Por Alejandro Villalvazo.
El amparo llegó al escritorio del juez federal Jonathan Bass, quién se lanzó al ruedo y decidió suspender las corridas de toros en la Plaza México…
¡Olé con la pendejada!
El argumento del juez se basó en algo elemental para una sociedad que aspira a respetar y ser respetada. Pero que en este caso no aplica, la protección de los animales.
¡Animales! Son aquellos que no han entendido que al cancelar las corridas de toros más allá de proteger a un animal, están poniendo en riesgo una especie: el toro de lidia.
Vaya faena de los defensores de los animales que están dando la puntilla al toro creado y criado, sí las dos cosas, creado y criado solo para la fiesta brava, digamos que es un toro hecho a la medida…
Entonces, al no existir las corridas de toros, los criadores dejarán de criarlo, los defensores de los animales tendrán que cargar con ese muerto ¡que ironía!
Que lo sepan, por si no lo sabían, también tendrán que cargar en su conciencia con el sufrimiento de miles de personas y de familias que verán morir su fuente de ingresos.
Los más conservadores calculan 30 mil desempleados… pero hay quien cuenta hasta 100 mil hombres y mujeres que se van a quedar sin trabajo.
En la rechifla al juez Bass, tenemos que decirle que hay algo llamado “libertad” y esto merece mención especial.
En la corrida de hoy, ¡esa libertad de decisión se ha llevado una estocada!
Seamos una sociedad adulta y dejemos que cada quien decida que hace, a qué se dedica, qué ve, qué le gusta, qué aplaude, o qué rechaza.
Pero que esa decisión sea tuya… y tuya… y tuya… y mía… que no sea la palabra de una persona la que se imponga sobre la mayoría… Insisto, hoy esa estocada lastima la libertad de decisión, mañana el ataque puede ser a cualquiera de otra de nuestras libertades, si no reclamamos hoy, no nos quejemos mañana.
Publicado en TV Azteca
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