TERCERA CORRIDA
Apoteósico cierre,
con un gran encierro de Los Aránguez,
CON TOREROS Y GANADEROS A HOMBROS
Toros bien presentados y de gran juego, los corridos en festejo pasado por lluvia, donde la terna de espadas, aprovechó a plenitud las nobles y bravas embestidas de los pupilos caroreños. *** Encandiló la brillante actuación del espigado espada Francisco de Manuel, así como la entrega y valor de López Simón, mientras que Colombo repetiría repertorio para igualmente acompañar a los mencionados coletas en la triunfal salida en hombros.
RUBÉN DARÍO VILLAFRAZ
@rubenvillafraz
Fotos: Federico Montes
MÉRIDA (Especial).- La lluvia condicionó el desarrollo del festejo. Pero cuando hay bravura, casta y nobleza en el ruedo de parte de los toros, no se pierde nunca el interés y la emoción. Eso fue lo sucedido en la tercera y última corrida de la edición ferial de este año, un gran encierro el enviado por la divisa de Los Aránguez, a la que se le ha cortado ocho orejas, todas más que justificadas, ante el diluvio que se vino aparecer durante la lidia del segundo toro de la función. Además de ello han contado con tres “jabatos” como han sido los espadas actuantes, todos sin desaprovechar un ápice las cualidades de una corrida de un gran nivel que aún nos frotamos los ojos. Una clara demostración que con mística y mucha afición se puede lograr el milagro de ver una corrida venezolana en toda la regla aun por estos ruedos tan golpeados de moral los últimos años.
Todo un recital de entrega de parte de todos los toreros actuantes, incluyendo las cuadrillas, quienes no perderían compostura ante las cada vez más difíciles condiciones en las que se encontraba un ruedo que soportó la tromba de agua hasta donde pudo. Pero era un clamor ver toros y toreros desplegar técnica y mucho coraje, sacando partido al manantial de bravura desplegado por los pupilos de la familia Riera. Apoteósico el marco sin duda alguna.
Alberto López Simón se estrenaba en este plaza con el toro de menos condiciones del envío, ese que posterior al embarullado picotazo que se le recetó en varas, tornaría a quedarse corto y remolón en su embestida. Supo el espada madrileño esperarle en series en especial por el derecho de mucho temple y mimo, para no atosigar y aburrir los viajes del burel. Firme y decidido en los medios de la plaza se inventó una labor que tuvo su eco en el tendido, para tras el espadazo ligeramente contrario en buen sitio se le premiara con una oreja.
Lo cumbre vino con la lluvia en pleno desarrollo con su segundo, un precioso dije, el cual desde el capote demostraría una franca condición para embestir a las telas que un templado López Simón, quien se le vio a gusto. Firme pelea en el caballo de «Predilecto» N° 61, cárdeno claro, enmorrillado, muy en lo de Buendía, para en la muleta prodigarse el espada madrileño en una actuación compacta, estructurada, de principio a fin. Primero por la derecha, rematándole por detrás de la cintura, para luego por naturales de cuatro o cinco por serie, expresar lo mejor de su parco repertorio. La petición del indulto no se hizo esperar, por lo que tras dos intentos del perdón presidencial, se fue tras la espada, dejando un milimétrico volapié, una pizca contrario, fulminante, para desatar la concesión de las dos orejas y la vuelta merecida al toro en el arrastre.
Por su parte Jesús Enrique Colombo contaría con el lote más franco de la jornada, su primero el cual le luciría en lidia completa de capa y banderillas como acostumbra, para en la muleta prodigarse en series templadas y largas a primeras, para después venir con el toreo bullanguero y a la galería. Ese cambio de “chip” en cierta manera desconcierta a muchos quienes sabemos de sus condiciones en su versión más ortodoxa, pero le resulta efectivo a la solanera la segunda, razón por que con su contundencia con el acero sea salvoconducto para el corte de una oreja, misma ración de toreo que expuso frente al quinto de la corrida, ante un barrizal con la que se encontraba la arena emeritense tras poco más de una hora de intensa y persistente lluvia. La larga cambiada en el tercio, la arriesgada ejecución de las banderillas, así como la variada y trabajada labor muleteril ofrecida a los presentes, dio pie a que nuevamente tras el medio espadazo en buen sitio, se le concediera otra oreja que completaba su balance final en la feria, en total cinco en ambas actuaciones.
