En la ciudad de Valencia se anuncia dentro de pocos días un festival que tiene una gran importancia para la fiesta en Venezuela, ya que es el inicio del camino para reactivar la temporada taurina. El sábado 24 de julio puede marcar la pauta para un nuevo comienzo, tras meses de parón obligado por la pandemia. Con novillos de Los Aranguez actuarán Manuel Medina "El Rubi", Luis Pietri, Alexander Guillén, Jonathan Guillén y Fabio Castañeda. El festival en si representa muchas cosas, todas importantes de cara al futuro, tanto para la misma fiesta como para los que en el participan. Esperemos que todo se de muy bien para tener la fecha apuntada en la memoria. Porque todo comienzo merece ser apoyado y posteriormente recordado. Volver a los toros después de tanta angustia, tener de nuevo actividad en nuestro país es sin duda la mejor noticia taurina en mucho tiempo.
LA REALIDAD DEL TOREO
Hablar de los entresijos del toreo, de lo que se cuece de puertas para adentro nunca ha sido tarea fácil. Pero de vez en cuando conviene echarle un vistazo al panorama de la fiesta, para analizarla y de ser posible encontrar soluciones, cosa nada fácil desde luego. Revisando lo que va de temporada europea se puede apreciar que varios espadas están posicionándose para dar el salto a figuras del toreo, mientras los que ya lo son siguen dando guerra sin cuartel, algunos ganaderos están sacando adelante sus camadas gracias al apoyo de los toreros importantes mientras que otros tienen que mandar las camadas al matadero como Samuel Flores. Y conviene empezar por Europa porque viendo próximos carteles en plazas de España, Francia y Portugal se ven combinaciones parecidas en plazas grandes y menores, en las ferias y fuera de ellas, con algunos toreros americanos acartelados, la mayoría de ellos mexicanos en plazas francesas. Llama la atención ver cómo no se ve a Jesús Enrique Colombo en ningún cartel, después de sus buenas actuaciones en el festival de Toledo e Istres. Sacar cabeza siempre ha sido todo un desafío pero ahora desde la pandemia mucho más porque se dan menos festejos, los puestos son pocos, pero desde luego para los toreros venezolanos el camino tiene demasiadas espinas. Venezuela es sin duda el país taurino más débil, por múltiples razones. Salvo en el campo, nuestros toreros no tienen donde mostrarse y así pegar un golpe en la mesa es casi imposible, porque sin escenario, un artista no existe. Colombo es quizás el caso más visible pero no el único, todos los toreros nacionales siguen entrenando, preparándose con ilusión, buscándose la vida para esperar una oportunidad que les permita tomar aire. Eso por no hablar de los ganaderos que lo están pasando muy mal. Pero a ver quién le pone el cascabel al gato ante una situación que es preocupante. Venezuela lleva años suspirando por una figura del toreo, por revivir los viejos tiempos gloriosos de las grandes ferias, cuando era un país apetecido por las figuras del toreo y escaparate para muchos toreros que venían a darse a conocer ( incluido el mismísimo Enrique Ponce). La realidad actual es otra muy diferente, más dura,menos romántica, pero si no aprendemos todos de ella, el futuro es cárdeno, por no decir negro.
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