lunes, 25 de abril de 2022

CAMINO DEL CENTENARIO(6) Por: Rafael Dupouy Gómez ELEAZAR SANANES, “RUBITO”: 100 AÑOS DE SU ALTERNATIVA EN MADRID

 


 

Eleazar Sananes “Rubito” el día de su alternativa en Madrid, el 17 de mayo de 1922, alternando con “Nacional II”,  Marcial Lalanda y “Saleri II”. Se lidiaron toros de Gamero Cívico, el de la alternativa fue “Sanluqueño”, negro zaino, marcado con el número 99. (Archivo: Hnos. Dupouy Gómez).


El 17 de mayo de 2012, se cumple una importante fecha para la historia del toreo venezolano, la alternativa hace 100 años del ídolo nacional Eleazar Sananes “Rubito”.


Eleazar Sananes Echeverría “Rubito”, nació en Caracas el 5 de enero de 1900, rubio y de contextura, delgada, fue un torero corto en el conjunto de sus suertes, pero emocionante por su gran valor y artista por temperamento e inspiración.


Sus comienzos fueron difíciles como participante en espectáculos de toreo bufo, imitando de pueblo en pueblo a Charles Chaplin. Practicó su aprendizaje taurino con sus compañeros de andanzas y desventuras “Bolivita”, “Canelo”, “Manene” y el viejo “Chispa”. Luego probó suerte dedicándose al toreo serio viajando a Colombia y Perú, donde cosechó muchos éxitos, especialmente en Lima, en el histórico coso de Acho.


El crítico taurino “Curro Puya” de la revista “Elite”, expresaba el furor y la idolatría que despertaba en aquella época Eleazar Sananes “Rubito”:


“El año 1920 marcó una era de evolución en el toreo nacional. Rumores que llegaban de tierras de los Incas señalaban la aparición de un muchacho venezolano, rubio por añadidura, y que les hacía a los toros “cosas de torero grande”. La vieja plaza de Acho se conmovió en sus cimientos ante las hazañas del diestro que todas las tardes de corrida se ganaba una salida en hombros. Y los toros de Asín y El Olivar, bien toreados y superiormente matados, fueron cimentando el prestigio del muchacho rubio. La leyenda empezó a tejer sus hilos invisibles y el romance, la copla de ciegos, saltó espontánea invadiendo las calles, yendo de boca en boca:


“Cuando “Rubito” salió de Lima, toda la prensa lo publicó, y en la estación de La Guaira, Capriles Power lo contrató”.



GRAN DEBUT EN MADRID


Su debut en Madrid como novillero, fue el 6 de abril de 1922 con seis novillos (de desecho de tienta y defectuosos) de D. Rafael Surga Molina y A. García, alternando en un mano a mano con Fausto Barajas.


Así reseñó su impactante debut en Madrid, el reconocido Semanario Taurino “Sol y Sombra”:


“Eleazar Sananes, joven venezolano que el día 6 del corriente mes de abril debutó en Madrid, y que tan excelente impresión causó al público.


Este artista, al realizar su sueño dorado de actuar ante el público de España, no buscó el alivio de las corridas de provincias, si no que, seguro de su triunfo, se presentó en Madrid en día laborable y luchando mano a mano con Fausto Barajas, un novillero de los de más cartel, y por si esto no fuese bastante aún, encerrándose con una corrida de toros de peso y de empuje.


Durante el transcurso de la corrida pudimos advertir en él detalles de artista suficientemente enterado de los secretos del toreo, y si a esto se une que además de ser artista es muy valiente, no será aventurado predecir que Sananes será una figura de extraordinario relieve, según queda expuesto.


Y esto lo realizó con los tres toros que le correspondieron, y en la primera corrida que toreó en España. Caracas no nos ha enviado en Eleazar Sananes una esperanza, por el contrario, entendemos que es una realidad, es un maestro en su arte.


Por lo pronto los madrileños salimos de la plaza en la tarde del día 6 del corriente convencidos de que en Eleazar Sananes hay un artista, y de los buenos.


Eleazar Sananes, al que debemos gratitud los aficionados de Madrid por habernos reservado las primicias de su arte exquisito”.


Luego, Eleazar Sananes “Rubito” continuó toreando exitosamente en las plazas de toros del Puerto de Santa María, Bilbao y Madrid en su segunda presentación como novillero, el día 2 de mayo de 1922 con novillos del Duque de Tovar, alternando nuevamente con Fausto Barajas y Nicanor Villalta. Esa novillada marcó un triunfo importante para el venezolano “Rubito”, saliendo a hombros por la Puerta Grande en compañía del diestro aragonés Nicanor Villalta ante 13.350 espectadores. ¡Fue una tarde memorable!


