jueves, 22 de noviembre de 2012

EL DIAMANTE NEGRO ABANDONADO POR SU PUEBLO

 


VÍCTOR JOSÉ LÓPEZ "EL VITO"


Extrañado de no haberlo visto el domingo en la plaza de toros pregunté a los amigos de Maracay por el Maestro. En Maracay, en predios de la Maestranza, cuando se pregunta por el maestro se entiende que nos referimos a Luis Sánchez Olivares Diamante Negro, torero ídolo de multitudes, que formó con Alfonso Carrasquel Carrasquelito y Alfredo Sadel la terna irrepetibe en el mundo de los toros, el beisbol y la canción, que no se ha repetido en Venezuela.
Los tres, hombres de pueblo, admirados y amados por un pueblo como no hemos vuelto a sentir una simbiosis de afecto y admiración entre ídolos y multitudes.
Luis Saldarriaga, amigo de siempre y Delegado de la Autoridad nos recuerda del asalto que sufrió Diamante Negro en su casa de Maracay, cuando una banda de facinerosos intentó un atraco creyendo el torero de 85 años sería una perita en dulce para llevar a cabo su fechoria. No ocurrió como pretendían los bandidos, Luis sacó su casta e impidió se consumara el asalto. Es doloroso verle a Luis Sánchez desamparado, sin que la inútil Asociación de Toreros tome cartas en el asunto, olvidado por los muchos que ayudó en la vida, incluso a la formación del gremio que ahora exprimen para imponer sus exigencias, las que no pueden imponer por sus actuaciones en los ruedos.
Nadie más de pueblo, vale decirlo ahora que tanto e recurre en el discurso a la referencia de pueblo, que Luis Sánchez Olivares Diamante Negro, nacido en Ocumare del Tuy,  en humilde cuna y forjado en el campo tuyero. Luis pagó con lágrimas y sudor su formación como el pago que deben pagar los desposeídos.
El campo de los Valles del Tuy criaba ganado,  y así fue que por primera vez y casi por razón de vida tuvo contacto con los bovinos. Luis llegó a familiarizarse en el manejo de los toros, sin que ello provocara su afición por la profesión que le daría a la postre fama y fortuna en la vida.
A Caracas llegó Luis Sánchez muy joven, casi un niño.  Trabajó de repartidor en la bodega de la Esquina de El Pájaro, negocio donde se reunía una peña taurina que encabezaba el aficionado Marcos Vélez Istúriz  quien quiso ser torero. Velecito desertó con acierto del pelotón de los artistas,  para formar en las filas del periodismo como corresponsal de agencias internacionales donde fue, por muchos años, corresponsal de la France Press en Venezuela.
Luis Sánchez, por mediación de Marquitos Vélez dio  sus primeros pasos como becerrista en la plaza escuela de La Morena del Prado, durante el año de 1944, aunque su presentación formal como novillero fue el 19 de abril de 1945, la úlltima función en la historia del Circo Metropolitano de Caracas. La plaza sucumbió a la picota, para dar paso a un gran edificio y un enorme estacionamiento en El Silencio.
La presentación del novillero de Ocumare fue en la parte seria de un espectáculo cómico de Darío Albornoz Serranito. Relatan las crónicas que Diamante Negro cortó una oreja y salió a hombros e inició el camino brillante del torero ídolo de multitudes. El año de 1945 fue generoso para Luis Sánchez Olivares, llegó a formar incipiente pareja novilleril con el prospecto carabobeño Alí Gómez.
Aprovechando el cartel que gozaba entre los entusiasmados caraqueños, Luis Sánchez viajó a Sudamérica en la temporada de 1946. Primero fue a Ecuador y luego a Colombia, para regresar a la patria el 16 de junio y presentarse en el Nuevo Circo con Pepe Chalmenta y el mexicano Rutilio Morales. Más no fue sino hasta el 19 de enero de 1947 que El Diamante Negro pisaría fuerte en la plaza del Nuevo Circo, tarde que  cortó dos orejas y un rabo a un novillo criollo de Segundo Briceño. Aquel día que alternó con Antonio Aragón El Niño del Hospicio, más tarde famoso hombre de radio y luchador social y con Pedro de la Casa Morenito de Talavera Chico. Ese cartel se repitió a la semana y las reses fueron tan mansas que el público enfurecido quemó los palcos y todo el maderamen de la plaza caraqueña.