Pero el toreo del bueno, de cante grande fue el que dejaría como pinceladas de arte barroco el espigado debutante Francisco de Manuel, actuación preñada de torería por la suavidad e inspirado trazo de los muletazos. Ha sido esta labor, la revelación de la feria, ante los ojos de muchos de los aficionados buenos que se dieron cita en una feria donde se había toreado de modo ordinario, sin ese toque de inspiración que dejo en evidencia un torero que sabe torear, que sabe entender al toro de este encaste, y sobre todo, expresar el toreo para paladares finos. Todo esto lo haría este joven espada, frente a un animal de gran tranco en su embestida, sobre todo por la mano izquierda, lado por donde se le vieron los muletazos de mayor plasticidad, esos que dejaron a todos los que estábamos bajo la lluvia torrencial siendo testigos de una de las faenas cumbres de la temporada. El espadazo en todo lo alto fue elemento indiscutible para concesión de las dos orejas.
Con el que cerró plaza, ya la noche presente, de nuevo De Manuel dejaría momentos de nuevo con ese sello propio que ha encandilado a la afición merideña. El toro que había saltado el callejón y había propiciado momentos de peligro en las puertas de enfermería y de cuadrillas, luego en la muleta tendría el elemento de la intermitencia en las embestidas, llevando la cara a media altura, factor que entendió y solventó el torero madrileño con el arte y poso que atesora en sus formas y maneras. El espadazo ligeramente contrario en buen sitio fue suficiente para que doblara el toro, se le premiara con una oreja, y de esta forma se cerrara una corrida que había dejado a todos los presentes satisfechos, a pesar de la pasada por agua que tuvimos que pagar como tributo a lo que fue un gran cierre de feria.
FICHA DEL FESTEJO
Plaza de Toros Monumental “Román Eduardo Sandia”.
Lunes 28 de febrero de 2022.
III corrida de la LI Feria del Sol.
Con poco más de media plaza (aproximadamente 6 mil personas) en tarde fría, con lluvia torrencial a partir de la lidia del segundo astado, se han lidiado reses de la ganadería caroreña de LOS ARÁNGUEZ (Jesús Riera), en conjunto bien presentados, con edad, bravos en el caballo, empujando, además de nobleza y recorrido en distinto grado en los engaños. Una lástima que es el estado del ruedo no les haya dejado lucir más, destacando el corrido en 4º lugar, «Predilecto» N° 61 de 433 kilos, premiado con la vuelta al ruedo.
Pesos: 449, 444, 435, 433, 482 y 440 kilos
ALBERTO LÓPEZ SIMÓN (Caña y oro con remates en blanco): Oreja y dos orejas.
JESÚS ENRIQUE COLOMBO (Purísima y oro con remates blancos): Oreja en ambos.
FRANCISCO DE MANUEL (Sangre de toro y oro con remates blancos): Dos orejas y oreja.
INCIDENCIAS: Antes de comenzar el festejo se hizo reconocimiento por parte de la directiva de la Asociación de Cronistas Taurinos de Venezuela (ACOTAVE) a las dilatadas trayectorias del maestro del periodismo taurino Víctor José López “El Vito” y el fotógrafo taurino Golfredo Rojas. *** Lluvia una hora previo al festejo y posteriormente a partir del segundo hasta la mitad de lidia del último astado. *** Destacaron en la brega Gerson Guerrero, Ramón Contreras y Francisco “Chico” Paredes y en banderillas nuevamente Abraham Graterol. *** El último toro de la tarde saltaría al callejón propiciando la fractura de tibia izquierda al fotógrafo Ramón Pico, quien se encontraba laborando en dicho área de la plaza.
