miércoles, 6 de julio de 2011

ECOS DEL PATIO TAURINO VALENCIANO



Al cenetro Aurelio, con su incombistible cabo

CÉSAR DAO COLINA

*REINA mucha expectación por la llegada del sábado (16) del presente mes donde un taurinísimo programa se desplegará en la Plaza de Toros Monumental del Cabriales, para rendirle tributo a dos iconos de la taurinería carabobeña: al maestro Aurelio Díaz y al inefable Salvador “Loco” Muñoz Salvatierra; todo, desde las doce del mediodía sabatino. Entrada gratis.

*NUTRIDA agenda con la transmisión del programa “Vamos a la Feria”; imposición de “La Divisa de Mil Colores” a los bustos de Don Aurelio y Muñoz, ubicados en el precioso “Paseo de los Taurinos”, espacios peticionados por la entendida afición y hechos realidad durante la gestión Francisco Cabrera Santos(+). *Pasodobles y desde las 3.00, el cierre con la lidia de reses de Campolargo para el ex -novillero Iván Sardúa, Rigoberto Carrillo, y la actuación de la cuadrilla “Los Locos del Ruedo”.

*AURELIO, fue un hombre apasionado; novillero en sus pulsos juveniles caracterizándose por la facilidad en el manejo del estoque. Fue conserje de las plazas “Arenas de Valencia” como el primero en desempeñar estas funciones en la Monumental. Maestro de las escuelas taurinas de ambas arenas convirtiéndose en organizador, con su modesto peculio, para darle la nada fácil oportunidad a quienes abrazaban la ilusión del Toreo. Una recia personalidad punteaba su figura acompañada por el eterno tabaco que embocaba en su mejilla derecha; ductor exigente pero generoso al extender su mano para quien la necesitara y sus hombros para palear el hambre que del barrio se imponía. El maese Aurelio Díaz, fue otro ser quien no dejó de sentir la miserable puñalada artera de la vil política rastrera…deplorable y mugrosa.

*“EL LOCO MUÑOZ:- amado por la feligresía taurina, polifacético cuando la faena imponía desde “pegar un bloque”, pasando por “montar” espectáculos taurinos, construir plazas de guafas junto a Gustavo Pedroza, ambos, junto a Guillermo Montenegro toreros bufos de inusitada alegría con su troupe “Los Locos del Ruedo” quienes divirtieron a la afición; sobre todo, en época Epifanía. Banderillero, puntillero, maestro de escuelas, alguacilillo. *Muñoz, fue un pozo de generosidad quien, sin poseer bienes de fortuna, siempre dispuso en su hogar junto a Juanita “Su Pantoja”, una cama, un bocado de comida, dispensando un tiempo, al igual que Aurelio Díaz, para brindar ese calor cerrado que le faltaba a muchos.

*CUANDO observo tributos como el anunciado en la Valencia venezolana, me acuerdo de mi entrañable México, amando, queriendo, idolatrando, acogotando melosamente a sus toreros, tal, como sucedió aquella tarde, cuando mis oídos quedaron “tapiados” por la interminable ovación que se desgajó en el repleto Embudo de Insurgentes cuando, Silverio Pérez, aquel legendario “Faraón de Texcoco”…aquel prognato “Negus”, cual Soberano de Etiopía, sencillo, pincelado en su gentilicio, estaba sentado, muy escondidito él en una localidad, pero, fue avistado por unos aficionados de Sol, sobreviniendo ¡La Hecatombe en Plaza!…¡Lo obligaron a levantarse! ¡La plaza entera de pie Rugió!, acompañada por una exaltación misteriosa y a la vez festiva, arropándolo con respetuosas expresiones, divinas, pocas veces “degustadas” en esta sagrada travesía tauromáquica. ¡Aquel día, me confieso, que mi admiración por los “Mexicas” se bronceó de Azteca junto a César Sánchez!

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