Víctor Ramírez “Vitico”
ENVIADO ESPECIAL
Sergio Aguilar ha demostrado en la
corrida dominical celebrada en Las Ventas de Madrid su gran concepto del toreo,
perdiendo un triunfo importante al fallar con la espada en el cuarto toro, en
festejo que sirvió para la confirmación del gaditano Octavio Chacón en
presencia de Gabriel Picazo, terna de toreros españoles que curiosamente están
ligados a Venezuela, ya que Aguilar debutó como novillero con picadores en San
Cristóbal, Chacón ha toreado con éxito en Valencia y Tovar, además de Gabriel
Picazo que ha triunfado en Maracay.
Sergio Aguilar estuvo muy por encima del
deslucido segundo, al que llevó largo y templado aunque sus buenos muletazos no
tuvieron la trascendencia deseada por la sosería del astado. La estocada fue
sencillamente extraordinaria, lo cual es curioso, hubiese bastado cambiar el
orden de las estocadas y la tarde de Aguilar habría sido redonda, ya que al
cuarto, un astado poco definido en el primer tercio, Sergio le cuajó
cabalmente. Siempre bien colocado, con valor sereno y presentando la muleta muy
por delante, el de Vallecas enganchó a “Lagrimita” y lo toreó con temple,
hondura, gusto y profundidad, en soberbios naturales, ligados y todos muy por
abajo. Fueron tres series en las que el público rugió, así como cuando le llevó
suave y con clase con la mano derecha,
cerrando con ceñidas manoletinas, para mandar todo al garete en tres pinchazos.
La fuerte ovación que el torero saludó en los medios, fue de clamor.
Octavio Chacón confirmó la alternativa en
un tono correcto y digno. A su noble y sosito primero le toreó con gusto,
destacando varios muletazos con la mano derecha lentos y largos. Pero el toro
fue perdiendo empuje y la faena intensidad. Fue ovacionado y al querer dar la
vuelta al ruedo, lo frenaron los pitos. Ante el quinto, Chacón se mostró
valiente y firme, aunque al final sacó poco en claro. Abrió la faena toreando
directamente con la mano derecha, ligando algunos buenos muletazos, aprovechando
la inercia de las primeras arrancadas de un toro que fue a menos. Volvió a ser
ovacionado.
Gabriel Picazo manejó el capote con
temple, gusto y variedad a lo largo de la tarde, en buenas verónicas, preciosos
remates y torerisìmos recortes. Con su primero, estuvo bien, ligando y
templando varios derechazos largos, sufriendo además la impertinencia de
algunos espectadores que se la tomaron con él, reprochándole la colocación y la
presentación del engaño. Cierto es que el diestro ligó buenos pases, pero no terminó
de redondear ante un toro encastado de verdad. El sexto, que hirió a su
banderillero Sebastián Pereira, fue complicado y Picazo hizo el esfuerzo,
consiguiendo varios muletazos de mérito, pero con la tarde ya vencida.
Lamentablemente se fue como llegó, en blanco.
Plaza
de Toros de Madrid
Domingo 19 de agosto.
Un cuarto de entrada en tarde agradable.
Cinco toros de José Luis Pereda y uno
(tercero) de La Dehesilla ,
serios, fuertes y cuajados. Noble y sosito el primero, deslucido el segundo,
bravo y encastado el tercero, noble y con clase el cuarto, complicados quinto y
sexto.
Pesos: 518, 522, 523, 621, 562 y 536
kilos.
Sergio Aguilar, de lila y oro (Palmas y
Fuerte Ovación)
Octavio Chacón, de caña y oro, que confirmó
la alternativa (Ovación tras leve petición y ovación)
Gabriel Picazo, de blanco y plata (División
al saludar y ovación)
Octavio Chacón confirmó la alternativa
con el toro “Riojano”, número 167, negro salpicado. El banderillero Sebastián
Pereira sufrió tres cornadas, dos en la zona perianal y una en el muslo
derecho. Pronóstico grave.
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