Francisco de Manuel
se lleva el Sol de Oro 2022
RUBÉN DARÍO VILLAFRAZ
@rubenvillafraz
En el Salón “Iván Cova Rey” de la Plaza de Toros Monumental “Román Eduardo Sandia”, se llevó a cabo, finalizado el último festejo del serial, y tras par de horas de discusión, la entrega oficial de los triunfadores de la Feria del Sol 2022, donde destacan los nombres del espada debutante Francisco de Manuel, quien se lleva el máximo galardón ferial, así como la ganadería Los Aránguez como el encierro más destacados del mismo.
La lista completa de reconocimientos es la siguiente:
- TRIUNFADOR DE LA FERIA DEL SOL: Francisco de Manuel, tras cortar la tarde del lunes 28, tres orejas a los toros de la ganadería de Los Aránguez.
- MEJOR ESTOADA: Francisco de Manuel, la ejecutada al toro…
- MEJOR FAENA: la realizada el diestro colombiano Luis Bolívar al toro «Triunfador» N° 254 de 445 kilos de la ganadería Campolargo.
- MEJOR QUITE: David Fandila “El Fandi”.
- MEJOR TORERO VENEZOLANO: Jesús Enrique Colombo.
- MEJOR REJONEADOR: Francisco Javier Rodríguez, tras cortar dos orejas al toro «Araguaney» N° 255 de 450 kilos de la ganadería de Campolargo.
- MEJOR SUBALTERNO: Gerson Guerrero.
- MEJOR VARA: Carlos Álzate.
- MEJOR BANDERILLERO: Abrahán Graterol.
- MEJOR TORO PRESENTADO: «Merideño» N° 289 de 515 kilos de la ganadería Campolargo.
- MEJOR GANADERÍA: Los Aránguez, propiedad de don Jesús Riera, lidiada la tarde del 28 de febrero, al que se le cortó 8 orejas y un toro de vuelta al ruedo.
PRIMERA CORRIDA
¿Y dónde están los caballos de picar?
Tarde de toros atípica la sucedida ayer en la apertura de la edición de este año, en cartel de diestros banderilleros donde se cortaron un total de seis orejas, así como el retraso y posterior lidia del primer toro de la función sin caballos de picar, pues parece ser que los mismos fueron retenidos intencionalmente por autoridades sin hasta los momentos bajo qué orden o argumento. *** Colombo cortaría tres apéndices, dos El Fandi, y una Benítez, ante un lote dispar de presencia del hierro de San Antonio.
RUBÉN DARÍO VILLAFRAZ
@rubenvillafraz
MÉRIDA (Especial).- Gran ambiente y marco el que lucía ayer la Plaza de Toros Monumental. Una verdadera joya ha quedado el máximo escenario taurino de la ciudad, albergando una entrada de público que no se esperaba, a tenor de las circunstancias en las que se encuentra un estado donde la crisis de combustible ha hecho mella. Pero aun así, el público, aficionado y taurino salió y buscó su localidad para no perderse un cartel que tenía su interés, desde todos los puntos de vista posibles.
Pero la dicha comenzaría a trucarse cuando a la hora del comienzo del festejo, todo el mundo en el patio de cuadrillas se preguntaba, ¿Dónde están los caballos de picar? Esto motivó que la función comenzara casi con la hora de retraso, con el público esperando la salida de toreros, que a la postre decidieron echar para adelante la corrida sin los mencionados equinos. El paseíllo con los picadores a pie, era una imagen surrealista nunca antes vista en el más de medio siglo de fiesta brava en este coso. ¿Que más nos quedara por ver…?
