuestionar, de repente, sería la colocación del estoque en el primer toro… digamos que estuvo en el “rinconcito” de Ortega o de Ordóñez, por lo demás una faena pura… muy pura.
No hubo suerte con las condiciones de su segundo toro, pero la fantasía del primero queda intacta…y se fue por la puerta grande con las dos orejas de su primero.
Finalmente la presentación del matador Luque y la actuación en su primer toro significó merecidamente que se llevara el mayor galardón de nuestra feria.
Nuestro Cristo Moreno, materializado en el Escapulario, acompañará al maestro Luque, quien pasa a la historia de nuestra plaza.
Así se fue la corrida y la feria….
Las líneas de este año llegan a su penumbra…a su ocaso… a su fin.
La feria se ha ido y ha dejado matices diversos, sentimientos…expectativas frustradas, ilusiones a veces logradas y vistas… a veces no…pero sobre todo emociones…la emoción que es la base del toreo…
A esperar que la emoción por nuestra feria y nuestra plaza se mantenga en su cofre y que no se nos haga lejano el día hasta poder volverlo abrir.

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