Manzanares fue desagraviado en Cuchilleros.
La foto es de la primera entrevista al joven Maestro en tierras americanas. /Foto Roberto Moreno
Extracto de un capítulo del libro
MEMORIA DE ARENA,
Igual a Manzanares se habían revelado El Capea y Paquirri, Manzanares se ganó la enemistad declarada del periodista y de la prensa cómplice de los caprichos del informador.
Decidimos en Meridiano iniciar una campaña de apoyo a Manzanares. Nos motivó, en primer lugar, la gran injusticia que se cometía contra el joven de Alicante. Manzanares prometía convertirse en un grandioso torero, al que los taurinos deberíamos estimular y cuidar ya que traía a la fiesta un mensaje fresco y renovador, nada arcáico a pesar de tener sus raíces confundidas en lo más profundo del belmontismo debido a la sana influencia de su apoderado, Alberto Alonso Belmonte.
Las páginas taurinas de El Universal lanzaron el infundio del periodista en contra de José Mari Manzanares, como en una oportunidad y el mismo fablistán lo hizo en Madrid contra César y Curro Girón con una terrible acusación de “evasión de impuestos”.
Se acusó, y lo hizo sin fundamento, al maestro alicantino de haber salido de Venezuela por San Antonio del Táchira cmino a Cúcuta, para burlar la vigilancia de las autoridades.
Todo ocurrió en Valencia, aquella tarde que Manzanares tuvo que salir de la plaza antes que concluyera la corrida porque debía torear en Lima, al día siguiente.
Necesitaba llegar a Maiquetía antes de las once de la noche. La hora acordada para la salida del vuelo privado, que lo llevaría a Lima.
El periodista en cuestión y sus amigos se confabularon y le acusaron a Manzanares de "dejar a Carlos Rodríguez El Mito con la responsabilidad de la corrida, mientras que él (Manzanares) abandonada sin motivo ni razón la plaza de toros”.
A El Mito le apoderaba un militar de alta jerarquía, y en ese momento aquel coronel apoderado hizo causa con el critico. Este tipo de ataques no ha sido nuevo en nuestra breve historia del periodismo taurino. En una oportunidad se lo hicieron a “El Cordobés”, también infamia fraguada en el mismo cerebelo que ahora acusaba de ” evasión de impuestos” a Manzanares, obligándole a permanecer en el país más de lo estipulado pues las autoridades de Aduana, le impidieron al torero de Alicante embarcarse por el Aeropuerto Internacional de Maiquetía, sin lograr aportar pruebas a sus argumentos acusatorios.
Juanito Campunzano organizó un desagravio para José Mari Manzanares, con una comida en Los Cuchilleros, el 27 de marzo. Asistió un buen número de los contertulios de la peña de ” Los Amigos del Toro” y algunos sectores de la prensa se unieron al acto de justicia que se le hizo a este gran torero.
Ese mismo mes Marubini había hecho el anuncio de la contratación de los mexicanos Alfredo Gómez “Brillante”, Jorge Gutiérrez y Martín Agüero para la temporada de novilladas y Antonio José Galán protagonizó un hecho en La Maestranza de Maracay, que le llevó a la cárcel vestido de luces. Sucedió que cuando Galán lidiaba su toro se lanzó a la arena un joven espontáneo. Al parecer se trataba de un muchacho conocido por los parroquianos, que era alumno de una de las muchas escuelas taurinas que hay en la Ciudad Jardín. Cuando la fuerza del orden público se llevaba al joven, el público protestó ruidosamente. Galán, que busca sacarle partido a todo, se solidarizó con la actitud del público y corrió hacia donde estaban los policías que llevaban detenido al espontáneo para solicitar con gestos excesivamente notables su libertad. Esta actitud de Galán soliviantó aún más al público, que estuvo a punto de una insurrección popular contra la autoridad de la plaza. En medio de ese clima de agitación Antonio José lidió su toro de Bella Vista y al final de la faena entró a matar sin muleta por engaño y en su lugar utilizó un sombrero. El toro cayó a la arena mortalmente herido. El público solicitó para Galán la oreja, lo que no satisfizo la presidencia. Se recrudeció el ambiente de irrespeto para con los jueces y Galán se convirtió en director del concierto de insultos y manifestaciones ofensivas, por lo que fue conducido hasta el Cuartel de la Policía de Maracay vestido de luces.
Esto le ayudó mucho al ” loco” Galán, quien siempre ha sabido sacarle punta a estas situaciones adversas.
• Ese día Carlos Osorio ” Rayito” resultó herido en el cuello de una cornada de un bellavistero. La corrida tachirense salió con muchas dificultades a pesar de su diminuta presencia. El tercer espada del cartel fue Carlos Rodríguez ” El Mito” quien apenas pasó por la plaza.
La cornada de “Rayito” fue magnificada por la prensa, por las declaraciones de Gonzalito, su apoderado. Esto provocó que sacaran a Carlos Osorio de la corrida de Valencia, la que se celebró una semana después en la Monumental. En esta oportunidad Gonzalito se lamentó de sus exageraciones andaluzas y de exceso de influencia en la prensa, pues de Valencia se le escapó la bolsa de dinero más importante que el maracayero iba a devengar en su breve campaña por los ruedos nacionales.
No hay comentarios:
Publicar un comentario