AFICIONPERU/Fernando Aranibar / Fotos: Lula Cebrecos.
La penumbra siempre es
triste…digamos… no triste…nostálgica, mas aún si el día que cae es domingo… Ese
lapso entre las cinco y las seis de la tarde de un día domingo, esa penumbra…
siempre nos llama a la reflexión, a la nostalgia, al suspiro inesperado nacido
del alma…
Esa nostalgia es mayor cuando uno
sale de una plaza de toros un domingo. Sea que la corrida fue buena o fue mala,
siempre se siente un vacío, siempre se sale con la seguridad que el lunes será,
como dicen en Sevilla, …“lunes de resaca”… y solo nos esperará el día siguiente
en el que evocaremos las emociones encontradas el Domingo.
Hoy con mayor razón esa
nostalgia, cuando se acaba nuestra feria y la tarde y la penumbra se llevo la
fiesta.
A pesar de la nostalgia, la
ausencia de sol y la polémica de la semana pasada, el calor estaba presente y
se respiraba un aire de expectativa bajo la vieja estructura de nuestra Plaza.
Saldrían toros de San Esteban de
Ovejas de Colombia y el cartel despertaba la ilusión de ver la presentación de
Juan José Padilla, que si bien ya había pisado nuestro territorio, se
presentaba como matador en Acho y cuya fama el último año trascendió de la
tauromaquia a otras esferas de la vida por el percance que tuvo en Zaragoza
poniendo un par de banderillas, trance que puso su vida en peligro y del cual
perdió la visión de un ojo y cuya recuperación y entereza ha causado admiración
dentro del mundo de los toros y fuera de él.
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Todo dispuesto para la última
corrida…
Bueno, el diestro Juan José
Padilla, hoy nos dejó una gran carta de presentación y desde el paseíllo,
momento en el cual la gente su puso de pie y se mantuvo hasta el saludo que
hizo desde el tercio, logró una transmisión y un merecido cariño, solo conseguido por los que son engreídos en
nuestra plaza. En su primer toro, más que todo por la derecha, instrumentó
tandas muy logradas y encontró la frecuencia con el animal y con el público,
siendo admirable el dominio de las distancias a pesar del menoscabo de su
visión.
Destacables sus pares de
banderillas, mas que todo en el primer toro que tenía mas condiciones para esa
suerte que en el segundo, sin embargo redondeó una tarde para conjugar el toreo
con el cariño del publico y se llevó una merecida oreja….
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El matador Iván Fandiño,
impecable en esta feria, que ya va en figura y que era el candidato con las
mayores posibilidades al escapulario, encontró una nebulosa en su presentación
que se materializó con el peor lote que le ha tocado en Lima desde su llegada
el pasado año. Los toros en suerte fueron muy complicados y a pesar de la
voluntad y dejar destellos de su purísimo arte, como las audaces gaoneras en su
segundo toro, quietísimas, en los que los hilos de los alamares de su traje se
confundieron con el cuero de la res que estaba recién parida del toril así como
los lentísimos derechazos a su primero, en el cual redondeó una buena labor, no
pudo, por la falta de material en sus enemigos, finalizar con el triunfo
deseado esta feria en Lima. Quedan las ganas de volver a ver su gentil andar
por nuestra plaza y que nos deleite con su valor, su simpatía y buenas maneras.
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Pepe Alameda, el cronista
mexicano, evocaba, en uno de sus libros, a Rubén Darío escribiendo: …”tener
ángel… Dios mío… pido exegetas andaluzas”... Contaba que eso lo dijo el poeta
de Nicaragua al pisar por vez primera Andalucía…
Hoy, un Andaluz que no por
primera vez pisaba nuestra plaza, dio una lección de tener ángel…duende…una
lección de arte, de pintura… de cómo se puede trazar un cuadro en la arena con
suavidad, plasticidad y sentimiento. Dio cátedra de lo que es la quietud sumada
a la forma de hacer pasar a un animal con un elemento de tela y con ello
emocionar a una masa que fue testigo del sentimiento puro. El primer toro del
sevillano Luque fue fantasía y recordar los suaves giros en redondo sobre su
propio eje, acompañado armónicamente del animal así como los naturales, los
pases de la marca con la muñeca volteada: “la luquesina”…, los alardes y la
vistosidad de su faena de muleta en su primer toro…los “naturales” con la
derecha luego de despojarse de estoque y arrojarlo lejos y todos los detalles
vistos… ha sido un privilegio.
Si algo hay que cuestionar, de
repente, sería la colocación del estoque en el primer toro… digamos que estuvo
en el “rinconcito” de Ortega o de Ordóñez, por lo demás una faena pura… muy
pura.
No hubo suerte con las
condiciones de su segundo toro, pero la fantasía del primero queda intacta…y se
fue por la puerta grande con las dos orejas de su primero.
Finalmente la presentación del
matador Luque y la actuación en su primer toro significó merecidamente que se
llevara el mayor galardón de nuestra feria.
Nuestro Cristo Moreno,
materializado en el Escapulario, acompañará al maestro Luque, quien pasa a la
historia de nuestra plaza.
Así se fue la corrida y la
feria….
Las líneas de este año llegan a
su penumbra…a su ocaso… a su fin.
La feria se ha ido y ha dejado
matices diversos, sentimientos…expectativas frustradas, ilusiones a veces
logradas y vistas… a veces no…pero sobre todo emociones…la emoción que es la
base del toreo…
A esperar que la emoción por
nuestra feria y nuestra plaza se mantenga en su cofre y que no se nos haga
lejano el día hasta poder volverlo abrir.
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