jueves, 29 de diciembre de 2011

HERMOSO DE MENDOZA agotó el papel en Cali









Y se llenó Cañaveralejo





por Carolina Baquero
http://www.lamejortoros.com/


Por primera vez en la Feria de Cali 2011 – 2012 hubo un lleno hasta las banderas, el nombre de Pablo Hermoso de Mendoza revolucionó a la Sultana del Valle.

Se lidió un encierro de Juan Bernardo Caicedo, muy bien presentado y con juego disparejo. Sobresalió el lidiado en tercer lugar por el rejoneador Pablo Hermoso, un toro con amplio recorrido, casta y bravura. Además pudimos ver un ejemplar que salió como segundo del lote de Santiago Naranjo… cumplió en el caballo y siempre se mantuvo en el centro del ruedo durante la faena de muleta.

Daniel Luque se fue una vez más de Cali sin triunfo, su carácter fuerte y hostil marcaron hoy la falta de química entre él y su primer astado; Luque nunca se sintió a gusto con el ejemplar y terminó por generar una faena sin orden y sin ligazón. Con el cuarto de la tarde la historia cambió ligeramente… pero cambió, el diestro sevillano ejecutó algunas tandas continuas y largas, finalizando en la cadera.

El colombiano Santiago Naranjo llegó al ruedo del coso vallecaucano con voluntad de novillero y serenidad de matador, los resultados no fueron los anhelados pero el respetable recibió y premió con cariño al manizaleño. Naranjo le cortó una oreja a su segundo toro, ejecutó tandas electrizantes al principio de su lidia y aunque la faena fue perdiendo forma; mantuvo regularidad en la conexión con el público.

Con el tercero de la tarde, llegó la sensación del toreo a caballo, Pablo Hermoso de Mendoza; un navarro que conquistó Colombia y que hoy enamoró a Cali. Pechó con un jabonero sucio de muy buen comportamiento, el cual persiguió continuamente las jacas toreras.

La faena de Mendoza fue templada, ligada, aseada y completa, con gran maestría ejecutó todas las suertes propias del rejoneo. Con el sexto del festejo no hubo la misma conexión entre toro y torero, la falta de motor del de Juan Bernardo Caicedo bajó un poco la emoción; pero la casta que no puso el toro, la puso el rejoneador que cortó un apéndice.

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