domingo, 30 de enero de 2022

TERCERA CORRIDA / FERIA DE SAN SEBASTIÁN 2022 De Justo y Colombo a hombros crónica de RUBEN DARÍO VILLAFRAZ Foto: Francisco Chacón

Ambos coletas cortarían par de orejas, ante un lote de astados que no facilitaron las opciones de lucimiento de los espadas actuantes Foto: Francisco Chacón 


RUBÉN DARÍO VILLAFRAZ

@rubenvillafraz


SAN CRISTÓBAL (Enviado Especial).- Era el cartel esperado por todos los que vinimos a ver la feria, y de verdad que la expectativa era mayor. El ver casi tres cuartos de aforo cubiertos, en tarde tan idónea para fiesta brava en Pueblo Nuevo, sin duda era un marco incomparable. Pero una cosa dispone el hombre y otra el toro casi lo descompone, pues así se puede catalogar el dispar comportamiento y fuerzas tan limitadas de los toros que desde La Porquera, el ganadero Hugo Alberto Molina se trajo para la corrida de ayer.


De entrada, repito, la corrida estuvo condicionada en su mayoría por las escasas fuerzas de los mencionados astados. A ello tuvo que sobreponerse el par de coletas que hicieron el paseíllo en mano a mano, ambos con las claras intenciones en ningún momento de dejarse ganar protagonismo, haciendo gala de sus recursos. De Justo con su parco y pulcro toreo, Colombo con la explosividad de sus deseos y ansias de triunfo.


El primero de la función correspondería al espada debutante Emilio de Justo, quien obraría en mantener en pie las endebles embestidas del noble «Ranchero». Picado en su mínima expresión, De Justo supo tocar la tecla del temple, el reposo y las distancias para aprovechar en su plenitud la bondad en las telas del animal. Mejores cotas de lucimiento se le vieron por naturales, donde la perseverancia y paciencia fueron las condiciones para sacar partido a tan limitado género bovino. El espadazo tendido y trasero fue suficiente para el corte generoso de la primera oreja de la tarde.


Mayores dimensiones se le vieron ante el tercero, animal un poco más proclive en el recorrido y de mayores condiciones, las mismas que en la muleta supo aprovechar y potenciar un rebosado en torería De Justo para quien el toreo por la diestra tuvo ribetes de torería añeja, siempre colocado en el sitio y terrenos a favor del astado. Por la izquierda de la misma manera rayaría a un nivel cumbre el torero extremeño, a tal punto de ser este uno de los momentos de mayor interés artístico de la tarde. La pena que el espadazo entero y desprendido en parte emborronara tal obra, para cortar una oreja, igualmente de las de mayor valía de la jornada.


Otro panorama fue el que se encontró ante el que se cerró su lote, donde la media verónica con la que remató recibo de capa (digna de cartel) así como las vanas intenciones de lucir un toro tan a contraestilo que por más que lo intento por ambos pitones poco lo logró, sería lo más destacado y logrado.. La fortuna fue el medio espadazo en buen sitio que fue suficiente para mandar a las mulillas dicho mulo.


Por su parte el compromiso y responsabilidad de la tarde tal vez le haya pesado al diestro local Jesús Enrique Colombo, ante lo acelerado de su proceder a lo largo de la tarde. Ante el segundo de la función, el cumplimiento de banderillas no fue lo esperado, tercio desigual, donde el mejor fue el primero de ellos. Ya en la muleta, las ganas y deseos de agradar desde el primer momento hicieron de su trasteo eléctrico y bullanguero, más a la galería que para lo que en realidad requería el animal. Pero como el público presente estaba a favor del torero, bastó el certero espadazo en lo alto fulminante, para cortar una oreja.


Intranscendente pasó ante el jabonero que pechó en cuarto lugar, otro animal que tampoco se prestó a mucho lucimiento y donde en banderillas nuevamente se le vería errático al joven coleta taribense. Con la muleta no pudo descifrarle Jesús Enrique las distancias ni terrenos a un toro que de la misma manera poco se prestó a mayores florituras que incluso hizo que el torero se tirara a matarle sin la muleta, dejándole una estocada desprendida y delantera para ser silenciado.


Y en el que cerró función, presionado por cómo iba la tarde, nuevamente a Colombo se le observó un poco más acelerado en su proceder a lo normal, queriendo hacer todo sin la parsimonia que requería «Taribero». De verdad tarde desconcertante, donde primó más el toreo a la galería que el toreo fundamental. El espadazo fulminante sería razón para que el palco presidencial otorgara una oreja, con fuerte petición de la segunda, ante el fervor desatado de sus partidarios en los tendidos.


Culminaba así con la salida en hombros de ambos espadas de un mano a mano, donde cada quien con sus armas veló sus mejores cualidades y donde los contrastes marcaron el criterio de quienes salimos de la plaza con un dejo de frustración por no del todo haber propiciado mayores opciones la materia prima en esto, que es el toro…



FICHA DEL FESTEJO


Plaza de Toros Monumental “Hugo Domingo Molina” de San Cristóbal.

