sábado, 14 de agosto de 2021

CAPÍTULO SEIS DEL LIBRO GARFIAS, EL TORO DE MÉXICO: LOS ANTECEDENTES por Víctor José López EL VITO

 Capítulo Séis

LOS ANTEDEDENTES

por Gustavo Robledo

 

x


La familia  de don Antonio y doña Irene Garfias de los Santos

 


 Hablar de la Familia Garfias en San Luis Potosí, nos obliga a remontarnos años –muchos años atrás- en la unión y su origen que tiene con otra familia ganadera de nuestra fiesta potosina: la Familia Labastida y su origen taurino en la Hacienda de Santo Domingo de la Familia Peña.

La Hacienda de Santo Domingo fue desde su fundación hasta entrado el siglo XX una estancia de paso que servía como muleros y abrevaderos para quienes transportaban producto de las zonas mineras, agrícolas y ganaderas de la región para el paso de las caravanas, a la capital del País.

Era un mesón donde se detenían las caravanas, y que posteriormente fueron asentando sus reales varios grupos de inmigrantes en la zona, desarrollando diversos polos productivos agrícolas y ganaderos de los cuales Sto. Domingo formó parte.


A principios del siglo XIX el dueño de estas tierras fue rico francés llamado Don Jesús Ivanhué, quien vivía en lo que actualmente se llama Santo Domingo el viejo; este personaje posteriormente le vendió todas estas tierras a la familia Peña.

La ciudad de Polotitlán, Edo. de México, es una localidad situada en la parte norte de esta entidad federativa, en los límites con los estados de Querétaro e Hidalgo sobre la actual Carretera Federal 57. En la época prehispánica y durante los primeros años de la conquista esta zona fue conocida como Acahualzingo y San Nicolás de los Cerritos estableciéndose las primeras encomiendas y por ende los primeros asentamientos ya formales con personajes novohispanos que asentaban sus reales en busca de negocios agrícolas, ganaderos y de comercio sobre todo. De entre estos personajes tiene su arribo en 1734 un español oriundo de Oviedo, don Juan Ruiz Polo, quien por su prospero desempeño logro asentar a sus descendientes como una familia ilustre y de gran fama en la localidad, lo que permitió que desde mediados del siglo XVIII y hasta pasada la mitad del siglo XIX que se elevó a categoría de Municipio, ésta pequeña villa tuviera el nombre de Polotitlán, cuyo significado toponímico aunado con la preposición náhuatl de “Titlán” que significa “Lugar de” o “donde se encuentra” mas el apellido Polo, tuvo como sencillo resultado que el “Lugar de la Familia Polo” sea hoy la ciudad de Polotitlán.

De esta ciudad, también destaca un distinguido “Polotitlense”, don José María Garfias Saldivar. Comerciante y agricultor nacido el primero de julio de 1797. con grandes dotes de ingeniero y de arquitecto, José María Garfias edificó el primer portal de Polotitlán, los mesones y la posta donde paraban los transeúntes, las diligencias y las bestias de carga que descansaban en el pueblo cuando llegaban del interior de la República. Pero, además cooperó en la construcción de la iglesia y de la escuela en la división de las calles, alineándolas y dirigiendo la mayor parte de las fincas y emprendió la grandiosa obra de surtir a este pueblo de agua. 

Pues bien, vamos entonces “cerrando la pinza” de nuestra noche. 

Resulta que un día, del poblado de Polotitlán, a orillas del viejo camino a Querétaro y por ende a San Luis Potosí, sale para realizar sus actividades económicas un joven comerciante llamado Teodomiro Garfias Polo, nacido en 1856, quien, por juegos del destino, en lugar de tomar una ruta hacia el sur, es decir en vez de seguir hacia la Ciudad de México, tomó rumbo hacia el norte en  la búsqueda expandir sus actividades en la ciudad de San Luis Potosí. Llegando –y hasta ahí llego- a hacer una parada de descanso en la Hacienda de Santo Domingo, donde recibe la bienvenida de su propietario don Miguel Peña.

