Ángel Téllez, toledano de cuna y madrileño de vida, conquistó con su temple el enamoramiento del público que agotó la boletería en la Monumental de Las Ventas.
El pasado 17 de mayo Ángel Téllez no tenía apoderado, y hasta ayer mismo, cuando salía a hombros por la Puerta Grande de Las Ventas, este torero del que toda la afición comenta su exquisita y muy templada manera de torear, no tenía quien le representara ante las empresas. Imagino que le habrán faltado pétalos a la margarita de la indecisión, para decidirse por quien o por cual ha de ser el paraguas que amaine la lluvia de ofertas que le han de caer del cielo. De ese cielo madrileño que le viera salir a hombros, y a hombros por segunda vez consecutiva, luego de realizar dos grandes faenas, trasteos que de no haber empañado con la colocación de la hoja de la toledana habriánse convertido en cuatro orejas.
Afortunadamente y al contrario de anteriores presidentes de la autoridad, hoy estaba al frente del cuerpo colegiado un ciudadano que sí respeta la letra de las leyes y de los reglamentos. El presidente no vaciló en respetar lo exigido por una notable mayoría del público que abarrotó la Monumental, barriendo las taquillas para la vigésima corrida del abono de la Feria de San Isidro.
Fue la segunda comparecencia de Alejandro Talavante en el abono, tomar en cuenta que es el torero "punto de diana" en el cartel, en el que Diego Urdiales abría caminos y Ángel Téllez apareció como el sustituto de Emilio de Justo gracias a vistosa e impresionante anterior atención ante los bueyes de Arauz de Robles. Oficialmente sustituyó a Emilio de Justo quien continúa su recuperación tras la terrible voltereta sufrida en esta plaza.
Aciago momento para un gran torero, para quien el ganadero Victoriano del Río, hoy de moda por la excelencia del sus toros respetuosamente habría escogido con las características de “el toro de Madrid” un buen encierro con garantía de éxito en los registros genéticos de la ganadería.
Diego Urdiales, respetable maestro, volvió a desatinar en el sorteo y pechó con dos calamidades, mientras que Alejandro Talavante, dejando constancia de su buen hacer, estuvo muy lejos de competir con Ángel Télle que fue tal su triunfo que pudo haber salido a hombros, como lo hizo, pero en vez de dos con cuatro orejas en sus manos que por aclamación le otorgó el público luego de torear tal y cómo exige el gusto de la parroquia venteña. Es decir, aclaramos “torear como gusta en Madrid” es citar al pitón contrario, echándole la muleta a las pezuñas del toro, jugando correctamente los brazos y fijando en la arena las plantas de las zapatillas. Vieja fórmula, una y otra vez impuesta, tomando siempre la muleta por la mitad del estaquillador. ¡Ah! Y por nada del mundo permitir que las astas de los toros rocen la pañosa.
Antes de sus dos faenas de muleta, Ángel Téllez había asombrado con el temple de su percal toreando por verónicas, rematándolas con media verónicas, ceñidas chiquilinas y homenajeando al gran Gaona con su que de frente por detrás que el pueblo taurino distingue con el nombre de “gaoneras”.
Así fue cómo Madrid confirmó lo que había expuesto, animado y entusiasmado en su anterior presentación.
De ahora en adelante habrá, si se piensa en grande y en Madrid, que pensar en Ángel Téllez.
FICHA DE LA CORRIDA
Monumental de Madrid
27 de mayo 2022
Feria de San Isidro, 20a del Abono
Agotado el papel
Toros de Victoriano del Río, y uno de Toros de Cortés. Todos cinqueños.
DIEGO URDIALES, verde aceituna y azabache. (Silencio y silencio)
ALEJANDRO TALAVANTE perla y oro (ocasión y silencio)
ÁNGEL TÉLLEZ blanco y plata (oreja y oreja con salida a hombros por la Puerta Grande)
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