Con este panorama abriría plaza un poco motivado Leonardo Benítez, quien volvía a torear en ruedos nacionales tras más de siete años alejado de nuestras arenas. Se le notaba el desagrado de torear condicionado a una lidia sin picadores, donde de la misma manera el público presente no le estaba tomando importancia a lo hecho. Sobre la mano zurda basaría dicho trasteo, frente a un animal de la misma forma de escasa emotividad y corto recorrido, lo que se traduciría en mansurrón talante. Menos mal que no se explayó más de la cuenta, por lo que de estocada delantera y desprendida y tres descabello le mandó a las pocas prestas mulillas, para ser silenciado tras aviso.
Más garra y entrega se le vio en su segundo, el cual se lidiaría en quinto lugar en razón de que El Fandi necesitaba adelantar turno para su viaje a tierras aztecas este mismo domingo en la madrugada. Variado, jugando las bazas del temple, terrenos, toques y altura precisa en la muleta, el veterano coleta caraqueño supo mantener la “chispa” de nobleza y limitada bravura del burel, el que tanto por la diestra como por la zocata embistió como mejor pudo, condicionado por las limitadas fuerzas. El medio espadazo tendido y trasero que le recetó, cerrado en tablas, fue suficiente para el corte de la única oreja en su haber, que valen por muchas que de la misma manera ayer se entregaron en este mismo ruedo.
El imán taquillero de la tarde tenía nombre propio y ese fue el de El Fandi. Fue agradecido el coleta granadino a lo largo de toda la tarde en entregarse y no escatimar esfuerzo alguno ante el género bovino que pechó. Pero otra cosa fue el repaso trapacero que se endilgó en pegarse ante el rajado y mansurrón que hizo primero de su lote, animal que desde el mismo tercio de banderillas marcaria una clara tendencia a las tablas, las que siempre rebañó y de las que supo aprovechar un veterano de tantas tablas como Fandi, para sacarle pases de todas las facturas, por arriba, por abajo, de costado, de rodillas… en fin, una lidia dilatada más de la cuenta ante la euforia de un público obnubilado por lo realizado por el mencionado espada. El espadazo en todo lo alto, de efectos fulminantes inmediatos, desató la pañolada y con ello que el palco presidencial no aguantara dos pedidas y concediera el par de orejas, más que generosas por demás, pero que a final de cuenta son ya orejas que muchos ya le han endilgado denominación de origen “de Mérida”, para de esta manera asegurar con ello la puerta grande, la misma que no disfrutaría, pues estaba más pendiente David en el compromiso de mañana en México que esos menesteres.
Ante su segundo del lote, nuevamente hubo de echar mano Fandi para no quedar indiferente ante el público, pues sacaría a relucir más voluntad y ganas que lucimiento, frente a otro de los mansurrones de la tarde, donde por todos los rincones del ruedo tuvo que buscarle para meterle en vereda de su muleta, tras la abantas y nulas entregadas embestidas del animal por ambos pitones. El medio espadazo y el certero descabello dejaron su acto final en palmas de cariño y retribución de muchos de los presentes.
Otro cantar y fenotipo fue el primero del lote de Colombo, más en la línea santacoloma que lleva esta ganadería, que a final de cuentas fue el que salvó el honor del ganadero de la tarde. Apretadito de pitones, un zapatico dirían por allí, desde el capote dejó estar a gusto a un relajado y sin presiones Jesús Enrique Colombo, al que le recibió de rodillas en largas cambiadas cerrado en el tercio, que levantaron el ánimo desde el minuto 1 de su actuación. El tercio de banderillas ante este toro sería el más completo de la tarde por parte de la terna de espadas, destacando sobremanera Colombo en un par en todo lo alto, dejándose llegar el animal. Y luego en la muleta el tranco noble y franco del animal dejaría en la retina series por la derecha así como por la zurda, de enorme plasticidad. De las veces que mejor se le ha visto torear a Jesús Enrique, sin esos arrebatos eléctricos, de otros trasteos. Con «Ferdinando» que así se llamaba el burel, hemos visto la mejor versión de un Colombo que debería más a menudo prodigarse por este palo. La insistencia de indulto no cuajó del todo, por lo que se atacaría de toro el diestro taribeño, dejando espadazo entero, trasero y tendido, para cortar ipso facto las dos orejas, ante el beneplácito de la plaza, y quedando pendiente tal vez el detalle de la vuelta al ruedo al toro.
