Los Bienvenida tuvieron su cuartel general en el número 3 de la calle General Mola de Madrid, pero antes de aquel emblemático patio por el que pasó todo el toreo del siglo XX sus raíces se hunden en Sevilla. Allí, en la calle de la Pimienta nació la matriarca, luego vivieron entre la calle Marqués de Paradas de Sevilla y La Gloria, la finca donde pasaban tiempo de ocio y entrenamiento en Montellano que fue comprada por el mayor de los hijos del Papa Negro, Manolo.
Un grupo de aficionados, capitaneado por Vicente Bort -que conoció a los integrantes de la dinastía durante su juventud gracias a la amistad que le unió a Vicente Zabala Portolés durante los años 50- quiso acudir a 'La Gloria' como cortijo histórico de los Bienvenida en Sevilla cuando el verano aún coleaba y la feria de San Miguel estaba en su apogeo, rendida la Maestranza a Morante. Fue el día más glorioso, nunca mejor dicho, de todos los días dedicados al maestro Antonio Bienvenida en esta su centenario.
La familia Sánchez Ibargüen conserva la finca La Gloria -que la dinastía abandonó a la muerte de Rafaelito- en magníficas condiciones con la esencia del paso de los Bienvenida, que construyeron la casa principal y la plaza de tientas. Pese a llevar en sus manos cerca de siete décadas -de nuevo ya que fueron los primeros propietarios a quién se les adquirieron los terrenos- han mantenido numerosos detalles de la familia torera, como azulejos en zonas de la casa, o el maravilloso pozo del patio con el toreo cuadrado para entrar a matar en el centro.
La jornada de homenaje a Antonio Bienvenida fue compartida con el recuerdo a Pepe Luis y Manolo Vázquez, maestros inolvidados vinculados familiarmente con los propietarios de La Gloria y compañeros tantas tardes con Antonio.
Vicente Bort contextualizó al centenar de aficionados que se desplazaron desde todos los puntos de España sobre las vivencias de la familia en la preciosa finca. Destacó que hay constancia que Rafael El Gallo, Juan Belmonte, El Algabeño, Vicente Pastor, Marcial Lalanda, Chicuelo , Pepe Luis, y otros importantes toreros, pasaron por La Gloria, así como los intelectuales de la generación del 27, liderados por Ignacio Sanchez Mejías, amigo íntimo de la familia. El Papa Negro contrataba a Antonio Mairena para amenizar los numerosos actos sociales organizados desde la inauguración de 1931.
El emblemático aficionado José Morente desgranó la historia del cortijo guiando la visita a las diferentes dependencias: el patio, la plaza de tientas o el salón, con tanto sabor, que conserva tantos azulejos de pasajes de campo, faenas y recuerdos de la familia además de fotos y carteles de los Bienvenida que se fueron incorporando con el paso de los años.
Después se tentaron dos becerras de la ganadería de Manolo Vázquez a cargo de los herederos de los tres maestros recordados en una entrañable jornada que reunió también a otros ilustres apellidos del toreo como Peralta o Miura, entre otros.
El acto final, conducido por Vicente Bort junto a José Morente, resultó muy emotivo, lleno de interesantes anécdotas sobre Antonio Bienvenida y su trayectoria torera a cargo de François Zumbiehl, Antonio Álvarez Barrios y distintos miembros de las dinastías como Inmaculada Vázquez -hija de Manolo-, Pepe Luis Vázquez -nieto de Pepe Luis-, Paloma, Antonio y Miguel Bienvenida -hijos de Antonio y Ángel Luis, respectivamente- y quien estas líneas firma.
La jornada fue muy completa, de entrañable recuerdo, fue organizada sin ningún tipo de financiación por parte de organismo alguno, con el total compromiso de los aficionados que quisieron desplazarse a conocer tan emblemático lugar y a rememorar la figura de Antonio Bienvenida que en este 2022 ha sido tan recordado por el centenario de su nacimiento. Pero ningún día fue tan "glorioso".
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