miércoles, 17 de agosto de 2022

ROCA REY ARREGLA DESASTRE EN SAN SEBASTIÁN PROVOCADO POR EL AYUNTAMIENTO por ZABALA DE LA SERNA

 

El astro peruano cuaja y desoreja un gran toro de Domingo Hernández y levanta casi tres horas de una función dilatada por los constantes arreglos del ruedo; sale a hombros con el portentoso Guillermo Hermoso

El coloso de Roca arregla un desastre en San Sebastián

Como cabía esperar, la actuación de Guillermo Hermoso de Mendoza abriendo plaza respondió a todas las expectativas, las peores y las mejores: minó el inestable ruedo y volteó la plaza de Illumbe


A la muerte del encastado toro de Carmen Lorenzo, sucedieron un par de cosas también según lo previsto: cayeron las dos orejas y apareció el 4x4 para rastrillar y recomponer el albero.

Diez minutos de reconstrucción que no borraron la huella de Guillermo, que atemperó la revolucionada salida del murube con dos hierros. Y sobre Extraño y sobretodo a lomos de Ecuador, tan enfrontilados los quiebros, tan en los medios y de verdad, puso a hervir la caldera donostiarra. Que al calor del día grande y al reclamo de Roca Rey bullía con una ilusionante entrada indicativa de que habría futuro si se trabajase por la ruta del esmero. A ese público leal, constante, irreductible frente a los elementos, no se le paga con la misma moneda: cuando RR paraba al cuajado toro de Domingo Hernández, enterró los pitones en un boquete y se los partió, los dos. Otro tiempo muerto que se sumaba a los acumulados entre lidias por el 4x4.

A las 19.15, durante la lidia del sobrero del mismo hierro, una llamada telefónica de Manuel Chopera, voz y rostro de BMF, trataba de explicar el desastre: «El Ayuntamiento no nos ha dado acceso hasta el 5 de agosto y los camiones de albero, traído de Coria del Río, no han compactado. Es para que tengáis la información completa». Vale.

Nosotros en EL MUNDO lo único que sabíamos se resumía en un mail de su propia empresa del 1 de agosto: «Los trabajos comenzaron con la suficiente antelación para que el estado del albero esté en las mejores condiciones para la Aste Nagusia». A las 19.30 anunciaban por megafonía que se alteraba el orden de lidia: Hermoso actuaría en último lugar para no empeorar la situación.

El estado del piso había condicionado ya la elección de terrenos de Roca Rey, cerca de la querencia, para lidiar al sobrero. Que se movió a veces más descompuesto y por dentro y otras más ordenado y por su camino. RR lo que estuvo siempre es muy firme. Como denominador común de la faena de distintos ritmos, la garra, el ajuste, la ligazón y el poder de su diestra. Su mal de espadas volvió a aflorar.

El ruedo ya había forzado a José María Manzanares para elegir los sitios más llanos, cercanos a toriles, donde menos convenía al toro de Domingo Hernández, que sentía las tentaciones mansitas que siempre habitaron en él. Y, sin embargo, cuando atacaba lo hacía con un calambre de raza, muy humillado, eso sí, pero reponiendo con cierto nervio. La faena de JMM recorrió mucho platillo sin encontrar el acomodo.

Su cabreo se puso de manifiesto cuando lanzó las zapatillas abruptamente en mitad de la obra al colorado cuarto, de buen porte, hechurado en su seriedad. A su contado poder y escaso fondo no ayudó la violencia, la tensión, que José María Manzanares viene imprimiendo a su toreo desde que se echó marzo. La embestida se apagó y Manzanares incendió su enfado. De nuevo el 4x4, el arado del ruedo, un tío corriendo con la regadera de la cal pintando rayas discontinuas. Otro impasse insoportable.

Quedaba el cartucho de Roca Rey para dinamitar la losa. Y no falló como no fallan las figuras en los momentos clave. Pasadas las 20.05 saltó Romano, un toro de una hondura sideral, un volumen estratosférico, recogida cara y los cinco años cumplidos, que escondía en su bodega toda la categoría de Domingo Hernández. Derribó en los caballos con su empuje hacia los adentros. Y puso en un brete al gran Antonio Chacón con los palos. RR, después de prender la mecha del arranque del péndulo, lo reventó sobre su derecha, la mano del toro. Lo cuajó por ese pitón en tres series rotundas, de trazo, encaje y asiento. Y cuando se vino a menos lo exprimió con valor de coloso para pisar donde caen las babas de los toros. Ahora una estocada inapelable le entregó las dos orejas del mismo peso, la puerta grande. Por donde salió con Guillermo Hermoso, que a las 20.45, casi tres horas después del comienzo, pinchaba una faena con el sello de su portentosa precocidad.


Ficha

Plaza de Illumbe. Lunes, 15 de agosto de 2022. Última de feria. Tres cuartos de entrada. Toros de Carmen Lorenzo para rejones, cinqueños y buenos; y Domingo Hernández y un sobrero del mismo hierro para lidia a pie (3º bis), dos cinqueños (4º y 5º); de distintas hechuras en su seriedad y diferente juego; destacó el gran 5º.

Guillermo Hermoso de Mendoza, rejón trasero fulminante (dos orejas). En el sexto, pinchazo, rejón contrario y dos descabellos (saludos).

José María Manzanares, de azul marino y oro. Estocada desprendida (petición y saludos). En el cuarto, estocada casi entera (saludos).

Roca Rey, de marfil y oro. Pinchazo y estocada baja (silencio). En el quinto, estocada (dos orejas). Salió a hombros con Guillermo Hermoso de Mendoza.

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