El Fandi justifica cada tarde los motivos de su relación afectiva con Mérida, la que le ha convertido en ídolo incuestionable de la afición serrana
EL VITO
Digno del más explícitio guión en defensa de la fiesta de los toros, fue lo sucedido en Mérida la tarde del sábado, tarde de la segunda corrida del abono de la Feria del Sol. Tuvo un protagonista, el granadino David Fandila "El Fandi", y el respaldo de una gran corrida de toros de San Sebastián de Las Palmas, que llenó el espectáculo de emociones encontradas, las más diversas reacciones, que giraron sobre el eje dominante de la actuación del torero andaluz.
¿Y qué fue lo que ocurrió para que sea acentuado?
Que salió a la arena un gran toro, un toro de lidia de pitones a rabo. Bravo, emocionante por sus acometidas, noble y fijo, repetidor que se encontró con un torero imaginativo que sembró de flores de la fiesta la arena serrana convirtiéndola en un jardín de arte. Flores con el capote y botones reventones en sus banderillas y una acuarela de colores con la muleta, todo un compendio de razones para que fuera indultado el bravo toro de San Sebastián.
Al dar la vuelta al ruedo El Fandi, cuando cruzaba frente donde estaba Antonio Ferrera se detuvo y se acercó donde estaba su compañero de profesión. Un abrazo fundió a los dos espectaculares banderilleros del momento, dos maestros de los rehiletes y dos toreros que han evolucionado en la lidia, tanto han evolucionado con el capote como con la muleta qué, viéndoles fundidos pensamos que unidos podrían convertirse en un escudo defensor de la fiesta de los toros. Una pareja que marcaría una época, por que ellos son toreros de ésta época. Antonio y David, están llamados a darle juntos la vuelta a España sembrando las arenas del toreo de emoción.
Fandila es uno de esos cármenes con los que Granada, con sus flores, le recuerda al mundo el motivo del llanto de Boabdil.
Sería injusta la omisión de Alejandro Talavante, o de Otto Rodríguez en lo ocurrido en tan trascendental festejo. Talavante, una especie de topógrafo de la fiesta que con su estilo único -un estilo que tuvo el alba de su día allá por los años veinte con Carmelo Pérez-, impone su espeluznante actitud de desprecio a lo terrorífico ante los toros. Y Otto, con dos grandes toros lo hemos visto decidido, muy decidido, pero incapacitado para lograr sus aspiraciones de triunfo o de notoriedad.
FICHA DE LA SEGUNDA CORRIDA
Plaza de toros de Mérida.
Sábado 18 de febrero.
Segunda corrida de la feria del Sol. Lleno de “no hay billetes”.
Toros de San Sebastián de las Palmas, bien presentados, bravos y encastados. Nobles, con clase y recorrido. Devuelto el cuarto al lesionarse, hubo de ser estoqueado en el ruedo. Bravo y encastado el cuarto bis, fue un toro importante. Indultado el quinto “Matildo III”, número 737.
Pesos: 438, 425, 460, 440, 468 y 472 kilos.
Otto Rodríguez (verde botella y oro)
Silencio y oreja.
El Fandi (mandarina y oro)
Dos orejas y dos orejas simbólicas.
Alejandro Talavante (rosa y oro)
Dos orejas y palmas.
Destacaron en banderillas Eliecer Paredes, José Antequera, Mauro David Pereira y Gerson Guerrero. Buen puyazo de Luis Quintana “Guacharaco”. El Fandi, Alejandro Talavante, el ganadero y los empresarios que salieron a hombros por la puerta grande
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