Con el que cerró plaza, no se alcanzaría tales cotas al anterior, pero sí el deseo sereno y parsimonioso de agradar del joven coleta, ante un toro que se vino a menos, y del que incluso alargó más de la cuenta un deslavazado trasteo, ese que por ambos pitones extrajo lo máximo posible. Tras medio espadazo en buen sitio, y un descabello se le premiaba con una oreja, mera anécdota de un palco presidencial que no se quedaba con las ganas de las rebajas de finales de febrero, en cuanto a premios orejeriles se refiere esta tarde.
Dos detalles quedan en el firmamento: hay muchos elementos en contra que juegan desfavorablemente contra la fiesta brava, como lo acontecido con los caballos de pica; mañana pudiera ser otra cosa. Lo otro es que por más que “tres pelagatos” no guste de nuestra fiesta brava, deberían ver que hay otra parte que sí gusta, tal es el hecho del entradón registrado, signo inequívoco que la fiesta brava no moriría por imposiciones, aun cuando para ellos el antitaurinismo le resulte un negocio muy rentable. Lo otro está, es que los enemigos más peligrosos de esto que llamamos toreo, estén en nuestro propio bando, y ya sabes tu amigo lector a quienes me refiero.
FICHA DEL FESTEJO
Plaza de Toros Monumental “Román Eduardo Sandia”.
Sábado 26 de febrero de 2022.
I corrida de la LI Feria del Sol.
Con poco más de tres cuartos de plaza (aproximadamente 12 mil personas) en tarde fría, nublada con ligeras ráfagas de viento, se han lidiado toros de la ganadería SAN ANTONIO (Edgar Bravo) en su conjunto muy al límite en cuanto a trapío se refiere, excesivamente arreglados de pitones, y maquillados en cuanto al peso en la tablilla, destacando por su nobleza el corrido en 3º lugar, los demás mansurrones y descastados, buscando tablas descaradamente.
Pesos: 432, 434, 432, 431, 430 y 430 kilos
LEONARDO BENÍTEZ (Azul añil y oro con remates en blanco): Silencio tras aviso y oreja.
“EL FANDI” (Grosella y oro con remates blancos): Dos orejas y palmas.
JESÚS ENRIQUE COLOMBO (Azul noche y oro con remates blancos) Dos orejas y oreja.
INCIDENCIAS: La corrida comenzó con un retraso de 55 minutos a lo estipulado al no contarse con caballos de picar en la plaza al momento del inicio del paseíllo, por lo que el primer toro fue lidiado bajo la usanza portuguesa, tal y como se anunció en los altavoces de la plaza, ante la incredulidad de los presentes. *** Las razones de la no presencia de la cuadra de caballos de picar de los Guimerá fue que los mismos sufrieron accidente en el páramo merideño, y posterior retención en alcabala cercano a la ciudad de Mérida. *** Entre las cuadrillas destacaron Gerson Guerrero, Eduardo Graterol y Carlos Pizutto en la brega, y en la puntilla Liezer Paredes. *** Se estrenó en el palco presidencial el abogado Frank Castillo de regular desempeño, concediendo trofeos de más en tarde de “manga ancha”. *** La terna de espadas compartieron tercio de banderillas en los tres primeros toros, y luego en los dos últimos todos Benítez – Colombo.
