La temporada de 1948 comenzó con los malos augurios desplegados durante la Temporada del Instituto Nacional de Alfabetización, con los estruendosos fracasos de madrileño Manolo Escudero y del cordobés Agustín Parra ‘Parrita’, quienes se presentaron junto a Paquito Muñoz y el carabobeño Óscar Martínez con los toros de Guayabita cuya mansedumbre provocó la suspensión adelantada de los festejos anunciados por el empresario Cayetano Pastor.
El 28 de noviembre fue el debut en Venezuela como matador de toros de Luis Sánchez Olivares ‘Diamante Negro’. Un torero de gran importancia en Venezuela por su relación de ídolo con el pueblo de Caracas. Era el regreso de Luis Sánchez a Venezuela, luego de una brillante campaña como novillero puntero que abrochó con una alternativa de lujo en 1948, el 29 de septiembre, en Granada, de manos de Paquito Muñoz, con el testimonio del sevillano Manolo González, con el toro ‘Estornino’ de Félix Moreno Ardanuy.
La corrida del debut de ‘Diamante Negro’ en Venezuela fue organizada por el matador de toros Raúl Acha Rovira, con toros de Vistahermosa de don Francisco García, de Bogotá, Colombia. El festejo se celebró a las dos de la tarde y no a las cuatro como es la tradición en Caracas. La situación política generada por el golpe militar en contra del presidente Rómulo Gallegos, autor de doña Bárbara, provocó los cambios.
A la hora de la corrida había toque de queda, tanquetas en las calles, colas frente a las taquillas y llenos los graderíos del Nuevo Circo. Una nación desobediente, por ver a ‘Diamante Negro’. Había nacido el ídolo de multitudes, nunca antes en la historia venezolana se conocía un caso igual, parecido había sido el de Eleazar Sananes ‘Rubito’, pero no con la intensidad popular que provocaba Luis Sánchez por quien la afición de Caracas ‘vendería su colchón’ para ir a los toros. Luis Sánchez Olivares ‘Diamante Negro’ en 1949 encontró la otra cara de la rivalidad artística y fue con el valenciano Alí Gómez, matador de toros con alternativa en la Monumental Plaza México investido por Lorenzo Garza. Eran dos matadores de toros criollos que llenaron a la afición por instantes. Fue ilusión de un día de una pareja que como barca sin timón en manos de sus apoderados navegó sin rumbo y al garete. Sus apoderados, tan ambiciosos que dejaron ir entre los dedos de sus avaras manos auténticas fortunas.
!Cartelazo¡ Pepín Martín Vázqyez, Luis Sáncuez t Antonio Bienvenida ... en Las Ventas de Madrid.
El 11 de diciembre de 1949 en el Nuevo Circo con una corrida colombiana de Francisco García, ocurrió lo que esperaba la afición: se reunieron Luis Miguel ‘Dominguín’, Antonio Velázquez y ‘Diamante Negro’. Los tres diestros cortaron orejas y rabos y salieron de la plaza por la Puerta Grande. El público los paseó en hombros por las calles del corazón de la ciudad antigua y los llevó hasta la Plaza Bolívar. Por ellos había esperado la afición y también la plaza de Caracas. Las barreras fueron cubiertas por el cuerpo diplomático acreditado en Venezuela, en representación de la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas y de los Estados Unidos de América representados por sus Embajadores. Un lleno impresionante y una tensión política sembrada por la situación de la política de Guerra Civil Española, la Guerra Mundial y Venezuela que se abría al mundo como una importante potencia petrolera. Y en la arena tres grandes toreros se jugaron la vida con toros bien presentados y muy bravos de Francisco García. Ha sido una de las tardes históricas en los anales del Nuevo Circo de Caracas.
Y Caracas tenía dos ídolos, Alfredo Sadel y Luis Sánchez
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