jueves, 19 de agosto de 2010

EL CALIFA DE ARAGUA CON LA POSTA EN LA MANO


Se trata de la ilusión y esperanza del relevo taurino en Venezuela

RITA YAÑEZ PITA



A pesar de que el nombre de Ramis Mohamad Hassan Rodríguez no sugiere una historia muy taurina, a El Califa de Aragua la afición le viene por la sangre. Su padre jordano no pudo más que resignarse a que Ramis heredara la afición por vía materna, pues sus ríos, los matadores de toros, Carlos Rodríguez “El Mito” y Rodríguez Vasquez, le inculcaron el amor por la Fiesta.
Aunque comenzó su andadura en las plazas venezolanas, Ramis decidió empezar de nuevo cuando tocó suelo español. “Llegué a España de la mano de El Gallo de Morón – confiesa El Califa de Aragua-. El me vio torear en Venezuela y me ofreció venirme a hacerme torero aquí. Cuando llegué y empecé a ver el toro, el nivel de los toreros, la exigencia de la afición… rápidamente me dí cuenta de que tenía que empezar de cero. Tenía que aprender la profesión desde la base para poder competir con los toreros más importantes”.

- Eso fue hace cinco años, ¿cómo te ves ahora?
- Se dice pronto, pero cinco años en esta profesión es mucho tiempo. Ahora soy un torero completamente distinto, al principio podían más las ganas y el arrojo, ahora me mueven otras cosas. La afición es creciente, pero la madurez te da reposo y claridad para enfrentar al toro con la responsabilidad permanente de agradar al público.

- Taurinamente, ¿en qué has notado tu crecimiento?
- Esa responsabilidad de la que te hablo me lleva a querer justificarme tarde a tarde, por eso llevo nueve cornadas en mi cuerpo. Lo que antes era tozudez ahora es un valor mejor concebido, más seguro. Y he notado que cada vez los movimientos de mi capote y mi muleta son más suaves, más clásicos. Además, el conocimiento de los diferentes comportamientos de los encastes me lleva a tener más recursos en mi cabeza para descifrar cada embestida. Y, como quiero ser un torero completo, también me fijo mucho en los banderilleros, teniendo siempre como referencia a Víctor Mendes y, cómo no, a lo que hicieron Morenito de Maracay y César Girón.

- Has tenido la oportunidad de torear en plazas de primera categoría, pero te has hecho en los pueblos.
- Como todos. El bagaje lo dan los pueblos, allí aplicas lo aprendido en el campo y ganas en experiencia, peor la prueba son las plazas de primera. Como Madrid, a donde llegué, a pesar de mi poco rodaje, y pude dar una vuelta al ruedo con fuerte petición de oreja en el certamen de las “Ocho Naciones” de 2008 y repetí en 2009. Seguramente, las siete novilladas que llevo este año me darán más argumentos para estar nuevamente en Las Ventas y salir lanzado a mi alternativa.

- ¿Es el momento?
- Definitivamente. Ya son varios años de novillero y ésta es mi mejor temporada. Pienso que se debe a una muy buena preparación en el invierno, muy a conciencia y entregándome en cuerpo y alma a mi carrera. Sólo espero la oportunidad de demostrarlo en una plaza de categoría par tener una mejor acogida en las empresas y alcanzar un número importante de paseíllos al finalizar el año.

- ¿Venezuela contará con un nuevo matador para sus próximas ferias?
- Es lo que busco. Quiero tomar la alternativa en España para llegar a mi tierra convertido en matador. Son muchos años de lucha y me gustaría que fuera en una plaza y un cartel importante. Quiero ser ese torero que lleve la gente a las plazas venezolanas, sé que la afición de allí sigue mi carrera y confían en que yo me convierta en esa nueva figura.



Es el quinto año consecutivo en el que El Califa de Aragua hace temporada en España. El trabajo constante y su evoluciones ya marcan camino de una alternativa cercana. Pronto se hará matador y Venezuela confía en sus capacidades.

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