ALTERNATIVA EN MADRID

 EN CORRIDA DE BENEFICENCIA


“Rubito” toreó dos novilladas en Madrid antes de tomar la alternativa definitivamente, el 17 de mayo de 1922, en la antigua plaza madrileña de la carretera de Aragón en la Corrida de Beneficencia, sustituyendo al lesionado diestro Manuel García López “Maera”, siendo su padrino Julián Sáiz “Saleri II”, actuando como testigos, Juan Anlló “Nacional II” y Marcial Lalanda, lidiando toros de la ganadería de Gamero Cívico. El nombre del toro correspondiente a su doctorado fue “Sanluqueño”, negro zaino, marcado con el número 99.


Lamentablemente, los toros estuvieron bien presentados pero se mostraron sosos y faltos de fuerza. Únicamente pudieron destacarse y lucirse los diestros “Saleri II” que dio la vuelta al ruedo esa tarde. “Nacional II” ofreció una suprema nota de valentía, siendo ovacionado por el público. Marcial Lalanda, estuvo fenomenal con el capote en los tercios de quites y con la muleta derrochando suavidad y temple. Recibió una fuerte ovación saliendo al centro del ruedo para agradecerla. El diestro venezolano Eleazar Sananes “Rubito”, hizo gala de una tranquilidad pasmosa ante sus enemigos, demostrando buenos recursos durante la lidia y habilidad para dar muerte a los toros que le correspondieron en suerte.

Eleazar Sananes “Rubito” hizo historia y se convirtió en el primer matador de toros venezolano que tomó la alternativa en Madrid, actuando en la Corrida de Beneficencia que celebraba el cumpleaños del Rey Alfonso XIII. A este torero se le debe la resurrección de la fiesta de los toros en Venezuela y por eso, fue el que más partidarios tuvo en el país en su tiempo.


MANUEL GRANERO 

LE IBA A DAR LA ALTERNATIVA

 EN MADRID


En carta dirigida el 18 de mayo de 1922 al empresario taurino Capriles Power, Eleazar Sananes “Rubito”, le manifiesta su satisfacción y alegría al recibir la alternativa en la Corrida de Beneficencia celebrada en Madrid.

           

Señalaba “Rubito”:


“El malogrado Granero, a quien Dios tenga en la Gloria, era quien me iba a dar la alternativa en esta temporada. Hasta la fecha estoy contento, pues se han cumplido mis deseos y veo asegurada mi vida de artista y mis triunfos de torero en esta villa coronada. No sabe usted con qué amor tan grande pienso en mi querida Caracas y en mis amigos de esa, cuando se me hace justicia en la gran urbe madrileña. Un saludo para usted y un abrazo para todos”.


Eleazar Sananes



Después de demostrar en ruedos españoles todo aquello que habían visto asombrados, el célebre crítico taurino Gregorio Corrochano, manifestó su impresión sobre Eleazar Sananes “Rubito”, señalando: “En tierras de América ha nacido un gran torero”.


Luego de su alternativa en Madrid, con todos los honores, actuó Eleazar Sananes “Rubito” en Algeciras, Beziers y la capital española. La fama del diestro caraqueño se hizo más popular en Venezuela y sus partidarios formaban legión. La música del pasodoble “Rubito” era imprescindible en todas partes. Bares, cafés, bebidas y tabacos llevaban el apodo del torero y hasta la vieja parroquia de San José, donde vivía el diestro, fue perdiendo gradualmente su nombre. Llegó a llamarse la parroquia de “Rubito”.


Al año siguiente “Rubito” vuelve a viajar a España, pero no logra conquistar al público y retorna a su país, donde nuevamente le acompañaron los triunfos.   





GRANDES “RUBITEROS”



El general Juan Vicente Gómez , su hijo Florencio Gómez Núñez y Juan Vicente su hermano han sido los venezolanos que mas han beneficiado el desarrollo de la tauromaquia en Venezuela. Fundaron ganaderías,entre ellas Guayabita y La Providencia, plazas de toros como La "César Girón" de Maracay, el Nuevo Circo de Caracas y La Victoria y fueron soporte fundamental para el desarrollo de matadores de toros, novilleros y aficionados. El caso de Eleazar Sananes "Rubito" es un ejemplo de lo que sintieron por la fiesta de los toros y de  lo que los venezolanos debemos agradecer y destacar en la historia de los toros en Venezuela.


