Abrió plaza un toro muy en tipo perfectamente aprovechado por El Juli ya desde el capote. Faena despaciosa, con ritmo y cadencia. Con estructura también. El descabello le dejó sin trofeos. Fue invitado a saludar después de escuchar un aviso.
El segundo no tuvo la calidad del toro anterior pero sí permitió a Roca Rey lucirse con el capote. Lo entendió perfecto el peruano, llevándolo a su querencia y allí le ligó muletazos en redondo, girando el toro alrededor de su anatomía en cuatro circunferencias completas. Tremendo. La locura. El toro tardó en doblar y por eso solo cortó una oreja a pesar de la insistente petición de la segunda.
Al tercero, muy abanto de salida, lo recogió El Juli con el capote a pies juntos. Muy distraído en el último tercio, consiguió el torero encelarlo por momentos con la mano derecha. Faena discontinua por la condición del astado.
El cuarto desde su salida mostró complicaciones. Quite muy variado de Roca Rey. Estoico y variado. Faena meritoria por el lado diestro, pues por el zurdo no pasaba. Le obligó el torero, le robó muletazos de gran mérito pero el toro no permitió ligazón ni fluidez a la obra, que tampoco tuvo rúbrica con el acero.
Un calvario paso El Juli con el quinto, un toro verdaderamente complicado que impidió que el torero se acomodase tanto con el capote como con la muleta. Con la espada no se lo puso fácil el astado, se demoró el torero en finiquitar a la res y el público se acabó enfadando. Se pitó fuerte al astado en el arrastre.
Se vino arriba el festejo en el último toro de la tarde y de la feria. Apoteósico Roca Rey que puso el cerrojo al abono con un faenón extraordinario. El toro no fue tan importante como lo fue la faena. A veces muy pegado a la arena, quedándose corto y con embestidas a media altura. Pero la entrega del peruano fue total. Tanta, que al toro no le quedó más remedio que embestir. En redondo con la zurda tragó lo indecible, con el toro quedándose a mitad de viaje. Luego se apretó también por luquecinas, y con el toro refugiado en tablas lo bordó por bernadinas. Espadazo de gran efectividad. Dos orejas de golpe, gran triunfador del festejo.
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