Motivados por la reunión con la que un grupo de amigos y de aficionados conmemoran los 30 años de la alternativa de Erik Cortéz, con César Rincón como padrino, con el testimonio del histórico Paco Ojeda como testigo con el Coliseo de Nimes por escenario ante el toro “Amargado” de Juan Pedro Domecq.
Acontecimiento el de la alternativa de Erick Cortéz, importante para el torero, y para el país taurino, porque llevó en el cauce de su carrera el rescate de la Cantera de Aragua y la presencia de Venezuela en acontecimientos que por sus fastos el matador ha convocado un grupo de aficionados prácticos, divisas ganaderas y dos invitados muy importantes como Jesús Enrique Colombo y el novillero salmantino Marco Pérez, quien viste de ilusión descubierto por el maestro francés Juan Bautista Jalabert., figura del toreo, matador de toros, empresario de la milenaria plaza de Arles y criador de una ganadería del encaste de Santa Coloma, como aquel gran toro de La Cruz de Hierro, que en Mérida exaltó las virtudes del torero que colocaría Francia en la cúspide de Madrid más adelante.
Fue un buen toro, y la unción con Bautista se cimentaría a través de los años con una gran dosis de ortodoxia que bastó para que , en una tarde de la Feria del Sol en la Monumental “Román Eduardo Sandia” de Mérida descubriéramos a Juan Bautista, torero que hoy gracias a Erick nos honra con su visita.
Juan Bautista pasaba de puntillas aquella tarde, en medio de aquel cartel entre Ferrera y Leonardo Benítez. El francés, en su primero, lució desganado y con ganas de liar sus bártulos e irse con la música a otra parte pero, cuando salía el sexto, los que recogían sus macundales, eran quienes convencidos que el francés no haría nada con el altivo y fogoso sexto, fueron los más sorprendidos. Lances apretados, lances de mando y pases templados, todo en una faena ortodoxa y emocionante.
Muleta mandona, templada, plena de poder que nos decía el porqué este catire ha abierto en un par de oportunidades la Puerta Grande de Las Ventas.
Juan Bautista, queridos amigos, no se agregó al planteamieto de funcionarios en el que se ha convertido el toreo. Todo lo contrario, le ha dado expresión y emoción a un toreo que ha convertido en expresión de Arte. Arte con mayúscula, amables lectores, una manifestación estética que mucho agradeceríamos volver a disfrutar, ya que lo monotemático en la fiesta hace del toreo un ejercicio predecible.
Aparte que de su brillante carrera brillasen su intención en la lucha y la exaltación del arte, hoy el maestro de Arles logra actualidad porque él es quien es el descubridor de Marco Pérez, un niño torero que viste de futuro la fiesta de los toros.
Seguíamos sus pasos, interesados por lo expresado por el propio Juan Bautista Jalabert aquella mañana virtual de reunión de Ventaurinos con aficionados venezolanos, españoles, mexicanos y colombianos que hoy han de estar impactadnos por la exacta premonición del niño torero.
Hoy esta reunión en casa del ganadero Edgar Bravo en Yaracal, reunión convocada por Erick Cortéz, es lo mas importante y, por el momento que vive el toreo en Venezuela, ha de ser lo trascendental en la inmediatez de la realidad de nuestra tauromaquia donde más de uno ha elevado un réquiem ante lo que considera el cadáver de la fiesta de los toros.
La fiesta de Erick ha de ser siembra de ilusiones, la visita de Juan Bautista, un ejemplo. Cortéz y Jesús Enrique Colombo nuestra realidad y los amigos aficionados, testigos en la reunión predicadores de la ilusión redimida. Sí, ha sido redimida. Redención con la que sueña la tauromaquia en Venezuela, libre y apasionada. Redimida por los valores de su pasado, la realidad del presente y la oferta de lucha en el futuro.
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