martes, 28 de julio de 2020

LA IGNORANCIA EN ARMAS AL ATAQUE Por Víctor José López EL VITO



Los toros en el mundo están siendo atacados por ejércitos muy poderosos. Tan poderosos, que en su formación se reflejan aquellas legiones que devastaron al mundo, con todo tipo de guerras. Lo hacen sosteniendo las incontenibles armas que pone en sus manos la ignorancia. 
El toreo, expresión pecuaria, está en el banquillo de los acusados en un juicio que ha inventado la sin razón urbana, izando banderas de falso humanismo a espaldas del más auténtico de los patrimonios intangibles de la América de bronce, y la hispanidad

EDO, GRAN PERIODISTA Y ADMIRABLE CARICATURISTA,
HEREDERO DE LA RIQUEZA  VENEZOLANA DE LA PROTESTA GRÁFICA
CON GRAN SENTIDO ESTÉTICO


No recurriremos, como peregrinamente se recurre a mencionar hombres y mujeres ejemplares, recursos de tautología retórica, perogrullo inútil por mal empleado y perjudicial como alegato en defensa de lo que nos pertenece. 

Lo que hacemos en Libertad, libres como los poetas y libres los pintores que pintan razones de pueblo como libres son los cuatro maestros de la plástica venezolanas que en esta obra del caraqueño Edo Sanabria, representan muchas cosas. Tanto dicen con su arte verdadero, que el pueblo podría convertirla en banderas por la Libre expresión y el Libre albedrío. Emprender marchas por el camino señalado por el Abey Road, ruta de la libre expresión y de la Libertad. 

Son ellos Arturo Michelena (La vara rota), Armando Reverón (Toros de La Viña en los corrales del Nuevo Circo), Jesús Soto (Eterna permanencia en los tendidos de su plaza de Caracas) y Cruz Diez (fisiocromías doble faz en la Plaza de Toros Monumental de Valencia)

CRUZ DIEZ, FISIOCROMÍA COMO CAPOTE DE PASEO

Hoy protestamos, porque para destruir al Nuevo Circo el régimen recurrió a la falsa humanidad. Utilizaron la mentira de la refacción desde la Alcaldía de Caracas como recurso, y el monumento de la ciudad como chivo expiatorio para cometer todo tipo de tropelías,  fundir sus históricas placas alegóricas a las hazañas taurinas y convertir en dinero miserable el bronce de César Girón, homenaje de un gran escultor, Laíz Campos, al pueblo de Caracas.

Un pueblo que hoy es sordo y desobediente porque no hace caso al mandato del Himno Nacional, cuando ordena “seguir el ejemplo que Caracas dio.”

LA VARA ROTA DE MICHELENA... MÁS TORERA, ¡IMPOSIBLE!


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