jueves, 26 de enero de 2012

VITICO RAMIREZ El Cid y Josè Luis a hombros en la primera de San Cristòbal

(Foto Golfredo Rojas)


El matador de toros Manuel Jesús “El Cid” y el rejoneador José Luis Rodríguez han dado una gran tarde en la primera de la feria internacional de San Sebastián, saliendo a hombros por la puerta grande, en festejo en el que Erick Cortez cuajó una muy buena actuación y Morante de la Puebla dejó detalles soberbios.
Erick Cortez ha estado serio, centrado y torero, dejando una magnifica impresión en una presentación que pudo saldar con dos o tres trofeos de no fallar con los aceros. Al noble, enclasado y fijo primero de la tarde, lo lanceó bien a la verónica y le cuajó un rítmico quite por chicuelinas, para banderillear con más voluntad que acierto. Fue en el tercio final cuando Cortez destapó el tarro de su esencia torera en varias series de derechazos con clase, gusto, temple y ritmo.. Bien colocado, gustándose y con sitio, el moreno diestro toreó a placer en largas series por ambos pitones, aprovechando al máximo al noble “Don Bernardo” que siguió el engaño con bondad, ritmo y humillando. Pierde los apéndices tras un pinchazo y una entera defectuosa. Dio una aclamada vuelta al ruedo tras leve petición. Ante el colorado y serio cuarto, Cortez salió decidido con una larga cambiada de rodillas y buenas verónicas. En el tercio final, el diestro se fue centrando poco a poco ante un astado noble, suave pero algo soso. Mediada la faena se enfibró mas Cortez, que atacó en corto y logró excelentes muletazos, llevando largo y ceñido al su oponente. Media estocada defectuosa al encuentro le privó de la oreja, pero dejó una muy grata impresión.
Morante de la Puebla se desanimó al ver que el escurrido primero de su lote no tenía condiciones para la lidia, llegando al extremo de echarse apenas empezaba el sevillano a probarlo con la muleta. La faena duró exactamente lo mismo que dura un bostezo. Ante el quinto, noblote pero soso, el de la Puebla dejó esos retazos, detalles y fogonazos que lo hacen único. Tras un suave inicio por alto, Morante se puso en el sitio, para torear con gusto, sentimiento y hondura. No fue una faena redonda, pero estuvo llena de detalles soberbios, como el molinete belmontino arrogante para cerrar una serie, varios derechazos para acabar con el cuadro y tres o cuatro naturales que hicieron crujir los cimientos de Pueblo Nuevo. Su toreo angélico tuvo un mal remate a espadas, pero eso es lo de menos.
Manuel Jesús “El Cid” estuvo cumbre en su bravo primer toro, “Coquito” al que toreó con capote y muleta con ritmo, clase y temple. La sinfonía se inicio con excelentes verónicas y tres soberbias medias de remate. El toro, bravo, encastado y con temple, embistió superiormente a la poderosa muleta del español, que le llevó con ritmo, acompasado, cadencioso, en largas series de magníficos muletazos, destacando sus ya famosos naturales y los extraordinarios pases de pecho, gallardos, recios, hondos y a la hombrera contraria. Aunque defectuosa, la espada entró a la primera y se le otorgaron las dos orejas y al toro se le premio con una merecida vuelta al ruedo. Ante el flojo y soso sexto, “El Cid” estuvo firme, con deseos de redondear su tarde, Logró varias tandas meritorias de naturales largos y hondos, además aderezó su labor con adornos y desplantes, arrimándose de lo lindo, pero la sosería del toro impidió mayores logros.
El rejoneador José Luis Rodríguez estuvo bien con un bravo toro de Rancho Alegre al que templó perfecto de salida, clavando en lo alto dos rejones de castigo y banderilleando con exposición, riesgo y emotividad. Dando siempre el pecho, toreando con suavidad y temple, aprovechó al máximo al astado, al que despachó de certero y contundente rejón que permitió el corte de las dos orejas.

FICHA DE LA CORRIDA
Plaza de toros de San Cristóbal.
Jueves 26 de enero.
Primera corrida de feria.
Poco menos de media entrada, en tarde fría y agradable.
Dos toros de La Consolación (primero y sexto) y cuatro de Rancho Grande (segundo, tercero, cuarto y quinto), desiguales de presentación y juego. Noble, encastado y con clase el primero. Bravo y noble el tercero, “Coquito”, número 136, premiado con la vuelta al ruedo. Encastado aunque soso el cuarto. Noble el quinto y mansurrón y deslucido el segundo. Un toro para rejones de Rancho Alegre, en séptimo lugar, bravo y encastado.
Pesos: 460, 440, 445, 445, 438, 437 y 460 kilos.
Erick Cortez (celeste y oro)
Vuelta tras leve petición y palmas.
Morante de la Puebla (rosa y oro)
Silencio y palmas tras aviso.
Manuel Jesús “El Cid” (azul pavo y oro)

Dos orejas y palmas.
Rejoneador José Luis Rodríguez
(Dos orejas).
Destacaron en la brega Eliecer Paredes y Emilio Fernández “Alcalareño”. En banderillas Fabián Ramírez, José Antequera, Rafael Cuesta y Enzo Antequera. Buen puyazo de Luis Quintana “Guacharaco”. Manuel Jesús “El Cid” y el rejoneador José Luis Rodríguez salieron a hombros por la puerta grande.

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