Sábado 29 de enero de 2022. III corrida de la LVII Feria de San Sebastián.


Con poco más de tres cuartos de plaza (aproximadamente 9 mil personas) en tarde calurosa, soleada y ventosa, se han lidiado toros de RANCHO GRANDE (1º y 6º) y EL PRADO (2º, 3º, 4º Y 5º) propiedad de los Herederos de Hugo Domingo Molina, discretos de presentación, limitados de fuerzas y a menos en la muleta en su conjunto.

Pesos: 460, 440, 433, 435, 440 y 440 kilos.


EMILIO DE JUSTO (Sangre de toro y oro con cabos y remates blanco) Oreja, oreja y palmas.

JESÚS ENRIQUE COLOMBO (Azul marino y oro con remates y cabos blancos) Oreja, silencio y oreja


INCIDENCIAS: Destacaron en banderillas José Linares “El Yoni” y en la brega Carlos Pizzuto. *** Excelente desempeño del puntillero Eliecer Paredes nuevamente al igual que lo ha hecho en toda la feria. *** Los toros lucieron divisa negra en señal de luto por ser el primer encierro que se lidia en ausencia de quien fue su propietario, Hugo Domingo Molina.


oooOOOooo


LA CRÓNICA DE "VITICO" por Víctor Ramírez "Vitico"  EMILIO DE JUSTO Y COLOMBO POR LA PUERTA GRANDE  


La corrida de mayor expectación de la feria internacional de San Sebastián demostró que el toreo sigue muy vivo en Venezuela, ya que el público respondió con una magnífica entrada, en tarde donde ambos espadas, Emilio de Justo y Jesús Enrique Colombo salieron a hombros aunque cada puerta grande tiene un peso distinto. 
Emilio de Justo puso sobre el tapete la torería y clase que le ha llevado a estar en la cresta de la ola. Con el primero, un toro que ya de salida estaba limitado de fuerzas, destacó en varios lances con clase y abriendo faena el toro se le coló golpeándose en tablas lo que le terminó de lesionar. De Justo fue paciente, le dio tiempos y espacios, toreando primero a media altura abriendo los caminos y luego ya más asentado el astado, bajando la mano y llevándole largo. Faena labrada con precisión que tras estocada propició la oreja. Ante el tercero, de mejor condición, Emilio toreó con temple, mando y estética. Siempre muy encajado, dando el pecho a la embestida, el diestro corrió la mano con auténtico mando y gusto sobre todo al natural, con una técnica estupenda. Al quinto le saludó con bellos lances a pies juntos y ante un toro soso y deslucido, se empleó a fondo para conseguir pases con cadencia, temple y gusto. Una media defectuosa enfrió el ambiente aunque hubo leve petición de trofeo.
Tarde desconcertante la de Jesús Enrique Colombo, que salió muy presionado, pues por momentos se amontonó y aceleró en exceso. Si bien su lote fue deslucido, por parados y tardos, el tachirense tiró de efectismos para amarrar el triunfo. Valor y disposición a raudales pero también mucho barullo. Con su primero estuvo eléctrico con el capote y muy desacertado con las banderillas, tercio en el que de momento no lo ve claro. Faena voluntariosa con algún pase largo pero primando las ganas sobre otra cosa. Con la espada fue un cañón. Con larga cambiada saludó a su segundo, fallando de nuevo en banderillas para enfrascarse en una larga faena a un jabonero deslucido, con el que estuvo machacón, tirando de efectos especiales. Entró a matar sin muleta y cobró una estocada. Al sexto al que recibió con larga cambiada y le hizo un buen quite por lopecinas, tras volver a estar espeso en banderillas salvó un par al violín, Colombo buscó el triunfo por la vía de los desplantes, molinetes, pases de rodillas, es decir hizo el toreo para la galería. Siempre con ganas, entrega y valor porque no se dejó ganar la pelea y tras una estocada fulminante ( sin duda es un gran estoqueador) cortó una oreja generosa ante una fortísima petición de un segundo trofeo a todas luces fuera de lugar, que el presidente, en su sitio, no otorgó. 

FICHA DE LA CORRIDA

Plaza de toros Hugo Domingo Molina de San Cristóbal.
Sábado 29 de enero.
Tercera corrida de feria.
Más de tres cuartos de entrada en tarde espléndida.
Dos toros de Rancho Grande (1°6°) y cuatro de El Prado ( 2°3°4°5°) terciados, de poco juego en su mayoría, deslucidos por sosos y descastados. El de mejor condición el tercero, noble y con cierta clase.
Pesos: 460, 440, 430, 435, 440 y 440 kilos.
Emilio de Justo, de grana y oro: Oreja, oreja y palmas tras leve petición.
Jesús Enrique Colombo, de azul marino y oro: Oreja, silencio y oreja.
Los dos espadas salieron a hombros.
En las cuadrillas destacaron Eduardo Graterol, Carlos Pizzuto y muy acertado con la puntilla Eliecer Paredes.
Emilio de Justo debutó en Venezuela con el toro "Ranchero" número 199, colorado listón ojo de perdiz de Rancho Grande.
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