El seis de febrero Luis Sánchez Olivares se atrevió y cruzó el océano. Viajó a España, un trayecto inverosímil en aquellos días de la postguerra. Hizo su presentación en Logroño, alcanzando un importante triunfo al cortar cuatro orejas y un rabo. Como dato curioso les diré que era la primera vez que Luis se enfrentaba y lidiaba ganado de casta. La memorable fecha fue el 11 de junio del 48. De allí en adelante, los triunfos se contaron por actuaciones; y se rindieron ante el embrujo de El Diamante Negro las plazas de Córdoba, Azpeitia, San Sebastián, Sevilla —salida en hombros por la Puerta del Príncipe de la Maestranza— hasta llegar a la Monumental de Las Ventas en Madrid, donde toreó con el hijo de Cagancho y Alejandro García, toros de Garcigrande.
Pero su triunfo más importante fue el alcanzado en Granada, tan rotundo y contundente que precipitó los planes para que tomara la alternativa. La investidura ocurrió el 29 de septiembre,-hoy hace 64 años-,  en la Maestranza de Granada como punto final a su brillante campaña como novillero puntero de la estadística española.
"El Diamante Negro" terminó en primer lugar en el escalafón novilleril, con 42 festejos, 25 orejas y cuatro rabos cortados. El padrino y testigo de la alternativa fueron  Paquito Muñoz y   Manolo González La Giralda vestido de luces. Los toros de Saltillo, propiedad de don Félix Moreno Ardanuy. El del doctorado de nombre Estornino y el triunfo del torero venezolano fue grandioso, obligando a los granadinos a consumir todas las gambas de las tascas y a ver despuntar el alba sobre los nevados picachos de la sierra, comentando la grandeza del torero venezolano.
Su debut en Venezuela fue el 28 de noviembre de 1948, mano a mano con Raúl Acha "Rovira" con toros colombianos de Vistahermosa, de Francisco García. La corrida se celebró a las dos de la tarde porque la situación política de la ciudad era muy confusa, como consecuencia del derrocamiento del presidente Gallegos y de la instauración de un régimen militar. La plaza de Caracas se llenó hasta las banderas y desde antes del mediodía la cola llegaba desde las taquillas del Nuevo Circo hasta el Cine El Dorado.
Repitió El Diamante el 8 de diciembre con Eugenio Fernández y Rovira lidiando toros de Clara Sierra y Vistahermosa, colombianos.
A principios del 49 toreó mano a mano con Alí Gómez, pero la política taurina criolla, siempre desviada de los intereses de la afición y de los profesionales del torero, mató antes de nacer lo que pudo haber sido una interesante competencia.
 El Diamante Negro toreó mano a mano con Luis Procuna el 27 de marzo de 1949, cobrando la cantidad de 17 mil 500 dólares, suma jamás antes imaginada por torero venezolano alguno y posiblemente uno de los honorarios más elevados cobrados, hasta aquel entonces, por un torero en Venezuela. Cada uno cortó tres orejas y rabos y salieron a hombros. Fueron toros de Guayabita y fue el primer gran triunfo en Caracas.
El tres de abril hizo su presentación en Maracay; sólo ante cuatro toros de Guayabita. Luis cortó tres orejas y un rabo... Repitió en Caracas con Bienvenida y Luis Miguel, con toros de Mondoñedo, y volvió a cortar otro rabo, superando en esta oportunidad a los ases españoles.
Pero la tarde histórica de Luis fue la del 11 de diciembre de 1949, cuando con Antonio Velásquez y Luis Miguel Dominguín, lidiaron toros de Vistahermosa cortándole las orejas y los rabos a los toros, saliendo los tres espadas a hombros del Nuevo Circo. Esta tarde es una de la más recordadas por la afición capitalina, por haber marcado una gesta trascendental en nuestra historia.
