lunes, 13 de diciembre de 2010

SE CONSAGRÓ CASTELLA

El toro de la ganadería de Teófilo Gómez ha sido el número 26 al que se le perdona la vida en la Plaza Monumental México



Horacio Soto Castro

El matador francés Sebastián Castella se encontró al toro Guadalupano y ambos ofrecieron una sinfonía de tauromaquia al realizar una faena que se puede calificar de antología, inolvidable, imborrable inigualable, inimitable y muchos adjetivos más, pues la verdad no tuvo nivel, ya que se elevó al infinito en calidad, arte, temple y torerismo. Fue una faena que consagró a torero y toro.

Aquel con su amplio repertorio de lances y pases, la forma de interpretar el toreo de incalculable apreciación, elegancia y prestancia y este por su bravura, calidad, recorrido, embestida meridiana que aguantó una faena de más de cien muletazos y se fue a los corrales pidiendo más pelea.

Los dos convirtieron en un verdadero manicomio la Plaza México y los asistentes cayeron en el paroxismo. El coso de Insurgentes seguramente se agrietó de la fuerte sacudida con los gritos festivos que lanzaron principalmente para Sebastián Castella que escuchó los gritos ensordecedores de ¡torero..!, ¡torero..!, mientras Guadalupano se fue a los corrales con la admiración de la clientela.

Al final de esa obra maestra de arte macizo, la gente se volcó en el ruedo y levantó a hombros de Sebastián que llevaba una amplia sonrisa, cuando él apenas si mueve los labios. Los ojos le brillaban de gusto y le entregaron un multicolor sarape de Saltillo, que lució muy orgulloso.

Junto a él invitaron al criador de la ganadería de Teofilo Gómez, José Roberto y también lo pasearon a hombros junto al diestro, quien también no ocultaba su alegría, sobre todo cuando los otros tres astados no habían colaborado para el triunfo grande.

INDULTO 26

A reserva de confirmar o desmentir, este toro fue el número 26 al que se le perdona la vida en la Plaza México, el último fue en la temporada 2008-2009 de nombre Pa'enero de la ganadería de Xajay, al que Fernando Ochoa le cuajó una gran faena.

El toro Guadalupano es más o menos el número 7 que le indultan a la ganadería en distintas plazas del país y el primero en la México. Guadalupano fue curado anoche mismo. Lo atendió el MVZ José Manuel Heredia de siete heridas de las banderillas y la divisa y el puyazo profundo.

SEBASTIÁN CASTELLA

Desde la salida de Guadalupano se notó la diferencia de sus hermanos por trote acompasado, con alegría y son. Y Sebastián Castella desde que se abrió de capa se mascó algo interesante, pues toreó a la verónica con una belleza sobrenatural con cadencia y ritmo en los brazos y cargando la suerte. Después del puyazo del piquero español Doblado, empezaron a escucharse los aplausos intermitentes. Castella se fue al centro del ruedo y a pies firmes, sin mover las pestañas, le cuajó dos pases por atrás y dos por delante y ahí apareció la punta de la enorme madeja de hilo dorado que se formó. El toro, de gran calidad, con un recorrido de aquí hasta allá y acompasado, acudió donde lo citaba el diestro galo, que lo hacía a distancia y luego lo embarcaba, lo templaba y lo despedía con mucho temple y largueza. Y se dio a torear, a echar fuera todo el arte y torerismo que atesora Castella y le hizo lo que quiso con ambas manos, los de pecho y todo un repertorio de adornos y empezaron a caer sombreros al ruedo y los gritos de ¡torero.... torero! Fue una faena en tercera dimensión. Cuando se solicitó el indulto Castella se lo llevó casi del burladero de matadores hasta la entrada de toriles con hermosos muletazos, doce le contaron, con el de trinchera y de la firma, el de trinchera y de la firma y así hasta que entró no sin antes a los corrales y todavía quiso pelea. Fue un toro bravo que merece le den la vida de rey para perpetuar la especie.

En su primer toro ya había hecho la faena con toda clase de pases sobresaliendo el quite combinado que le aplaudieron a rabiar. Ayudados y naturales con temple y arte, pero tuvo que echar mano de sus múltiples recursos para que el toro no perdiera las manitas. Esa faena también era de un par de orejas., pero vino el desencanto en la suerte suprema, al dejar un espadazo muy trasero tendido. El toro se echó y a Sebastián lo sacaron al tercio a brindarle la ovación grande. Su segundo no tenía nada y abrevió dejando media trasera. Pitos al toro.

SALDÍVAR

Sebastián Castella le confirmó la alternativa a Arturo Saldívar con el toro 61, Peregrino, con 530 kilos, cárdeno claro delante y vuelto que se dejó meter mano, pero dejó ver también su falta de raza y casta. En Arturo hay un torero de altos vueltos. No anduvo apresurado y sí haciendo las cosas con arte, temple y elegancia. No pudo ocultar su percha de torero que tiene y realizó una bonita cuanto meritoria faena. De gran estocada reventó a Peregrino. Su segundo tampoco tuvo nada y abrevio para escuchar aplausos al retirarse.

ANGELINO

El diestro tlaxcalteca José Luis Angelino se vio con gran disposición para triunfar y no escatimó voluntad para hacerlo. Su primero perdía de continuo las manitas y tuvo buenos momentos en el tercio de banderillas y con la muleta, pero mal a la ahora de matar.. Pitos al toro. Con su segundo al torear de capa fue prendido en fea forma y se salvó de gran cornada, pero afortunadamente no pasó a mayores. Estuvo tesonero, voluntarioso. Cubrió, los tres tercios con gran mérito. Tuvo petición de oreja que el juez no concedió, pues la petición no fue mayoritaria como la de Saldívar.

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