EL TRIUNFO de Isaac Fonseca en el Final de Finales de la Liga Nacional de Novilladas en España lo eleva a un sitio importante en su México, donde desde hace tiempo la enterada y apasionada afición azteca “busca un torero”. Se han hecho esfuerzos, reuniendo tiempo y dinero como aquel grupo llamado Tauromagia que dirigió Julio Esponda del que nutrieron los esfuerzos de muchos ganaderos que como Xavier Sordo de Xajay y Eduardo Martínez Urquidi de Los Encinos y del que egresaron toreros como Arturo Saldivar, Mario Aguilar, Sergio Flores y El Payo ocupando espacios que la generación de los toreros de dinastía, salvo la excepciones de Miguel Espinosa, Arruza y David, dejaron vacíos
Lo del michoacano Fonseca es distinto. Breve en sus inicios cayó en manos del maestro -nunca tan bien aplicado el grado de magister- Carlos Aragón Cancela, ganadero de Flor de Jara, antigua ganadería de Joaquín Buendía, y director de la Escuela Taurina de Colmenar Viejo, tierra de ganaderos con historia bien contada por parte de Luis Fernández Salcedo en libros varios y diversos en sus temas.
Dándose el caso que para la época y en Colmenar, en la escuela, se reunían varios novilleros venezolanos. Entre todos destacaba un muchacho de Mérida, José Antonio Salas Pirela. No me extraño escuchar elogios de su toreo, le había visto en una novillada en Maracay en la que destacó por la calidad de su toreo a pesar de lo verde que estaba en la profesión. De su calidad, aunque enfatizando sobre su escasa experiencia, le conté a Carlos Aragón quien siempre agradecido con los venezolanos por lo bien que en Venezuela le trataron hizo grandes esfuerzos por incluir a José Pirela -nombre con el que se Anunciaría en adelante en los carteles- en los grupos de aprendices de la Escuela de Colmenar.
José Pirela, José Antonio Salas Pirela, llegó a España como exiliado político. Situación que significó un inconveniente para su desarrollo técnico como torero. Al solicitar asilo, lo que a la postre logró, en aquellos momentos le impedían movilizarse dentro del territorio de la comunidad europea con la libertad requerida para poder torear en Francia y en otras plazas españolas.
Coincidió su llegada a la Escuela de Colmenar con el arribo del mexicano Isaac Fonseca. Procedía de Michoacán, México, y desde muy niño influyó en su afición por los toros su abuelo, Enrique Fonseca llevándolo a las corridas de toros, visitando ganaderías y siendo espectador en tentaderos y muy especialmente viendo entrenar a su abuelo y, lo más importante, hablado de toros con don Enrique.
Todo eso vertido en Isaac lo convirtió en el personaje de carácter que es hoy. Así lo cuenta su maestro de Colmenar Viejo, Carlos Aragón, quien cuenta que es muy poco lo que ha hecho por influir en la disciplina que rige la vida torera de Isaac. Todos siempre le admiramos, al extremo de lo ocurrido con José Antonio Pirela.
Cuenta Carlos Aragón que el venezolano Pirela llegó a ser en la primeras semanas de su estada en Colmenar el torero en el que se centraban las ilusiones. Hizo buena amistad con Isaac, tentaban juntos y muy unidos estuvieron siempre hasta que, un día, dice Carlos, José Antonio me comunica su deseo de no continuar en la Escuela: -“Me he dado cuenta que para ser torero, torero como va a ser Isaac, hay que sacrificarse mucho. No soy capaz de vivir este tren de entrega, entrenamiento, disciplina, en fin hacer lo que hay que hacer para ser figura del toreo. No soy capaz.”
Hoy José Antonio Salas Pirela ya no está en la Escuela Taurina de Colmenar Viejo. El venezolano trabaja como Mayoral en una ganadería vecina a Colmenar, y gana dinero suficiente - según sus palabras- “para ayudar a mis padre, económicamente”.
Isaac Fonseca ingresó muy temprano en la Escuela Taurina de Michoacan, a cargo del matador de toros Jacobo Hernández, su actual apoderado. Nunca habló que iba a ser profesional. Un año toreando de salón, más tarde uno que otro festival. En México Isaac toreó 14 novilladas, incluso toreó en la Plaza México. No veía futuro en la forma como transcurrían los días y decidió, luego de mucho meditar, viajar a España convencido que “… la estructura en España era la que se prestaba para ello".Todo se dio gracias a un antiguo maestro de la escuela taurina del Colmenar Viejo Daniel Torres quién me vio en un tentadero en México y le planteamos el deseo de venir a España. Encantado se ofreció a intentar buscar la puertas y envió un par de videos a Carlos Aragón Cancela, dio el visto bueno y lo demás es historia…”
Así lo señala en su estupendo reportaje sobre Isaac Fonseca, Adiel Armando Bolio: el michoacano cerró la Temporada 2021 con 21 novilladas; 41 orejas; tres rabos; y 16 salidas a hombros.
Con 23 años Isaac Fonseca se ha convertido en uno de los novilleros más prometedores, ha triunfado donde ha toreado y es el primer paso para llegar a lo más alto y poder alcanzar su sueño: "Darle lo mejor a los míos".(*)
(*)Debo informar que hasta la fecha no se muestra interés en México. La Monumental cerró cartelera, ni palabra de Aguascalientes, Guadalajara o Monterrey.
No hay comentarios:
Publicar un comentario