LI FERIA DEL SOL – SEGUNDA CORRIDA
Luis Bolívar y Francisco Javier a hombros ante noble encierro de Campolargo
El espada caleño logra el indulto del segundo de su lote, mientras el rejoneador yaracuyano desoreja al que cerró plaza. *** Rafael Augusto “toca pelo” mientras que Benítez se va de vacío de la plaza.
RUBÉN DARÍO VILLAFRAZ
@rubenvillafraz
Fotos: Federico Montes
MÉRIDA (Especial).- Una tarde un poco densa en su desarrollo, pero que al final tuvo un emotivo cierre con las actuaciones de los rejoneadores. Así podemos definir lo sucedido la corrida de feria de este domingo, en el marco de la segunda corrida del serial emeritense, donde lo más destacado de la función dominical recaería en la actuación del diestro colombiano Luis Bolívar, quien lograría cuajar la faena más emotiva de la jornada, empañada por la inexplicable concesión de un indulto del que gran parte de los presentes ni siquiera había solicitado tal premio, pero la premura del palco presidencial, nuevamente deja entredicho el criterio y resero de esta plaza de toros.
Por su parte las interesantes actuaciones de los rejoneadores Rafael Augusto y Francisco Javier Rodríguez, destacarían por la solvencia y en especial emoción que lograron conectar a los tendidos, ante par de ejemplares de tosca bravura, que permitieron lucir las respectivas cabalgaduras. El más afortunado, por lo efectivo del rejón de muerte, Francisco Javier, desorejando el que cerró plaza. Por su parte Leonardo Benítez no contaría con lote propicio para mayores florituras, frente a animales que no le dejaron a estar a gusto.
La tarde comenzaba con un clima frío, que se contagiaría con el talante demostrado con el juego ofrecido por los primeros astados de los respectivos coletas. Benítez pecharía con un animal poco dado a seguir las telas, tras paulatinamente ir quedándose corto de viaje, protestando a los engaños y con las fuerzas limitadas. No caló el esfuerzo por agradar Leonardo, quien solventó la papeleta tras dos viaje con el acero, para ser silenciado.
Más opciones, mientras se pudo, las tuvo Benítez con su segundo del lote, bello ejemplar, al que a primeras le lució con propiedad y seguridad en largo toreo de capa, para en banderillas así mismo exponer facultades. Pero en la muleta el toro perdería esa chispa, tras paulatinamente quedarse corto y protestar ante las telas ofrecidas por el veterano espada caraqueño. Los mejores momentos sin duda alguna, algunos muletazos por la zurda que levantaron las palmas de los presentes, lo que hizo que el trasteo oscilara en ritmo e intensidad de cara al aficionado. El pinchazo hondo, y luego la estocada entera ligeramente traserita, además de dos descabellos dilató y enfrió los ánimos para lo que pudo haber sido una oreja.
Similares cotas se encontraría Luis Bolívar con su primero del lote, astado al que hubo de sacarle partido en terrenos de tablas, las mismas que marcó desde un comienzo de faena muleteril el mansurrón animal. Le extrajo todo lo que se podía por ambos pitones entre la puerta de arrastres y toriles de esta plaza, en labor un poco más larga que otras manos, lo que justificó su valor y deseos de agradar. El espadazo tendido y trasero del mismo valió para que se le silenciara.
