lunes, 25 de julio de 2011

José Tomás: diez claves



Después de Valencia, se ha desatado, sobre el torero, declarado triunfador de la feria por la Diputación; Ponce ha ganado el premio a la mejor faena, un torrente de metáforas


ANDRÉS AMOROS


Después de Valencia, se ha desatado, sobre José Tomás (declarado triunfador de la feria por la Diputación; Ponce ha ganado el premio a la mejor faena), un torrente de metáforas. Intentemos concretar.

1/ Un gran torero, una singular personalidad y una hábil estrategia han forjado un mito popular innegable.

2/ Lo más importante: ha vuelto como se fue, totalmente fiel a su línea. Se queda en el sitio, aunque el toro le coja.

3/ Se habían anunciado novedades en su estilo. Sólo he advertido un quite con el capote a la manera de Miguelín (el que aparece en su monumento) y el hecho de abrir el compás en chicuelinas y manoletinas. En estos casos, eso sólo añade plástica, no alarga el pase ni aumenta el mando.

4/ No admira por su técnica ni seduce por su estética. La pasión del público nace de su inmovilidad, de la sensación de riesgo inminente.

5/ Se empeña en hacer la faena que él quiere, sea adecuada o no a las condiciones del toro. Así lo hacía también su ídolo, Manolete. Eso satisface al público pero no es lo más ortodoxo.

6/ La polémica: su faena al quinto fue emocionantísima, pero no redonda; no impuso su mando; la estocada no fue perfecta. Fuera del clima de pasión, ¿era de dos orejas? Las dos respuestas son legítimas.

7/ Manda muchísimo: en las Plazas, en los toros, en los compañeros. Porque lleva público a la taquilla. Así lo han hecho siempre las grandes figuras. Su «gancho» tira de todo un abono. Y lo hace valer.

8/ Su entorno (él no habla) justifica su negativa a la televisión por el complejo tema de derechos de imagen. Además, aumenta el atractivo de lo difícil de ver. Y dificulta el análisis frío. Tampoco hace declaraciones: el misterio crece.

9/ Es una pena que un gran torero no compita con sus rivales naturales, las otras figuras, en las grandes Ferias. ¿Lo veremos la temporada próxima?

10/ En épocas de pesimismo, un mito taurino ha consolado al pueblo español: pasó en la posguerra, con Manolete; ahora, en la España de la crisis zapateril, con José Tomás.

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