Buena la corrida de La Quinta y recital de clase y torería de Pablo Aguado que cortó tres orejas y dejó una fantástica carta de presentación en el Coliseo de Arlés. Dos buenos toros y dos faenas cargadas de armonía del sevillano que toreó al ralentí a sus dos oponentes, brillando en ambos casos, la entidad de su mano izquierda. Enjundiosa su primera labor frente a un toro bueno, al que dibujó muletazos de categoría. Asentado, a compás, con ritmo. Un muñequeo precioso y preciso. Un oreja tras media estocada.
El quinto fue un toro extraordinario. De los toros de Santa Coloma que se entregan por abajo, cuando les coses los muletazos con las yemas. Así lo hizo Aguado en una obra tan creativa como sabrosa. Intensa, profunda. Sin un tirón, toreando con el alma, fundiendo sus muñecas con el animal. Una sinfonía. La espada, certera. El triunfo rotundo. Dos orejas.
A hombros con Aguado, un nuevo torero francés: Maxime Solera tomó la alternativa. Justo y cabal su triunfo. En justicia supo estar a la altura de un lote bueno. No era fácil para él, acostumbrado a otras guerras y en una tarde de tanto peso. Sorprendió por su temple innato, por su asiento y no tanto por su entrega, a la altura del compromiso. Un trofeo a cada toro. Su primera faena tuvo más argumento. Frente al gran sexto, el conjunto fue a menos. Pero el éxito fue lícito.
El lote de menos opciones le correspondió a Morante de la Puebla. Con el capote toreando a la verónica se lució frente a su primero, lances de puro primor. Un clamor. Morante en concierto. Luego, el toro, se vino a menos y llegó sin fuelle a la muleta. El cuarto, complejo. Un toro con pies y viveza. No hubo posibilidad de triunfo.
FICHA
Coliseo de Arles. 4.000 espectadores.
Toros de La Quinta. De buena presencia, serios, variados de hechuras y de buen juego. Extraordinarios 5º y 6º, éste último premiado con la vuelta al ruedo. Buenos, con clase y ritmo, 1º y 3º. Noble, a menos el 2º. Complicado el 4º.
MORANTE DE LA PUEBLA: Palmas y silencio.
PABLO AGUADO: Oreja y 2 orejas.
MAXIME SOLERA, que tomaba la alternativa: Oreja y oreja
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