Pero lo mejor vino con su segundo, castaño tostado, anovillado, pero de una nobleza cantada desde el capote, al que saludó con larga cambiada en el tercio. Le mediría en el peto castigo, en puyazo trasero, para en la muleta decantarse por lucirlo Bolívar en imperterrito inicio, a pies junto en pases cambiados por la espalda, que luego sobre la derecha y en especial por naturales degustaría el torero en mención en ofrecer recital de toreo caro, basado en la exacta colocación, precisión en los cites y conocimientos de terrenos, elementos que acrecentaron las virtudes del noble burel, que pasó por la diestra y zocata con magisterio. Justo cuando el torero se iba a perfilar para despacharle, algunos aficionados comenzarían a pedirle el indulto, lo que hizo vacilar al torero en irse tras la espada, para nuevamente tras las bernardinas finales, disponerse a entrar a matar, y vaya sorpresa, asomarse de manera imprevista el pañuelo naranja del indulto al toro, que ni el mismo torero imaginaba iba a ser tan diligente el palco presidencial merideño en concederlo, para sorpresa de muchos, no tanto para algunos, quienes conocemos el ambiguo y rocambolesco criterio que se maneja en esta plaza, uno de los canceres que lamentablemente aun le aqueja, y que viene desde hace varios años a la fecha. Al final torero, público y ganaderos contentos, con el indulto del toro, que para ser sinceros sí acaso calificaba de vuelta al ruedo en un caso extremo.
En rejones vibrante seria la actuación de Rafael Augusto Rodríguez, estrenando cuadra de caballos, destacando la seguridad con los tres rejones de castigo que colocaría, para en banderillas lucirse ante los arreones de un ejemplar que le media constantemente. Meritorios las banderillas “al violín” con las que remató labor que así mismo contaría con una excelente pega por parte del cabo del grupo de forcados Amadores Académicos de Elva, limpia y de enorme mérito. Tras dos pinchazos y un rejón contrario, doblaría el animal y con ello la concesión de una oreja.
Así mismo la actuación de Francisco Javier Rodríguez ha tenido su cuota de emoción, con otro toro de tranco y temperamento bronco ante las monturas, exigiendo al máximo las yeguas del jinete en mención, tanto en los cuatro rejones de castigo que colocó como en el recital con las banderillas que ofreció el rejoneador yaracuyano. Especial momento el par “a dos manos” que dejaría en todo lo alto el vástago del maestro Javier Rodríguez, para cincelar una de sus mejores actuaciones en esta plaza. Por cierto, trabajosa la pega de parte de los forcados ante este toro, quienes hasta en cuatro ocasiones tuvieron que ponerse por delante de un astado, que de la misma manera, pegó arreones a favor de su querencia. El certero rejonazo de muerte, valió para que el toro se entregara a las mulillas y con ello el corte de las dos orejas, las que jubiloso y exultante de emoción paseó por la arena del redondel emeritense.
FICHA DEL FESTEJO
Plaza de Toros Monumental “Román Eduardo Sandia”.
Domingo 27 de febrero de 2022.
II corrida de la LI Feria del Sol.
Con poco más de media plaza (aproximadamente 6 mil personas) en tarde fría, nublada con ligeras ráfagas de viento, se han lidiado toros de la ganadería CAMPOLARGO (Herederos de don Juan Campolargo) en su conjunto correctos de presentación, pero con el común denominador de la falta de raza, casta, sin peligro evidente, destacando por su bondad el corrido en 4º lugar de lidia ordinaria, de nombre «Triunfador» N° 254 de 445 kilos, el cual fue indultado.
Pesos: 430, 450, 515, 445, 450 y 450 kilos
LEONARDO BENÍTEZ (Azul añil y oro con remates en blanco): Silencio en ambos.
LUIS BOLÍVAR (Verde esmeralda y oro con remates blancos): Silencio y dos orejas simbólicas.
RAFAEL AUGUSTO RODRÍGUEZ (Chaquetilla vinotinto) Oreja.
FRANCISCO JAVIER RODRÍGUEZ (Chaquetilla negra) Dos orejas.
INCIDENCIAS:
Antes de comenzar el festejo se hizo reconocimiento por parte de las autoridades de COREMER, al rejoneador retirado Javier Rodríguez, por estarse cumpliendo 42 años de su debut en esta plaza. *** Destacaron en la brega Gerson Guerrero, Ramón Contreras y José Linares “El Yonny” y en banderillas Abraham Graterol.
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