miércoles, 30 de noviembre de 2011

MATILLA Y SIMÓN CASAS se unen a José Antonio Martínez Uranga CHOPERA para enfrentar como empresarios la crisis de la fiesta

Simón Casas, José Antonio Martínez Uranga, Manuel Martínez Erice y Antonio Matilla, durante la presentación de su candidatura en Madrid



Nada más dar las doce campanadas se oficializó la boda taurina del año. José Antonio Martínez Uranga maridaba con el que hasta hace poco era su enemigo, Simón Casas, quien ha pleiteado en los tribunales al perder anteriores concursos. Desavenencias profesionales, «que no personales», aclararon ambos en un ambiente de concordia. Juntos posaron para las fotos, regalaron sonrisas y se dieron un apretón de manos a modo de Rajoy y Rubalcaba a las puertas de La Moncloa.

No había aquí encuestas oficiales, pero los sondeos del pueblo runruneaban que Martínez Uranga era el hombre llamado a la presidencia del gobierno del toreo. Conocedor de los tiempos adversos que soplan y para evitar cánones desorbitados, no dudó en que «era momento de sumar fuerzas».

En una concurrida rueda de prensa, se especificó que no se trata de una UTE (Unión Temporal de Empresas), sino que es Taurodelta la que concursa por Las Ventas, con Martínez Uranga como presidente y su hijo Manuel Martínez Erice como consejero delegado, y a ella se afilian otros dos consejeros: Antonio Matilla y Casas, a la vez director cultural. No se habló de reparto de funciones: «Seremos cuatro cabezas pensantes dentro de un organigrama», subrayó Matilla, otro peso pesado del toreo que desembarca en el «tripartito» de Madrid tras la prohibición catalana.
«La Fiesta vive una situación crítica y no p0demos consentir que se reduzca a un espectáculo elistista»
No encuentran contras a la fusión; todo son pros: «Si nos uníamos sabiendo que no iba a haber más ofertas, porque no pude haberlas según los requisitos del pliego, la rebaja del canon (2.300.000 euros) es una ventaja para reinvertirlo en calidad —dijo el presidente—. No olvidemos que somos empresarios y no una ONG. Era la mejor fórmula para hacer frente a la crisis y a un pliego tan conflictivo, pero en ningún caso para contrarrestar a las figuras del G-10». Preocupado por la novillería y el futuro, afirmó: «La Fiesta vive una situación crítica y no podemos permitir que se reduzca a un espectáculo elitista como la ópera». Y garantizó que no han consultado con la Comunidad de Madrid su decisión.

«No es extraña esta alianza»
Había curiosidad por saber cuándo y cómo se produjo el acercamiento: «Aunque hay “cosas” que te obligan a enfadarte un poco, estábamos unidos. Las primeras conversaciones se sitúan a principios de año, cuando aún desconocíamos qué pliego iba a salir, y se cerró este lunes», manifestó Martínez Uranga. Toma la palabra Casas, que un mes atrás se apresuró a presentar una oferta en solitario: «Pese a mi locura por llegar al “ejecutivo”, cuando vi el pliego, me planteé no concurrir para no arruinar mi vida. No es extraña esta alianza de ahora con José Antonio, pues siempre le he tenido afecto y cierta admiración».

Frente a la sensatez del que seguirá siendo capitán del buque venteño, «su» ministro francés elevó el discurso pasional: «No renuncio a mis convicciones, pero es hora de enlazar personalidades, no sólo por la crisis económica, sino por la sectorial, los ataques antis, la evolución social y el paso a Cultura. Todo por el bien de la Fiesta y la afición». Que así sea.

Sin más competencia a la vista, habemus tripulación para llevar a buen puerto la Monumental. Lo que el toro ha unido que no lo separe el hombre.


Nada más dar las doce campanadas se oficializó la boda taurina del año. José Antonio Martínez Uranga maridaba con el que hasta hace poco era su enemigo, Simón Casas, quien ha pleiteado en los tribunales al perder anteriores concursos. Desavenencias profesionales, «que no personales», aclararon ambos en un ambiente de concordia. Juntos posaron para las fotos, regalaron sonrisas y se dieron un apretón de manos a modo de Rajoy y Rubalcaba a las puertas de La Moncloa.

No había aquí encuestas oficiales, pero los sondeos del pueblo runruneaban que Martínez Uranga era el hombre llamado a la presidencia del gobierno del toreo. Conocedor de los tiempos adversos que soplan y para evitar cánones desorbitados, no dudó en que «era momento de sumar fuerzas».

En una concurrida rueda de prensa, se especificó que no se trata de una UTE (Unión Temporal de Empresas), sino que es Taurodelta la que concursa por Las Ventas, con Martínez Uranga como presidente y su hijo Manuel Martínez Erice como consejero delegado, y a ella se afilian otros dos consejeros: Antonio Matilla y Casas, a la vez director cultural. No se habló de reparto de funciones: «Seremos cuatro cabezas pensantes dentro de un organigrama», subrayó Matilla, otro peso pesado del toreo que desembarca en el «tripartito» de Madrid tras la prohibición catalana.
«La Fiesta vive una situación crítica y no p0demos consentir que se reduzca a un espectáculo elistista»
No encuentran contras a la fusión; todo son pros: «Si nos uníamos sabiendo que no iba a haber más ofertas, porque no pude haberlas según los requisitos del pliego, la rebaja del canon (2.300.000 euros) es una ventaja para reinvertirlo en calidad —dijo el presidente—. No olvidemos que somos empresarios y no una ONG. Era la mejor fórmula para hacer frente a la crisis y a un pliego tan conflictivo, pero en ningún caso para contrarrestar a las figuras del G-10». Preocupado por la novillería y el futuro, afirmó: «La Fiesta vive una situación crítica y no podemos permitir que se reduzca a un espectáculo elitista como la ópera». Y garantizó que no han consultado con la Comunidad de Madrid su decisión.

«No es extraña esta alianza»
Había curiosidad por saber cuándo y cómo se produjo el acercamiento: «Aunque hay “cosas” que te obligan a enfadarte un poco, estábamos unidos. Las primeras conversaciones se sitúan a principios de año, cuando aún desconocíamos qué pliego iba a salir, y se cerró este lunes», manifestó Martínez Uranga. Toma la palabra Casas, que un mes atrás se apresuró a presentar una oferta en solitario: «Pese a mi locura por llegar al “ejecutivo”, cuando vi el pliego, me planteé no concurrir para no arruinar mi vida. No es extraña esta alianza de ahora con José Antonio, pues siempre le he tenido afecto y cierta admiración».

Frente a la sensatez del que seguirá siendo capitán del buque venteño, «su» ministro francés elevó el discurso pasional: «No renuncio a mis convicciones, pero es hora de enlazar personalidades, no sólo por la crisis económica, sino por la sectorial, los ataques antis, la evolución social y el paso a Cultura. Todo por el bien de la Fiesta y la afición». Que así sea.

Sin más competencia a la vista, habemus tripulación para llevar a buen puerto la Monumental. Lo que el toro ha unido que no lo separe el hombre.

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