César Vargas Girón estuvo muy bien con el género bovino que llevó la ampresa a la Maestranza. No dudo que así, a esa altura de "divertinmento" pueda estar este buen torero ante un toro apto para un profesional del toreo ... Pero ante la Fiesta degradada, por la complicidad de una empresa y una autoridad,y además el celestinaje de los medios cómplices poco es lo que se puede honrar el toreo en Venezuela. Ni con toreros tan competentes como el nieto del maestro.
Víctor José López
EL VITO
La Fiesta está acechada, y buscamos sus enemigos fuera de las plazas en las manifestaciones públicas de los animalistas. Si fuésemos capaces de ver hacia adentro, descubriríamos al enemigo en nuestras entrañas.
Lo del domingo en Maracay es prueba fehaciente de ello. Una Autoridad complaciente, y cómplice de una empresa que reunió ocho toros, una manipulada novillada en la que hubo un astado sin hierros y marcas de procedencia y los de lidia ordinaria con sus astas descaradamente manipuladas.
Estos hechos flagrantes, abonados con la permanente violación de los reglamentos durante la lidia, convierten a los representantes de la autoridad taurina en los enemigos de los toros, y al espectáculo en penosa mojiganga.
Así las cosas, la torta tuvo su guinda en el sexto novillo de lidia ordinaria, descaradamente manipulado, de gran nobleza y obediencia al que César Vargas Girón toreó como se puede torear una noble vaquilla en un tentadero, y para la que el público, complaciente con todas las violaciones antes señaladas exigió fuese indultado. El torero solicitó autorización de la moralmente desautorizada Comisión Taurina, sin lograrlo. Mató de bajonazo y descabello que quisieron tapar el sol con un dedo concediéndole una oreja al espada. Girón, dubitativo si cogía la oreja, la rechazaba, temeroso de una sanción, confundido él y el público provocó una reacción de pitos y gritos ofensivos, abucheos a la presidencia, primero, y más tarde al propio torero.
Una tarde de ocho toros, penosa y denigrante, para quienes viven de esta mentira “una tarde de triunfó” porque se entregaron seis orejas a la melé taurina que se padeció en la arena del Calicanto, ausente la emoción del toro íntegro que es la base de la fiesta. Un festejo sin empresa responsable, ya que en los programas oficiales que entregan en taquilla no dice quien es el responsable de la organización del espectáculo.
Agreguemos a estos desaguisados vividos en la plaza de toros, por empresa, público y autoridad, la prohibición por parte de las autoridades municipales de promover los espectáculos taurinos con carteleras en las calles de Maracay, vender cerveza en los alrededores de la Maestranza y dentro de la plaza, como de ahora en adelante lo ordena la Ley.
¿Última corrida de toros en Maracay?
FICHA DE LA CORRIDA
Plaza de toros de Maracay, domingo 18 de septiembre. TOROS: el primero de dudosa procedencia – aunque lo anunciaron como de Paispamba (¿)-, sin hierros o marcas que le identificaran; 4 de Campo Pequeño, sardinas con sus astas manipuladas, y un toro de “Ernesto Gutiérrez”, terciado y con dos topochos por astas. ¡Impresentables las reses! Dos astados para rejones, groseramente desmochados.
OTTO RODRÍGUEZ, de rosa pálido y azabache; Pitos y dos orejas; JOSÉ CARIEL “El Amarillo”, silencio y una oreja regresada desde el destasadero: CÉSAR VARGAS GIRÓN, dos orejas y una oreja, con bronca por no haberle perdonado la vida al becerrote: JOSÉ LUIS RODRÍGUEZ, silenciosa y aburrida actuación
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