El estado de abandono de Las Ventas aumenta el riesgo de los toreros en el ruedo.
Por Lidia Ramirez.
El estado de «abandono» de Las Ventas preocupa desde hace años a aficionados y toreros que ven cómo la primera plaza de toros del mundo no está a la altura de la importancia que tiene, aumentando el riesgo de quienes cada tarde ponen su vida en juego. El diestro Curro Romero ya dijo una vez algo así como que «se le da más importancia a la tierra de una cancha de tenis para que la pelota bote perfecta, que a la tierra de la plaza donde un hombre se juega la vida». Quienes disfrutan de las corridas en el mayor coso taurino de España saben que esto es una realidad palpable. Quienes sortean su vida a la envestida de un morlaco de 500 kilos lo sufren cada vez que salen al ruedo.
En 2017, Morante de la Puebla lideró las protestas de los toreros por la pendiente que por entonces presentaba el coso. Se ponía fin así al escollo entre el genio sevillano y la arena capitalina al reducir ‘la cima’ alrededor de doce centímetros. Sin embargo, el mal estado del piso continúa como consecuencia de un albero duro y apelmazado que daña a los toros. Así lo señalan a THE OBJECTIVE varias fuentes del sector consultadas, que recuerdan que «durante las pasadas ferias se han podido ver cómo varios toros se han lesionado las pezuñas a causa del albero». Y es que según estas fuentes, la arena dura puede provocar que «los animales se resbalen y pierdan estabilidad». También, en alguna que otra ocasión, se ha podido apreciar cómo los toros, al embestir, quedan atascados en la tierra apelmazada rompiendo alguna de sus astas.
Encontronazo entre Abellán y Morante
Esta circunstancia hizo que el pasado 8 de octubre Morante de la Puebla tuviese un encontronazo en el callejón de la plaza de toros de Las Ventas con Miguel Abellán, director-gerente del Centro de Asuntos Taurinos de la Comunidad de Madrid. Las imágenes y vídeos del rifirrafe corrieron como la espuma por redes sociales. El sevillano –vestido de luces y en un tono desafiante–, a apenas unos centímetros del madrileño –de traje y corbata–, le recriminaba el lamentable estado del coso taurino.
«Le dije que era un chufla. Le dije que delante del toro había tenido muchos cojones pero que fuera siempre había sido un chufla y seguía siendo un chufla», señalaba el sevillano a El Mundo, asegurando que le había pedido explicaciones «de por qué no le había dejado meter a mi apoderado la rastra para ablandar el ruedo por la mañana».
Se dijo que mientras Morante se quejaba, Abellán le comentó: «Lo que tienes que hacer es no anunciarte», lo que desmintió tajantemente el director del Centro de Asuntos Taurinos. Según él, simplemente escuchó lo que tenía que decir el espada andaluz.
«Edificio potencialmente peligroso»
La plaza de toros de Las Ventas, inaugurada en 1931 y de estilo mudéjar, fue declarada Bien de Interés Cultural (BIC) en 1994. En 2018, la Comunidad de Madrid llevó a cabo una primera fase de las obras de rehabilitación del coso madrileño. En esos primeros trabajos, que contaron con una inversión de 1,1 millones de euros de los 15 millones proyectados inicialmente, se recuperó la configuración del falso techo original de las cubiertas y de las andanadas, destruidas por un incendio en 1963 y, además, se llevó a cabo un tratamiento con el objetivo de resolver los problemas de humedad existentes.
En diciembre de 2019, con una inversión de más de 300.000 euros, se hizo una reforma en las fachadas y corrales. Sin embargo, en septiembre de 2021, la CAM anunció la suspensión de la reforma integral pendiente alegando la conservación de los valores patrimoniales, artísticos e históricos del coso. Algo que levantó numerosas quejas de taurinos y no taurinos por no haber aprovechado la pandemia para la realizar las reformas pertinentes, sin necesidad de interferir en el desarrollo de la temporada. Y es que en marzo de 2020, y debido a la covid-19, quedaron suspendidas todas las corridas en la monumental de Las Ventas, celebrándose la primera edición de San Isidro, ya en 2021, en Vistalegre. En total, el edificio estuvo cerrado 18 meses, tiempo suficientes para haber llevado a cabo las mejoras pertinentes.
