Fueron mis primeros contactos con los toros los que llenaron el equipaje de la fantasía de aquella fábrica de sueños en casa de mis primos Lazo Graells. Sueños que crecieron las noches infinitas, aquellas del viaje transoceánico. Barcos que cubrían la distancia que separa en 40 días de navegación el puerto de Barcelona, con los muelles del apostadero en La Guaira convertidos en tiempos de la postguerra en la puerta grande para el destino de la inmigración europea.
Los migrantes bajaban de los navíos fatigados tras la travesía que hicieron esperanzados procedentes de Barcelona, entonces ciudad taurina e importante, muy importante, entre las plazas de categoría en la entrañable España: Barcelona estaba a la altura de Madrid, Bilbao, Sevilla porque Barcelona, desde época medieval, tenía con merecimientos históricos el sello de taurina.
La práctica del lanceo de toros, impuesta por Carlomagno y Alfonso X, El Sabio, fue respaldada, para mayor fuerza, con la celebración una corrida de toros en 1387, que se consideraría en los anales históricos de Cataluña como la primera corrida de toros celebrada en suelo catalán. Más tarde,1802, construida la primera plaza de toros en el barrio marinero de La Barceloneta importante y referente de Cataluña (inaugurada en 1834).
Después de la Guerra Civil no decayó el toreo en Cataluña. La aristocracia catalana se sintió arropada por la pasión, estimulada por el andalucismo en su urbana invasión de baile, cante, y gastronomía que invadiría la ciudad como lo hizo en el resto de Iberia y gran parte de América con la Tauromaquia en las presentaciones de Joselito el Gallo, Juan Belmonte y el mexicano Rodolfo Gaona aquellos días de la Edad de Oro.
Más tarde, y con mayor contundencia, tuvo que ser la figura de Manolete -el sol que iluminó el camino de los años treinta y cuarenta - , cuando surgió un “boom” de toreros catalanes, la “época dorada” del toreo catalán apoyada, dirigida y estimulada por el empresario Pedro Balañá Espinos el gran propulsor de “la Fiesta", personaje que merece respeto y recuerdo por los taurinos y especial agradecimiento por parte de los venezolanos por las oportunidades brindadas a nuestros espadas.
Entre todos, César Girón, destacado y consentido de don Pedro. Ahijado de Carlos ç Arruza, triunfador desde novillero en la Monumental, tanto que cuando Carlos Arruza reapareció en Barcelona lo hizo en la Feria de la Merced 1954 para que Girón apareciera en el firmamento universal del toreo como figura de la Fiesta de los Toros. Había sido El Ciclón en época de Manolete, el primer torero en la historia taurina universal, en cobrar 100 mil pesetas por tarde.
En efecto, insisto, reaparición que provocó la aparición en el mundo taurino de César Girón, proa y rumbo por años del toreo en Venezuela, impacto histórico taurino que hizo trizas la adversidad de la opinión de aquellos que no creían que los venezolanos podían ser toreros.
Todo nació una tarde en la ganadería de Leopoldo Clairac, procedente de lo que se había distinguido con el hierro y la divisa de Gamero Cívico. Ocurrió una inolvidable tarde en Ledesma, Salamanca durante un tendadero en el que, entre varios toreros, dirigía el cuñado de Manolete: Agustín Parra “Parrita”.
Parrita dirigía el tentadero, cuando se enteró que “aquel muchacho en la tapia es venezolano". Recordó en ese instante Parrita aciagos momentos vividos en Caracas. Aquella tarde cuando ante toros de Guayabita él y Manolo Escudero fracasaron. Fracaso ruidoso y con tanto estruendo que los dos torros pasaron la noche en los calabozos de la policía caraqueña. El pecado fue haber escuchado tres avisos en cada uno de sus toros provocando un alud de protestas entre los iracundos aficionados.
Parrita zacudido por el pundonor que descansa en el alma de los toreros, quiso desquitarse dándole una oportunidad al maletilla caraqueño para que rematara la faena de la brava vaca de don Leopoldo de Clairac .
Sin pensarlo dos veces Girón saltó desde de la tapia, se plantó ante la vaca y trazó muletazos de valía.
Pedro Balañá aquella tarde era uno de los invitados de don Leopoldo, viendo el aplomo de Girón aunque con los defectos de quien se inicia en el difícil oficio de la lidia, expresaba el aplomo de la emoción que provoca la entrega total.
Don Pedro Balañá, igual que presumía de su formación cubriendo apenas algunos grados de la primaria en la escuela elemental y con el arrojo que le distinguió, y distingue, como descubridor de valores de la torería, aquel día invitó a César Girón a que se prentara en Barcelona. Eso lo contaba Girón, y decía que “Cuando Fernando Gago regresó de América, Balañá le informó que César Girón estaba anunciado para el 16 de marzo en la Monumental”.
“Antoñete” y Carlos Corpas acompañaron al venezolano en el cartel de su presentación en Barcelona.
César Girón se hospedó en el Hotel Comercio en la calle de Escudillers. Alojado en la Habitación 11, el padre de Victoriano Valencia le dijo: “Vas a tener suerte, ¡porque ese número es de suerte!”
