Antonio Ferrera en Colmenar Viejo, ¡Espectacular!
EL VITO
Arruza abrió la puerta de Madrid, y entró en España con un par de banderillas.
Teniendo en cuenta que Madrid conoce en su historia a grandes rehileteros, lo que hizo Carlos Arruza puede considerarse una gran proeza. Es que a Madrid no iba a llegar cualquiera, y con un par de banderillas agitar el ritmo de los corazones. Tuvo que llevar un mwensaje, y Carlos Arruzsa fue un torero de mensaje, de tanto mensaje que lo transmitió a César Girón y a toda una dinastía de toreros, los hermanos Girón.
Madrid, antes que el mexicano llegara a Las Ventas, conocía de las suertes de Manolito Bienvenida, también las de su hermano Pepe, que vivía su mejor momento como rehiletero de excepción cuando su hermano Antonio Bienvenida, también fácil con los palitroques le confirmó la alternativa a Carlos Arruza.
Desde el 18 de julio de 1944, Arruza se convirtió en “el rival” de Manolete, y todo por un par de banderillas.
Hoy hay dos estupendos banderilleros en la fiesta. Nada que ver con las formas de Arruza, tampoco con el estilo de Pepe Dominguín, el hermano de Luis Miguel que se hizo grande en Madrid por sus pares de banderillas. Hoy hay dos espadas que no le dan a los públicos el gusto de verles torear juntos, de rivalizar en los ruedos, de competir en banderillas donde cada uno emociona exponiendo con arte su genio al colocar los palos de banderillas.
Hablamos de David Fandila “El Fandi” y Antonio Ferrera.
A Ferrera lo disfrutamos por última vez en Mérida, en la corrida de La Cruz de Hierro en la pasada Feria del Sol. A este extremeño por adopción -nacido en Ibiza-, lo habíamos visto antes en Maracay, también con toros de Echenagucia, una tarde en la que el extremeño estuvo muy bien, en banderillas. Sin haber rematado su faena triunfó, y así en triunfo lo vivió el público. Exclamación emocional la de la gente de Maracay, que, por haberla contradicho la autoridad, provocó la renuncia del Presidente de la Comisión Taurina. Ferrera siguió su camino, hoy llena un importante espacio en la fiesta. Antonio Ferrera es un torero de positiva evolución, en especial con la muleta que la ha convertido en instrumento del toreo terso y templado.
Muy distinto al Ferrera que vimos en el Calicanto. Con excepción de las banderillas, suerte en la que antes, como ahora, emociona.
Y torero de evolución, ayer como hoy ha sido el granadino David Fandila “El Fandi”. Banderillero de excepción es indudablemente El Fandi, quien puede presumir de ser hoy uno de los toreros que mejor torea con el capote. Sí señor, todo un artista con el percal. Eso sí, sin desentonar con la muleta.
Pero lo que no cabe en el racionamiento de la fiesta es que dos grandes toreros, como El Fandi y Ferrera, tengan una actitud similar en lo absurdo a la que tienen Hermoso de Mendoza y Diego Ventura en el rejoneo, que no quieren medirse en las plazas de toros. No son capaces de responder al reto que les lanza la historia.
Es la gran diferencia entre estos cuatro grandes toreros, los dos exquisitos banderilleros y los maestros del rejoneo, y Carlos Arruza. “El Ciclón” vio en el cuadrilátero de su vida a un rival monstruoso, Manolete. Y lo retó, y el cordobés aceptó el reto, y ambos le dieron a la vida la última de las grandes competencias de la fiesta. Le dieron también el argumento de una época, la de Manolete y Arruza, y dejaron por fuera toreros inmensos que no entendieron lo que el mexicano comprendió desde el primer embroque, el primer par de banderillas, que la conquista de la gloria se logra compitiendo hasta con uno mismo-.
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