RUBÉN DARÍO VILLAFRAZ
@rubenvillafraz
«Quiero volver», son las primeras palabras del diestro andino radicado desde hace varios años en suelo azteca José Miguel Parra, quien desde hace varias semanas se ha abocado a volver a la palestra taurina, tras un paréntesis de varios años, tras dejar la estela de un toreo parco, ortodoxo, en especial en plazas de la transcendencia de San Cristóbal (donde tomaría alternativa de la mano del maestro Enrique Ponce), Mérida y Tovar.
«He estado con mi escuela taurina acá en México, entrenando, últimamente con los novilleros que tengo acá, y hemos estado yendo al campo. De verdad he adquirido una madurez evidente delante de los animales, disfrutando cada día más para mí, y eso cuando sucede hace que el público disfrute igualmente. Antes toreaba más para el público y quizás no tanto para mí… ahora disfrutando y haciendo las cosas bien yo hago que eso se trasmita más al público. Eso ha hecho que de un buen tiempo a la fecha me haya vuelto a ilusionar, aun cuando nunca me he ido o retirado, pero los tiempos en el toreo son muy importantes, el tiempo de Dios es perfecto, llegando el momento de volver a vestirme de torero, de ilusionarme con esas ferias en el país que se están reactivando, motivándome a volver a esas citas, en especial a las temporadas andinas de las que deje buen ambiente hace un tiempo, de las que ojalá se dé la oportunidad de entrar de nuevo en ellas. Creo que merezco volver y repetir a ellas...» es el punto de vista del torero de orígenes ejidenses pero desde muy chico formado en la cantera taurina de Maracay.
«Vamos al campo, pensando en el toro todo los días», recalca José Miguel, quien insiste en sus enorme deseos de reaparecer, en especial en una plaza que a pesar de no haber sido la que le formó (lo hizo en la de Maracay donde radica gran parte de su carrera como novillero en el país a pesar de ser de hondas raíces emeritenses), siempre le ha llamado la atención, como es la de Mérida, plaza monumental que este año dio un claro toque de atención de excelencia por la conformación de carteles que hizo gala su edición ferial, al igual de volver a despertar interés local, nacional e internacional, tras el oscuro y lamentable periplo con la que se tuvo sus destinos en los últimos años.
Ganaderías del campo bravo queretano (estado donde reside) y tlaxcalteca, entre las que podemos mencionar los hierros de Julián Hamdam y Maravillas entre otros, son el laboratorio de prueba y lienzo donde José Miguel Parra espera retomar nivel para apuntarse una más que merecida vuelta a estas plazas, esas que ya le conocen sus cualidades, cimentadas por la parsimonia y veteranía que da los años.
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