JOSELITO Adame, con el pitón del toro en el pecho, en momentos de verdadero drama.FOTO: ALEJANDRO VILLA
MIGUEL ÁNGEL GARCÍA
HUBO que sacar los abrigos, los guantes y las bufandas, también los impermeables. Frío hasta la médula, hubiera caído de maravilla un tequila en lugar de cerveza; esta vez la cebada poco se tomó en cuenta; eso sí, estuvieron más disputadas las sopas maruchan y las bebidas calientes. Y como no iba a ser, si el frío que azotó ayer al país no pasó desapercibido en la Plaza México y créame que al final del festejo sólo faltó que aparecieron pingüinos en el ruedo. Incluso cayó una ligera llovizna que a poco estuvo de ser escarcha y para no variar, esta vez las cosas no salieron del todo bien en el ruedo.
Emoción por parte del rejoneador Diego Ventura, que a pesar de tener momentos maravillosos, no logró cortar orejas.
Drama y triunfo de Joselito Adame, que salió del ruedo con la carne del pecho abierta, aunque con una merecida oreja; el toro prendió feamente a Joselito al inicio de su faena, al intentar éste pasar al morito por la espalda. Dado la magnitud del percance, el torero ya no salió de la enfermería.
Fracaso de José Luis Angelino, que no logró estructurar ante los toros de su lote y penosamente dejó ir uno vivo; menos pudo con el que lidió por Adame. Tres toros, tres oportunidades, nada para el recuerdo.
Mientras, en los tendidos, el público permaneció estoico pese al clima; arriba del burladero de matadores, en barrera, estuvieron grandes toreros como el español Manuel Caballero, a quien Angelino brindó la muerte de uno de sus toros. También se vio al diestro Arturo Macías, acompañado de su apoderado Fermín Espinosa "Armillita".
Estos son los contrastes de la fiesta brava: "Uno propone, Dios dispone, llega el diablo y todo lo descompone". Esperemos que para el próximo domingo la cara de la moneda y la suerte sea mejor.
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