Vino a Venezuela en cuatro oportunidades. Toreó en Maracay, Barquisimeto toros de Los Aránguez y un festival en Caracas. Foto: blog El Vito a los toros
Raúl García, matador de toros regiomontano, escribió garndes capítulos en la Historia de la Plaza de Toros Monumental México. Pergaminos históricos por la calidad de sus faenas, las que descubrieron a los toros Comanche de Santo Domingo, 1965 y Guadalupano de Las Huertas, 1967.
Comanche fue su toro más recordado. Toro de la ganadería de don Manuel Labastida, Santo Domingo, faena que relataba con Pablo Labastida, cuando coincidíamos en los tentaderos por aquellos predios ganaderos de San Luis Potosí. Predios de Santo Domingo terruño de muy joven Pablo Labastida, que izaría la divisa de Espíritu Santo para continuar la líena de los Labastida,
Raúl el 31 de enero de 1965 en la Plaza México toreó magistralmente a Comanche que por su lidia mereció indulto.
El gran torero regiomontano, mi compadre Raúl, también indultó en la México a «Guadalupano» de la ganadería Las Huertas, el 17 de mayo de 1967. Lo que lo colocó en el grupo de toreros que más indultos han concedido en esta plaza, número de indultos que comparte con Curro Rivera entre los diestros que más astados han indultado en la Plaza México, con dos ejemplares cada uno, solo superados por Jorge Gutiérrez que indultó tres toros en el Embudo de Insurgentes.
Ha sido Raúl la expresión genuina del torero mexicano que supo defender el cuartel azteca cuando El Viti, Paco Camino, Diego Puerta visitaban la extensas temporadas mexicanas. Aquellas que con el señuelo del dinero muy provocativo invitaba a las plazas de la frontera con los Estados Unidos. Un señuelo que también atrajo a Manuel Benítez “El Cordobés”, que desde 1961 enamoraba a los públicos mexicanos, y americanos. Aquella temporada de 1963 El Cordobés toreo 33 tardes consecutivas, fue el año que en Guadalajara Manuel Benitez le cortó un rabo a un toro, la misma tarde que César Girón fue herido de una cornada en la cara, quedando la tarde en un mano a mano con Alfredo Leal y toros de José Julián Llaguno.
Raúl García, sobrino del Esteta Potosino, Gregorio García, se hizo torero en la Ciudad de México, aunque sin olvidar sus orígenes regiomontanos pues le anunciaban El Esteta de la Ciudad de Acero, refiriéndose a la urbe neoleonesa.
Fue la carrera de Raúl de la mano de la evolución de la Plaza Monumental a partir de la presentación de Manuel Rodríguez Manolete, pues con apenas 9 años de edad ya Raúl pisaba “la legua” -termino taurino mexicano, para el camino de los iniciados.
Su personalidad, aparte de la calidad de su toreo se fundó en una educación taurina muy superior a la de sus compañeros de quinta. Raúl, aparte de haber sido un torero de cartel, logró participar en directorios empresariales y gremiales añadiéndole al tirón del público aficionado la admiración, cariño y respeto de todos quienes somos sus amigos.
Conocí a mi compadre en los corrales de la Monumental de Las Ventas de Madrid en agosto de 1972, la mañana de una corrida de toros de Ruiseñada en la que se anunciaba en los carteles a Adolfo Rojas. Llegó Raúl con una escayola en un brazo, por fractura sufrida en Lisboa en festejo que toreó con Antonio Bienvenida.
En Madrid nos reunimos con el ganadero venezolano Alberto Ramírez Avendaño y más tarde con Sebastián González y con el actor venezolano Oscar Martínez. Con Oscar viajamos a la Feria de Bilbao.
Era nuestro primer viaje a España.
En Bilbao nos reunimos, gracias al cartel que tiene Raúl, entre toreros y taurinos de buen cartel, con dos personajes que se convertirían en amigos para toda la vida: Domingo González Lucas, Dominguín, y Raúl Acha Rovira. Había debutado Curro Rivera en Bilbao, con una corrida de Urquijo de descomunal presencia y de gran calidad. El sobrino de Martín Agüero no dejó mal a su tío y abrió de par en par las puertas de Vista Alegre.
La amistad con Raúl creció con el tiempo. Vino a Venezuela en cuatro oportunidades. Toreó en Maracay, Barquisimeto, ambas tardes toros de Los Aránguez y un festival en Caracas que festejaba la reunión entre pares de las Asociaciones de Matadores de Toros de México, Colombia y Venezuela ,cuando las agrupaciones americanas eran respetadas por sus pares ibéricos-
Raúl García hizo brillante campaña como novillero en México. Pareja con Gabriel España, dos novilleros que juntos en el cartel llenaban la Monumental Plaza cada domingo, metiendo más de 30 mil espectadores por novillada. Unidos en la competencia, más no en la vida,
Raúl García y Gabriel España alcanzaron la alternativa el 1 de febrero de 1959 de manos de Luis Procuna en Morelia y la confirmación 16 de abril de 1961 de la misma en la Plaza México de manos de Fernando de los Reyes “El Callao”. En España fueron Paco Camino y El Cordobés el padrino y testigo de su confirmación de la alternativa en la Plaza de la Monumental de Las Ventas 26 de mayo de 1966 con una corrida de Galache con el toro . Toda una investidura de figura del toreo, pues como les contaba, ayer me dio mucho gusto volver a conversar con mi compadre.
Recordando a Raúl veo pasar 50 años de amistad y de historia taurina muy bien vivida en amplitud.


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