Mi abuelo, Florencio Gómez Núñez, era compadre del diestro Eleazar Sananes “Rubito”,  y siempre se consideró un apasionado “Rubitero” como se denominaba a los admiradores y partidarios del torero caraqueño.


Recordaba mi abuelo Florencio: “Eleazar Sananes “Rubito”, me impresionó mucho. Lo conocí en la finca San Jacinto propiedad del Coronel Gonzalo Crespo que estaba situada en la entrada de Maracay, allí solíamos torear novillitos bravos, éramos muy aficionados y el primero que nos dio clases de cómo era el toreo fue Eleazar Sananes “Rubito”. Practicamos en un corral que allí existía, ya que la plaza de tienta la hicimos, posteriormente, en “Guayabita”, cuando instalamos la ganadería. Esto fue después de su regresó triunfante de Lima en 1921.


A Eleazar, lo vi torear por primera vez en la Plaza de Toros Arenas de Valencia (Venezuela), el 24 de junio de 1921. Mató seis toros ese día que fue muy lluvioso y conmemorativo del Centenario de la Batalla de Carabobo. Estuvo enorme esa vez, cortó cinco orejas y el tercer toro me lo brindó a mí. De allí nació una gran amistad hasta llevarle a apadrinar a Juan José, su único hijo, a quien le puso ese nombre por la profunda admiración que sentía por Juan Belmonte y Joselito.


Yo ayudé mucho a mi compadre “Rubito”. Lo encargué como listero (persona que llevaba en orden la lista de los obreros y materiales utilizados) durante la construcción de la Maestranza de Maracay. También me empeñé en que fuera Eleazar Sananes “Rubito”, el que tuviera el gran honor como torero venezolano de matar el primer toro de lidia ordinaria en la corrida inaugural de la Maestranza, el 20 de enero de 1933. “Rubito” dudó al principio, porque tenía tres años ya retirado y no se sentía en condiciones, pero después aceptó mi propuesta y nos complació tanto a nosotros como a los aficionados que querían verlo torear de nuevo.  


Eleazar Sananes “Rubito”, fue un torero muy emotivo. Siempre actuaba con mucho valor y entrega. Eso le llevó a ser, en su momento, el verdadero y único ídolo que ha tenido Venezuela. Posteriormente, ocuparía su lugar en el corazón del pueblo venezolano”, Luis Sánchez Olivares “Diamante Negro””.


LA RIVALIDAD

ELEAZAR SANANES  Y JULIO MENDOZA


En nuestra historia todo caraqueño debería saber lo que significaba antaño ser “rubitero” o “julitero”. Ir a una corrida en la que toreaban los dos ídolos de la Venezuela taurina de entonces equivalía a tener que entrarse a golpes por la irascibilidad de los espectadores.


Con esa pareja vino la época de oro del toreo en Venezuela. Julio Mendoza Palma venía empujando duro y naturalmente, fue la “llave” lógica, juntos llenaron las plazas donde actuaron, y entonces se dividieron los aficionados en dos bandos, los partidarios de “Rubito” y los de Julio, incrementando, de manera significativa, la concurrencia de los circos. Cuando se formó la gran rivalidad taurina de esa pareja en los ruedos venezolanos, fue cuando más se habló de toros en Venezuela.


Eleazar Sananes "Rubito" ha sido, indiscutiblemente, el gran ídolo de la afición venezolana. Era un torero valiente, muy fino con el capote, banderilleaba fácilmente y con la muleta hacía cosas verdaderamente emocionantes que hacían parar al público de sus asientos.


Julio Mendoza en cambio, fue un torero muy luchador, con un sentido del torero grande. Podía mucho con todos los toros, era valiente y habilidoso pero, naturalmente, cada uno con su estilo propio. Los dos matadores de toros, tanto “Rubito” como “El Negro” Mendoza marcaron una época en la historia taurina venezolana. Eleazar que nació en la Parroquia de Santa Rosalía, pero vivió toda su vida en San José y Julito Mendoza que representaba a la Parroquia de San Juan, llenaron las plazas de toros y despertaron la ilusión de los aficionados que querían verles enfrentar cada tarde.


He querido dedicar estas líneas de recuerdo al diestro caraqueño Eleazar Sananes “Rubito”, por ser, indiscutiblemente, una de las figuras del toreo más importantes que ha dado Venezuela. Con su ejemplo de torería, fue el primero que abrió el camino para que otros toreros compatriotas pudieran destacarse, posteriormente, en la historia de la fiesta brava nacional e internacional.


Rafael Dupouy Gómez

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