El torero de la tierra Serafín Marín abrió este domingo la Puerta Grande de la Monumental de Barcelona después de cortar una oreja a cada toro de su lote.
Barcelona
"Finito" pasó sin pena ni gloria por Barcelona. No se acopló nunca con su primero, con el que optó por tirar por la calle del medio y no darse ninguna coba; y prácticamente igual con el cuarto, con el que apenas lo intentó. Fue abroncado al término de sendas labores.
Rivera se lució de capote con su primero, al que banderilleó con más eficacia que vistosidad, y al que prologó su faena de muleta con varios pases sentado en el estribo. Ya de pie toreó sobre ambas manos con cierto buen aire hasta que el toro le hizo un extraño y optó por abreviar.
En el quinto, al que lanceó de nuevo con buen son, y al que también banderilleó aseado, sin embargo, pudo lucirse menos en la muleta, pues el toro se apagó enseguida y tan sólo pudo justificarse a base de voluntad.
Serafín Marín ofreció una importante dimensión en su tierra, sobre todo con su primer toro, al que recibió a la verónica con mucha clase, y al que toreó de muleta con temple, largura y profundidad, sobre todo al natural, por donde surgieron los mejores muletazos de la tarde.
En el sexto, que salió muy abanto, lo saludó también con buenas verónicas, y en el último tercio, volvió otra vez a instrumentar una más que notable frente a un toro que se le apagó a mitad del trasteo.
Ficha:
Toros de Juan Manuel Criado, bien presentados y de aceptable comportamiento. Los tres primeros, aplaudidos en el arrastre.
Juan Serrano "Finito de Córdoba": estocada caída (pitos); y pinchazo y bajonazo (pitos).
Francisco Rivera Ordóñez: dos pinchazos y estocada (ovación); y estocada (ovación tras petición).
Serafín Marín: pinchazo y media (oreja); y estocada y descabello (oreja).
La plaza tuvo algo más de un tercio en tarde agradable
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