El ascenso de Luis se tronchó al encontrarse con una puñalada asesina del monosabio López Rizo, que le hizo perder el envío profesional que lo había colocado en interesante sitio profesional. Estuvo más de veinte días entre la vida y la muerte, y la gente se congregaba día y noche a las puertas de la clínica para conocer el estado de salud del torero ídolo. Daniel Santos El Inquieto Anacobero, compuso una guaracha que de inmediato pegó en las radioemisoras de todo el país, en la que pedía a la Virgen de la Coromoto ¡Sálvame al Diamante Negro!. Tal fue el impacto de la canción, que la Iglesia pidió a la Junta Militar de Gobierno prohibir la difusión del disco a través de las emisoras de radio, lo que el gobierno de inmediato complació para granjearse la simpatía del clero.
Reapareció en nuestros ruedos durante la temporada de 1950, alternando con Miguel Báez "Litri", Julio Aparicio y Calerito en las plazas de Caracas y de Maracay, como nuestra gran figura, pero sin los éxitos de antes. Lo mismo ocurrió en 1952, cuando el 27 de enero dejó ir un toro a los corrales la tarde que Luis Miguel cortó cuatro orejas y un rabo. Esa temporada se estrenó entre nosotros el rondeño Antonio Ordóñez, quien debutó cortando cuatro orejas y un rabo en Caracas.
La primera vez que toreó con César Girón fue el primero de marzo del 52 con ttoros de Guayabita y alternó con los ases venezolanos el español Emilio Ortuño "Jumillano". César fue el triunfador, saliendo a hombros tras cortar las orejas; "El Diamante Negro" y "Jumillano" pasaron a la enfermería. Luego fue a Maracay con César y Enrique Vera, saliendo a hombros con Girón, luego de cortar entre los dos cuatro orejas.
Fue el 31 de enero de 1954, cuando la terna de "El Diamante Negro",  Joselito Torres y César Girón hizo el paseíllo en la Maestranza de Maracay, agotando el papel desde tempranas horas de la mañana. César cortó dos orejas, un rabo y una pata —la primera que se cortó en Maracay— "El Diamante Negro" y Joselito Torres pasaron a la enfermería. Luego Diamante y Girón repitieron y salieron a hombros.
Otro desgraciado percance que le ocurrió a Luis tuvo lugar la tarde del 10 de diciembre de 1957 cuando toreó con Ángel Peralta, Miguel Báez "Litri" y Anselmo Liceaga en el Nuevo Circo una corrida de Peñuelas. Había dos orejas en su primer toro, y cuajaba la faena de su vida cuando recibió una gravísima cornada en el cuello. Peralta, hombre de gran experiencia, le salvó la vida en el redondel y en el quirófano fue la sabia intervención del doctor Guillermo Angulo López la que le arrebató la vida del torero ídolo a la muerte, quien se lo llevaba prendida en la medialuna de su guadaña.
Continuó Luis Sánchez por los ruedos sin los éxitos anteriores y el 29 de septiembre de 1963 se despidió en el Nuevo Circo alternando con Antonio Bienvenida y Félix Briones lidiando toros de Xajay.
Reapareció luego en Caracas el 12 de octubre de 1973, la misma fecha de su apoteosis granadina, con Dámaso González y Paco Camino lidiando toros de "Tequisquiapan", y luego fue a San Cristóbal el 21 de enero de 1972 con Miguel Márquez y Paquirri, con toros de González Piedrahita.
Fue esa la última vez que "El Diamante Negro" se vistió de luces, actuando siempre en festivales benéficos a los que concurría el público masivamente para admirar y aplaudir al torero ídolo.
En la actualidad vive en Maracay, ignorado por el gremio de los toreros venezolanos y en una situación que no se merece. Ha sido Luis Sánchez torero histórico de Venezuela, el único torero del pueblo al que hoy en Venezuela intentan quitarle la fiesta cuando los toros es patrimonio de la identidad nacional. 

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