Triunfó el venezolano, y el éxito transfiguro el rango de aspirante a prospecto el importante proyecto para los aficionados de Barcelona. Eran otros los planes de don Andrés Gago y de don José Flores “Camará”. Sin sus toreros don Pedro Balañá se abriría un camino distinto, un sendero diferente, con otros toreros rectificado por los éxitos universales alcanzados por César Girón en Madrid, Sevilla, México, Lima, es decir, impuesto por los éxitos resonantes y definitivos en las capitales del toreo mundial.
La categoría adquirida por César Girón, y los triunfos incontetables del venezolano como primera figura del toreo universal se impusieron, con la aprobación de don Pedro Balaña la alternativa de los hermanos Rafael y Curro Girón en la Feria de la Merced de 1956, 27 de septiembre en la Monumental de Barcelona.
Caso único el de tres hermanos, y además extranjeros, llenaran de bote en bote la inmensidad de la Plaza de Toros Monumental de Barcelona, con toros de los Hermanos Peralta.
Recuerdo de mis primeras lecturas, comentadas por mis primos en un castellano salpicado de acento catalán y recuerdo, cuando soñábamos con ir a Barcelona y agradecer a los hermanos taurinos de Catalonia tantas cosas por estar involucrados con la Tauromaquia Venezolana. Está el caso de Luis Emilio Olivo, torero caraqueño que (1916) fue el primer venezolano en torear en España. Olivo se presentó en la plaza Arenas de Barcelona, que por ser de raza negra la empresa de la Ciudad Condal lo anunció como un “torero extravagante”. Olivo se presentó con Daniel Martínez Piñero con uteros de Pedro Sánchez y un jinete brasileño en el cartel anunciado sin nombre como “el campeòn invencible de la Chirigotería”.
Más tarde el novillero Felipe Reina. “Niño de Rubio” torero andino, tachirense oriundo de la ciudad de Rubio, cuna del presidente Carlos Andrés Pérez, debutó en Barcelona como novillero. Luego iría como banderillero en la cuadrilla del matador de toros caraqueño Eleazar Sananes “Rubito”, el primer torero venezolano con alternativa en Madrid, Plaza de Toros de la Carretera de Aragón (1922), primer venezolano con alternativa en España. El segundo sería César Faraco (1955), en Las Ventas de Madrid.
Más tarde, alcanzaron la alternativa de matadores de toros los siguientes toreros venezolanos en Barcelona y otras plazas catalanas como Palma de Mallorca y Figueres…
César Girón
Alternativa: 28 de septiembre de 1952. Barcelona (“Monumental”), España. Toros de Antonio Urquijo. Padrino: Carlos Arruza. Testigo: AgustínParra Parrita. Toro: Farolillo, número 188.
Rafael Girón
Alternativa: 27 de septiembre de 1966.Barcelona (“Monumental”), España.Toros de los Hermanos Peralta.Padrino: César Girón.Testigo: Curro Girón.Toro: Pavito, número 16.
Curro Girón
Alternativa: 27 de septiembre de 1956.Barcelona (“Monumental”), España.Toros de los Hermanos Peralta.Padrino: César Girón.Testigo: Rafael Girón.Toro: Chucero, número 6.
Carlos Saldaña
Alternativa: 27 de octubre de 1957.Barcelona (“Monumental”), España.Toros de José Ramos Matías.Padrino: Joaquín Bernadó.Testigo: Fermín Murillo.Toro: Jarano, número 26.
Efraín Girón
Alternativa: España. 27 de junio de 1963. Barcelona (“Monumental”), España. 6 toros de Emilio Ortuño Duplaix y 2 toros del Conde de Ruiseñada. Padrino: César Girón. Testigos: Fermín Murillo y Luis Segura. Toro: Famoso, del Conde de Ruiseñada.
Adolfo Rojas
Alternativa: 1º de octubre de 1967. Barcelona (“Monumental”), España. Toros de Antonio Garde. Padrino: Rafael Ortega. Testigo: Francisco Rivera Paquirri. Toro: Jarretero, número 57.
Héctor Álvarez
Alternativa: 1º de octubre de 1967. Palma de Mallorca (Islas Baleares), España. Toros de Atanasio Fernández Iglesias. Padrino: Andrés Hernando. Testigo: Víctor Manuel Martín. Toro: Cardilisto, número 26.
Celestino Correa
Alternativa: 22 de septiembre de 1974. Barcelona (“Monumental”), España. Toros de José Ortega Casado. Padrino: Dámaso González.
Testigo: Enrique Calvo El Cali. Toro: Correlinde.
Pepe Cámara
Alternativa: 11 de septiembre de 1977. Figueras (Gerona), España. Toros de Leopoldo Lamamié de Clairac. Padrino: Jaime González El Puno. Testigo: José Salazar.
José Nelo Morenito de Maracay
Alternativa: 24 de septiembre de 1978. Barcelona (“Monumental”), España. 3 toros de Lisardo Sánchez y 3 toros de Santiago Martín Sánchez. Padrino: Dámaso González. Testigo: José Mari Manzanares. Toro: Lavadito, número 56, de Lisardo Sánchez.
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