jueves, 6 de septiembre de 2012

Ética de Juli, estética de Manzanares e imán de Talavante



Seis orejas se repartió la terna en la plaza de toros de Valladolid el día del regreso de los toros a TVE


El Juli y Alejandro Talavante salieron a hombros del coso pucelano
Patricia NAVARRO 
La Razón / MADRID
 
 
El Juli y Alejandro Talavante se fueron a hombros de la plaza. Entre costaleros y un buen puñado de jóvenes llegados de todas partes y llamados por una gran iniciativa que comenzó Juli. La de ponerlo fácil a quien lo tiene difícil. Entradas subvencionadas al 50 por cien para los menores de 30 años. Autobús desde Madrid de ida y vuelta. Promoción. Inversión rentabilizada al ver a esa juventud echarse al ruedo, acompañar a los toreros en la salida a hombros que buscan cada tarde. Cerrar el círculo. Un círculo mágico que ayer alcanzó la normalidad con la voz de Federico Arnás y las cámaras, por fin, de Televisión Española. Seis años, casi, hacía que los toros fueron desterrados sigilosamente de la televisión pública. Hubo después, ya a puerta cerrada, entre silencios, opacas maniobras que pretendían enclaustrar los toros, decidir por el público. Negar la posibilidad de encender la televisión. O cambiar de canal, como tantas veces y en ésas nadie decide por los demás. Ayer se abrieron de nuevo muchas puertas. Todas las que nunca debieron cerrarse. Pero también lo público es presa de los intereses privados e individuales del político de turno. Pío García Escudero ha peleado desde dentro, junto con los toreros, el denominado G10, y ayer la bella plaza de Valladolid, que vio llenar sus tendidos, fue el escenario del regreso. El Juli tiró de ética, que la tiene por demás en lo profesional. Sabía lo que había en juego. Lo sabíamos todos. Si no ayudaban los toros iba a dar igual. Entrega extrema. Y eso fue lo que emocionó de su faena al cuarto. Se movió el toro de Victoriano del Río por la inercia de la velocidad y la distancia, cuando después hubo de empujar, faltó fuelle. Las fuerzas justas. Logró mantener al toro en pie y después coserle meritorios muletazos, pero su responsabilidad con la tarde, como otras, no le permitía dejar ahí las cosas. Se pegó un arrimón importante sin buscar el aplauso fácil. La espada entró y paseó doble premio. Una oreja había cortado del primero, manejable pero justito de casta. Repitió el toro, corto en el viaje y ligó Juli derechazos... Cuando quiso cambiarle de mano y darle un natural le puso los pitones en el muslo. Estocada y premio.

Manzanares reaparecía. No tuvo suerte con un segundo deslucido que estuvo pendiente del torero de principio a fin. Imprimió temple. El quinto, rajado, tuvo mucho que torear. Repetía, incansable, inagotable, molesto, hacía hilo, reponía y no había tiempos muertos. Pero tomaba la muleta muy por abajo y con mucha transmisión. Manzanares puso parsimonia. Intentó encontrar el ritmo a una embestida que no paraba y de su toreo se desprendió el temple, el gusto, el empaque y la naturalidad. En ocasiones el toro se metía por dentro; aguantaba el torero sin un ademán. Se fue complicando el de Victoriano del Río. Hacia dentro apretaba un mundo. Se sentía fuerte y Manzanares estuvo al filo de la navaja casi en cada remate de serie. El toro estaba ya rajadísimo cuando entró a matar. Trofeo sudado.

Alejandro Talavante se las vio con el sobrero de Garcigrande que saltó en sexto lugar. Gran pitón derecho del toro, claro peligro por el izquierdo. Le avisó a Talavante desde la primera vez que se puso al natural, se frenaba antes de entrar y muy orientado. Al tercer pase se lo echó a los lomos. Se notaba que Talavante no se quería ir andando de la plaza e hilvanó por la derecha un buen puñado de muletazos cosiendo la embestida del toro, que tenía mucho motor. Fue armando la faena hasta dar unas bernadinas de infarto. La oreja sumó a la del tercero y le sacaron a hombros. Anduvo muy firme con su primero y eso que nunca estaba metido del todo en la muleta. Deslucido encierro de Victoriano del Río. Responsable actuación de los toreros y un gran éxito, las cámaras de TVE para dar cuenta de un espectáculo difícil de entender, pero de emociones inolvidables.

Ficha

Valladolid. Segunda de la Feria de la Virgen de San Lorenzo. Se lidiaron toros de Victoriano del Río, de aceptable presentación; el 1º, manejable y justo de casta; el 2º, deslucido y pendiente del torero; el 3º, deslucido y sin ir metido en el engaño; el 4º, flojo y noble; y el 5º, rajado, complicado pero humilló y se desplazó; y un sobrero (6º) de Garcigrande, de buen pitón derecho y difícil izquierdo. Casi lleno.
El Juli, de grana y oro, estocada trasera, descabello (oreja); estocada (dos orejas).


José María Manzanares , de catafalco y oro, buena estocada (saludos); pinchazo, aviso, estocada (oreja).


Alejandro Talavante , de caña y oro, estocada baja y tendida (oreja); estocada, aviso, descabello (oreja).

No hay comentarios:

Publicar un comentario