De esta forma, con una capacidad aproximada de 23.700 espectadores –es la tercera plaza de toros con más aforo del mundo, tras las de México y Valencia (Venezuela)– el estado del edificio en su conjunto sigue siendo para muchos «potencialmente peligroso». Según las fuentes consultadas del sector, «no reúne las condiciones de seguridad elementales» para albergar casi 24.000 almas.
«Muy degradada y abandonada», uno de sus principales problemas es que el acceso a los tendidos altos, y los escalones y salidas hacia la planta baja, a pesar de las obras realizadas este año para ampliar las escaleras, «son insuficientes». De esta forma, nos encontramos, en la primera plaza de toros del mundo, con escaleras, rampas y puertas de evacuación demasiado estrechas «no aptas para una evacuación de urgencia». Tampoco podemos olvidar la «masificación» de los tendidos. 10 sectores circulares, a su vez divididos en localidades de tendidos alto y bajo, gradas, palcos y andanadas, donde la saturación del personal te impide en muchas ocasiones disfrutar de la corrida como es debido.
Y en la zona de los pasillos, los desperfectos son más visibles. Paredes llenas de humedades y desconchones, columnas con guardavivos arrancados, solado en mal estado, mobiliario y puertas deteriorados, elementos de alumbrado rotos y aseos que dejan mucho que desear, no solo en cuanto a estética.
Si bien es verdad que el hecho de que la plaza sea un Bien de Interés Cultural (BIC) entraña una complejidad mayor ante cualquier tipo de intervención, Ángel Sampedro, director del Área de Ingeniería y Arquitectura de la Universidad Alfonso X el Sabio (UAX), apunta en el El Mundo que «esto no solo no debe ser una excusa, sino todo lo contrario, exigiendo de la Comunidad de Madrid, su propietaria, el máximo nivel de exigencia desde el punto de vista de su estado y conservación». Además, Sampedro recuerda los 100 millones de euros que gracias a Las Ventas la CAM ha ingresado en los últimos 30 años. Un dato que ya comentaba el periodista taurino Zabala de la Serna en el citado diario.
La ponzanización de Las Ventas
La ponzanización de Las Ventas es un término que coge fuerza en los últimos años para referirse al «lamentable» estado del coso, que tiende a parecerse cada vez más a la popular calle de copas de la capital madrileña. Jóvenes -y no tan jóvenes– que van a la plaza a beber alcohol convirtiéndola en algo parecido a un botellódromo pre-fiesta de discoteca. La bota de vino y el bocata de las 18 comienzan a ser sustituidos por los gintonics. Y, mientras tanto, en el ruedo, hombres jugándose la vida.
De hecho, ya son varias las veces que en alguna que otra corrida a varios jóvenes se les ha tenido que desalojar por el estado de embriaguez presentado. «Un hecho que indica, además, que no hay ningún tipo de control de seguridad», se quejan las fuentes consultadas, que denuncian que «los toros debe ser el único acontecimiento de masas sin detector de metales, peines de seguridad o policía suficiente» para brindar seguridad a casi 24.000 personas.
El 12 de octubre terminó la última corrida de la Feria de Otoño. El festejo acabó con el triunfo de Roca Rey y Francisco de Manuel tras una gran tarde de toros, pero también con el coso en un estado «indigno». Botellas, vasos, bolsas y suciedad por doquier.
Este 2022, se ha conseguido recuperar el número de abonados a la Plaza de Toros de Las Ventas respecto a 2017 -temporada en la que se obtuvieron los mejores resultados de los últimos años-, alcanzando la cifra de 15.711, en parte, por la liberalización de los precios, y porque ha sido, quizá, una de las temporadas donde han acudido más jóvenes atraídos por la fiesta y no por la Fiesta.
Las Ventas vuelven a estar en boca de todos y ni autoridades ni políticos ni muchos aficionados están por la labor de echar un capote a la primera plaza de toros del mundo que el año pasado celebró su noventa aniversario más olvidada que nunca.
THE OBJECTIVE ha contactado con Miguel Abellán y la Consejería de Cultura de la Comunidad de Madrid sin haber obtenido ninguna repuesta hasta el momento de publicación del artículo.
Publicado en THE OBJECTIVE
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