lunes, 3 de diciembre de 2012

CRÓNICA DE ACHO DE MANUEL GONZÁLEZ DELGADO ...EL MAESTRO PONCE CORTO UNA OREJA EN CADA UNO DE SUS TOROS Y ABRIÓ LA PUERTA GRANDE, MIENTRAS QUE “EL JULI” Y MANZANARES ESTUVIERON IMPECABLES.


2012-12-02 23:22:39
por: AFICIONPERU.COM /Manuel González Delgado/Fotos:Lula Cebrecos


Los toros de las ganaderías de Roberto Puga y “Montegrande” del mismo ganadero fueron una vergüenza en presentación y juego.
En tarde soleada se llevó a cabo en Acho la cuarta corrida de toros de la Feria del Señor de los Milagros 2012, sobre el papel era la corrida estelar de esta temporada limeña con el maestro Enrique Ponce, “El Juli” y Manzanares y un encierro de las ganaderías de Roberto Puga y “Montegrande”, que a la sazón es lo mismo.
Lamentablemente el encierro enviado a Acho fue una vergüenza tanto en presentación como comportamiento. No es posible y mucho menos responsable de parte del ganadero enviar un encierro con tales características y mucho menos en el momento tan difícil que vive la fiesta en Lima, seis ejemplares dignos de un festival, disparejos de presentación, y los que sirvieron en la muleta con una falta de casta y transmisión impresionante, afortunadamente estuvieron en manos de tres figurones del toreo capaces de pegarle pases a un sillón, no confundamos clase con boyantia excesiva, de esa que colinda o está a un paso de ser manso. El TORO, tiene que tener BRAVURA, FUERZA, ACOMETIVIDAD, GANAS DE EMBESTIR, y causar emoción, y por lo menos, lo mínimo PRECENCIA DE TORO EN AMERICA, nada de eso vimos y el público salió justamente indignado de la plaza.
¿Porque la empresa compra estos toros? No lo sabemos, pero lo que si sabemos es que para prevenir esto, en los corrales de la plaza la empresa había llevado seis toros de San Sebastian de las Palmas, Achury Viejo, y la Ahuamada según nos han manifestado pero lamentablemente había que cumplir el contrato con los toreros con la ganadería en mención, así de claro, por ello la responsabilidad total es del ganadero, quien pretende vender para Acho toros y las consecuencias son las que esta tarde se vivieron, con gritos irreproducibles en contra de él.
Ojalá las figuras después de esto, se den cuenta que existen más ganaderías nacionales que de seguro brindarían mejor juego y mucho mejor presentación sin lugar a dudas y que se reflejaría en lo que hagan en el ruedo tenga una real dimensión.
Quienes nos leen sabrán que siempre somos promotores de resaltar lo bueno, de promover la fiesta, pero lo de esta tarde en Acho en el aspecto ganadero ya se paso de la raya, hemos tratado de decir las cosas de la manera mas elegante posible para no caer en adjetivaciones que de seguro se podrán leer en otros medios y se dijeron en Acho, pero las cosas hay que decirlas como son.
El maestro Enrique Ponce hoy nos dio un magisterio de buen toreo, en su primero de “La Ahumada”, que salió al ruedo en reemplazo del falto de fuerzo y escaza presencia de la ganadería titular y en su segundo del mismo hierro. Ver al maestro Ponce en Acho fue gratificante, que dominio de los tiempos, de espacios entre serie y serie, de torería, en resumen un lección de tauromaquia desde que abre el capote hasta que pliega la muleta para echarse a matar, si a esto le sumamos la elegancia, la plasticidad y el buen gusto habremos descrito sin lugar a dudas la actuación del maestro, como en su segundo, que cambio las lanzas por cañas para meterse en el corazón de la afición que acompañaba cada uno de sus muletazos con olés sentidos en una faena larga donde casi nadie le vio posibilidades por el desarrollo del burel en los primeros tercios pocos presagiaban el rumbo triunfal de su labor, todo lo hizo Ponce, absolutamente todo, que figurón del toreo. Cortó una oreja en cada uno de sus toros y salió por la Puerta Grande.

El Juli en un lance magnifico.
El diestro Julián López “El Juli” también vio como su primer ejemplar fue devuelto a los corrales por falta de fuerza y sobre todo presencia. En su lugar lidió un toro de “San Esteban de Ovejas”, ganadería colombiana, que no le permitió el lucimiento con el capote, sin embargo a pesar que el cornúpeta a mi manera de ver evidenciaba no falta de fuerza sino una fuerte incomodidad al pisar, el diestro lo fue metiendo en muleta hasta lograr momentos con la mano derecha muy baja de mucha importancia, primero en línea recta y luego metiéndolo detrás de la cintura. Por el pitón izquierdo el toro no brindó ninguna posibilidad. Saludo el torero en los tercios al concluir su labor.
En su segundo de la ganadería titular lo lanceo con clase en donde el toro metió bien la cara desplazándose, al estrellarse con el caballo el toro dobla las manos y partir de allí no hubo nada mas que hacer que tuviera importancia, ya que la labor del maestro Juli, no fue de lucimiento sino de enfermero, acertadamente abrevio. Silencio.

El diestro José Mari Manzanares con la derecha.
El diestro José Mari Manzanares que reaparecía en Acho, evidentemente sintió en toda la tarde el cariño de esta afición quien valora su clase y los buenos trazos con los que dibuja cada muletazo, su primero un toro de la ganadería titular “cari avacado” y feo de tipo, Manzanares se recrea con el capote para rematar con una media invertida. El toro escaso de fuerza, lo lleva de tironcillos a los medios para instrumentar derechazos con la calidad que él sólo sabe imprimirle, con temple y a media altura, el público se entusiasma por lo que el torero hace. El diestro da todo de sí, pero falta ese plus adicional que da un toro con emoción y presencia, no obstante la gran expresión estética del torero hace que el aficionado disfrute y se entregue al torero. Intento matar recibiendo pero el burel como es de suponer no se prestaba para una muerte tan digna, pinchando en dos ocasiones para después enterrar todo el acero. Aplausos.
En su segundo toro también del hierro titular el diestro estuvo en la misma tónica tanto de capote como de muleta, pletórico de arte y mando, probablemente si su labor se hubiese realizado con ejemplares de mayor cuajo, estaríamos escribiendo con letras mayúsculas, pero lo que tuvo enfrente es lo que tuvo, y dio todo de sí, lo cual fue muy valorado por la afición. Ovacionándolo.

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