Con la llegada de un nuevo año la información taurina se inunda de renovadas esperanzas con los avances de carteles de las primeras ferias de la temporada. Pese a que de nuevo la incógnita sobre si se podrán celebrar las mismas vuelve a estar muy presente por el brutal avance de la ola de Ómicron, los empresarios se han puesto manos a la obra para que el año taurino comience con la mayor normalidad posible.
Una de las primeras empresas que quiere sacar los carteles a la calle cuanto antes es la de Valencia. Rafael García Garrido, que emprende está aventura en solitario y sin Simón Casas de socio, quiere que para Fallas el coso de la calle de Játiva acoja cuatro corridas de toros, un festejo de rejones y una novillada con caballos entre el 13 y el 20 de marzo. Una feria reducida en cuando al número de espectáculos, comparándola con las anteriores ferias anunciadas en el coso de Monleón, que va a propiciar que se produzcan las ausencias, muchas de ellas injustificadas, de muchos matadores de toros. Nombres como por ejemplo el del murciano Paco Ureña, que de momento y si nada lo remedia, se quedará fuera de la feria de Fallas pese a ser uno de los triunfadores de la última feria celebrada en ese coso, la de julio de 2019.
Para hacer los carteles de la feria, el equipo de Rafael García Garrido parece no haberse estudiado la hoja de servicios que lleva el torero de Lorca en esa plaza, pero sin embargo si les ha dado cabida a toreros que por el momento no han dicho nada, ni en esa plaza ni en las de mayor categoría del panorama taurino actual.
Paco Ureña debutó en Valencia de matador de toros el 10 de mayo de 2014 dejando una gratísima impresión y jugándose literalmente la vida ante toros de Lagunajanda. De hecho, uno de ellos lo cogió de manera espantosa, librándose de milagro de una cornada de importancia. Ese día dio una vuelta al ruedo y la afición pidió que el murciano repitiera en otra ocasión.
Volvió en 2016, en plena feria de Fallas para lidiar una corrida de toros de Adolfo Martín. Ese 13 de marzo paseó un apéndice demostrando a los valencianos su evolución como torero.
Una progresión que volvió a mostrar en 2017, primero en Fallas quedándose a las puertas de abrir la Puerta Grande el 15 de marzo tras una sensacional actuación con toros de Jandilla. Ese día dio una vuelta al ruedo y paseó un trofeo, que pudieron ser más si no falla con la tizona. Luego en la feria de Julio, concretamente el día 22, pegó su primer aldabonazo importante en una tarde épica en la que fue cogido de fea manera al entrar a matar a su primer toro. Sin que nadie lo esperara, salió a matar al sexto toro de Luis Algarra y cuajó una monumental faena que produjo el éxtasis de los tendidos. El único que no quiso unirse a la fiesta fue el presidente que dejó su actuación tan solo en una oreja. Pero tal fue el impacto que Ureña fue declarado triunfador del ciclo de San Jaime.
En 2018 volvió a cortar otra oreja en Fallas a un toro de Garcigrande el día 17 de marzo y volvió a formar la mundial en Julio. El 28 de Julio, en un festejo que compartió en mano a mano con Román, dio una espectacular tarde. Su toreo exquisito se fusionó con las embestidas de los toros de Luis Algarra y la tauromaquia sonrió. Tres orejas y un triunfo unánime que le valió para ser de nuevo el triunfador del ciclo.
En 2019, último año donde se celebraron en Valencia toros con normalidad antes que estallara la pandemia, Ureña reapareció en Fallas de su grave percance del 2018 en Albacete. Allí dejó a toda la afición helada por su fuerza de superación, por poner a su profesión por encima de su misma vida. Cortó una oreja que pudieron ser más si la espada hubiera viajado certera.
Volvió en Julio, y volvió a triunfar, cotándole una oreja a cada uno de los toros de Luis Algarra que lidió y saliendo de nuevo por la Puerta Grande.
Si en 2022 no está en la cartelería de la feria de Fallas, Rafael García Garrido y su equipo van a cometer uno de los atropellos más grandes jamás cometidos en la historia de la tauromaquia. Un desafuero que pone otra vez esa pregunta que tantas veces nos hacemos los aficionados y los toreros en su interior: “¿Para qué valen los triunfos?”
A tiempo está la empresa de solucionar el desastre.
Según ha trascendido, la empresa cuenta con los nombres de José María Manzanares (por partida doble) “El Juli”, Emilio de Justo, Roca Rey, Morante de la Puebla, Juan Ortega, Pablo Aguado, Antonio Ferrera, Daniel Luque, Román y Diego Urdiales, que se encuadrarían para lidiar reses de Victorino Martín, Victoriano del Río, Garcigrande y Juan Pedro Domecq.
Si hablamos de injusticias, también llama soberanamente la atención la ausencia de “Rafaelillo”, otro torero con triunfos importantes en Valencia con toros de encastes que no todos los toreros son capaces a torear (véase su histórica faena al toro “Trastero” de Cuadri) y que tampoco parece tener sitio.
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