 Don Miguel tenía dos hijas: Carlota Peña y López, quien casó con don Manuel Labastida Pesquera. De este matrimonio en 1887 nacería don Manuel Labastida y Peña, patriarca ganadero y fundador de la dehesa de bravo Santo Domingo.

La otra hija de don Miguel Peña fue doña María Senorina Alejandra Peña y López.


Marco, Javier y Pepe Garfias de los Santes, tres ganaderos de la primera linea del toro mexicano.

 

El destino, las reglas morales y la voz de mando de don Miguel Peña –el Señor de la casa- jugaron sus piezas para concretar lo que pudo o no pudo haber pasado. Don Marco Garfias,se refería a esta anécdota con risas y mucho pudor, en atención a la época: resulta que un día Teodomiro, muy joven estando tomándose unos pulques en los bodegones de la Hacienda de Santo Domingo, donde no existían sanitarios ni urinarios, salió “de hacer las aguas” de un lugar cercano la pequeña Senorina, y Teodomiro fue testigo  de cierta desnudez y la vio en posición nada apta ante un desconocido  (eso dijo don Miguel) y como no hubo poder humano que le hiciera cambiar de opinión por la afrenta visual y moral que Teodomiro había causado con una de sus hijas, le “obligó” de manera cordial cerrar un compromiso de bodas para que cuando la pequeña Senorina “estuviera en edad de merecer” contrajeran matrimonio. 

Y así fue que se cerró el capítulo escrito por el destino –o más bien por don Miguel Peña- para que Teodomiro Garfias sentara sus reales en San Luis Potosí.

Una vez casados don Teodomiro y Senorina, y formada la familia Garfias Peña, el comerciante polotitlense sentó sus reales en la zona, y no solamente por la zona de Santa María del Rio. 

“Sentar sus reales” es cuando se llega a un sitio con el propósito de establecerse y de adquirir  poder y dominio de las cosas. Se  llamaba "real" al campamento minero, especialmente se refería al lugar donde estaba la tienda del ice del campamento. De ahí procede este dicho.

Hombre de campo y sabedor de los negocios comenzó a ampliar su espectro de trabajo y así logro adquirir un buen número de haciendas. Entre las haciendas  destacaron La Ventilla en Villa de Reyes y De Santiago en Villa de Arriaga, que en su época de apogeo llego a tener más de 15,000 has,

De este matrimonio nació en 1890 en la Hacienda de Santo Domingo, Antonio Garfias Peña, quien en 1918 a sus 28 años de edad contrajo matrimonio con Irene de los Santos, jovencita de 16 años, originaria de Sabinas Hidalgo, N. L. que visitaba en San Luis a su hermana mayor, que ya radicaba en esta capital, “Chonita”.

Este joven, Antonio Garfias Peña,  dedicado también a la agricultura y ganadería, hereda junto con sus hermanos la vasta cantidad de tierras que de don Teodomiro, que muere en 1916, que integraban las haciendas Santiago y de La Ventilla   administradas por él junto con su hermano Pancho Garfias a quien le vende su parte de La Ventilla y ser él su propietario, mientras Antonio se quedó como único dueño de Santiago.

 Don Pancho Garfias vende a la familia Beascoa La Ventilla y estos la venden a don Edgardo Meade Elordouy.Esta familia, los Beascoa serán de gran influencia en la formación y educación de don Javier Garfias de los Santos.

Los primero hijos de este matrimonio son: Irene nacida en 1920, casada con don Edgardo Meade Diez Gutiérrez; Antonio en 1922, quien falleció en un accidente de avión en pleno Centro Histórico de San Luis; Alicia en 1924; Francisco en 1929 y Javier en 1929. En 1935,  nace Marco Antonio y a los 6 años en 1941 también 13 de junio, Jose Antonio Garfias el hermano menor de Javier y ganadero de De Santiago.

Gustavo Robledo, Corresponsal de Al Toro México


 







1 comentario:

  1. Y donde quedó Esther Garfias peña y Ana María Garfias peña

    ResponderEliminar