lunes, 16 de agosto de 2010

Cogida del banderillero Luis Mariscal





Cornada de cinco trayectorias, la safena partida y cuatro horas de operación
El toro levantó al banderillero Luis Mariscal y hundió el pitón con saña en su muslo izquierdo


Discurría la tradicional corrida con motivo de la festividad de la Virgen de los Reyes por la senda triunfal –habían cortado oreja Salvador Cortés y Luis Vilches- cuando la tragedia se hizo presente en el ruedo del Baratillo. Quinto toro de la noche, Un tío con presencia de Pamplona, como toda la corrida de Peñajara, al que Salvador Cortés había lanceado con gusto y con emotividad. En el tercio de banderillas, su hermano, Luis Mariscal, lo borda en el primer par: arriba, magistral como siempre. Se perfila para el tercero. El toro le gana la acción y aunque clava, de nuevo arriba, el astado hace presa de manera certera. Lo levanta y le hunde el pitón. Todavía en el aire el cuerno entra más en el muslo derecho. Segundos que se hacen eternos porque el toro sigue con el torero. Cae al suelo desmadejado; se queda inerte el torero que intenta él mismo taparse la herida. Desde el tendido se presumía el cornalón, como luego, desgraciadamente, se comprobó. Después, fue sometido durante cuatro horas a una complicada operación llevada a cabo por el cirujano jefe de la Maestranza, Ramón Vila y Octavio Mulet Soyas. Al filo de las cinco de la madrugada, según informa burladero.com, se emitía el parte médico, firmado por Soyas:
.“Presenta cinco heridas en cara anterior, lateral interna y posterior del muslo izquierdo con hemorragia arterial y venosa activas y cuadro de shock. Se procede bajo anestesia general a la intervención encontrando una herida que desde la cara lateral interna y en una trayectoria de 25 cm saliendo en la cara anterior por debajo de la ingle; otra trayectoria que hacia abajo rompe músculos sartorio, vasto interno del cuadriceps y fibras del biceps femoral llegando hasta el fémur y en una extensión de 20 cm llegando hasta la cara lateral interna de la rodilla y rompiendo la arteria femoral superficial y vena femoral a nivel del anillo de Hunter. Otra trayectoria hacia atrás en una extensión de 10 cm y otra hacia delante y afuera de unos 15 cm que sale por la cara lateral externa del muslo. Presenta herida inciso-contusa con hematoma en región frontoparietal izquierda que se sutura. Se procede a las anastomosis de la arteria y de la vena, esta última con injerto de safena de la misma pierna.

Se transfunde sueros, expansores de plasma, cinco unidades de concentrados de hematies y heparina sistémica.
Cierre de planos musculares y aponeuróticos y piel y colocación de varios drenajes”
Pronóstico: Muy grave, que le impide continuar la lidia siendo hospitalizado"
Antes de dar a conocer el parte, Vila salió para tranquilizar a la familia y señaló: «Se pondrá bien, pero esto es muy gordo».

Marcó este hecho una corrida que, como escribíamos más arriba, se estaba desarrollando por derroteros importantes con triunfos de Salvador Cortés y Luis Vilches.
Cortés se las vio con “Vicioso”, un tío bravo y repetidor. A más siempre, desplazándose con emoción. Estuvo el torero bien con el capote y se le picó mejor. A la muleta fue de largo, queriéndosela comer y siempre por abajo. El de Mairena del Aljarafe le dio sitio y distancia y, sin tantearlo, le puso la muleta por el pitón derecho. Allá que fue el de Peñajara, ávido de franela. Bien el torero, ligando aunque algo aceleradillo. Otra más de la misma guisa, ya bajando más muleta y obligándolo al final de los muletazos. Por ese pitón basó la faena Cortés, que siempre le plantó batalla y no rehuyó pelea. Pero el trasteo fue de más a menos, sobre todo cuando el astado se fue apagando más. No fue lo mismo al natural. Se fue detrás de la espada de manera contundente. Oreja para seguir esperanzado.
El quinto también embistió con poder al capote y de nuevo el sevillano se gustó en los lances de recibo. Buen tranco tenía el de Peñajara –un toro para Pamplona- pero llegó la cornada en el tercio de banderillas. Después, haciendo de tripas corazón, Salvador se la jugó sin cuento porque el animal no era claro. Demasiado con pasaportarlo después de ver a su hermano corneado.
Atacando
Luis Vilches veroniqueó francamente bien al que abrió plaza, en lances ajustados en los que fue ganando terreno. Un tío era el de Peñajara y el utrerano lo cuajó con el percal. Perdió las manos al salir del encuentro con el picador y en la muleta, que lo brindó al respetable Luis, embistió con todo. Iba y era fiero en sus acometidas. Firme y plantado estuvo Vilches, que le aguantó miradas y algún que otro parón y supo ligarle los muletazos. Anduvo por encima siempre, sin descomponerse a pesar de ser la de ayer la primera corrida de la temporada. El de Peñajara se fue apagando. Peor por la zurda, pero ahí dejó el toreo un natural cumbre. Buena labor.
Todavía en el aire el cuerno entra más en el muslo derecho
También dejó pinceladas ante el cuarto con el capote, si bien pecó de echar la pierna hacia atrás. Pero afanoso. Era el animal algo más remiso en sus embestidas en el tercio final, pero de nuevo el de Utrera se plantó delante de él. Comienzo esperanzador por el pitón derecho, con redondos que llegaron a los tendidos. Pena que le topase el engaño en alguna ocasión. A zurdas no fue lo mismo, ya que al de Peñajara le costaba más repetir y desplazarse. Lo puso todo el torero, que atacó siempre, sobre todo en los últimos compases, y le enjaretó muletazos de mucho mérito para lo que tenía delante. Mató de gran estocada. La oreja premió la voluntad, que no es poco.
El tercero fue un toro bronco y brusco, que embistió con todo, con la cara arriba y pegando tornillazos. Se enfrascó Javier Cortés en una faena espesa a pesar de no perder la compostura. Pero no era toro para florituras.
El sexto, pasadas las doce de la medianoche, puso a prueba a Javier Cortés. No era claro y se quedaba a mitad del muletazo. Insisitó el chaval siempre, que sorteó como pudo gañafones y cabezazos. Y es que la cornada de Luis Mariscal ya pesaba como una losa en los tendidos.

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