domingo, 12 de junio de 2011

José Tomás, el 12 de agosto en Gijón, le otorgará la alternativa a Diego Silveti con toros de Salvador D omecq y el testimonio de Alejandro Talavante


Cinco Silvetis en la dinastía de cuatro generaciones.

EL VITO

No creo que en los planes de David Silveti hubiera estado que un hijo suyo fuera matador de toros, aunque estoy convencido que sí en sus sueños. Pienso que José Tomás nunca pensó que se prolongaría en la presencia de Silveti en el toreo, ni que en su admiración por el hijo de Juan Silveti pensara que sería algún día el padrino de la alternativa de quien admiró con devoción como torero.
Son las cosas de los toros, como la vida, que en sus caminos igual goza de encuentros sufre con los desencuentros.
Nos enteramos, con la velocidad que hay ahora en la globalizada comunicación, como ocurre con todo el mundo enhebrado de las comunicaciones donde hace rato ya dejó de existir la primicia en la noticia, que Diego Silveti será ahijado de José Tomás el 12 de agosto en la corrida de la Feria de La Begoña en Gijón.
El padrino será Alejandro Talavante, y si se hurga un poco en la hojarasca de la razón de los motivos que estructuran el cartel se encontrarán muchos motivos.
Incluso con el hierro de Salvador Domecq, hierro y divisa que brillaron en Sevilla con el toreo inmenso de David.
Diego se convierte en el quinto matador de la dinastía Silveti, caso sólo comparable a la dinastía de los hermanos Girón de Venezuela, en la que figuran como matadores de toros César, Rafael, Curro, Efraín, Freddy, Marco Antonio y César Vargas; pero es el vástago de la cuarta generación de toreros tras su bisabuelo, su abuelo, su padre y su tío, todos ellos matadores de toros.

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