martes, 23 de junio de 2020

ES LO QUE DIGO YO por Luis Cuesta

  Pasivos y mudos.


Los eventos masivos forman parte fundamental de la socialización de los seres humanos, pero el coronavirus cambió por completo la relación y la distancia entre un individuo y otro en el mismo espacio. Muchos científicos consultados por importantes medios internacionales aseguran que asistir a un espectáculo o juego deportivo debería posponerse hasta la llegada de una vacuna.
Por Luis Cuesta — De SOL y SOMBRA.
En nuestro país, algunos empresarios y artistas se encuentran trabajando con el fin de crear nuevos métodos que les permitan retomar sus actividades, pero la realidad es que pasan las semanas y parece que la pandemia de Coronavirus tardará mucho en salir completamente de México, pues aunque en Asía y Europa empiezan a retomar poco a poco sus actividades, en nuestro país podría tardar por lo menos un mes más la etapa crítica.
Ayer por ejemplo se anunció que los deportes profesionales en México volverán en algún momento, pero para su regreso las cosas serán muy diferentes, pues tendrán que disputarse en estadios sin público, a puerta cerrada, y aunque el futbol profesional de primera división iniciará su próximo torneo el 24 de julio, la posibilidad está sujeta a cambio de acuerdo con el avance de la enfermedad. Incluso la Liga MX ya se está preparando para un torneo sin aficionados durante el Apertura 2020.
Este escenario muy posiblemente aplicará también para el regreso de las corridas de toros en México, ya que si lo hicieran, lo tendrían que hacer sin público, pero sin éste y a diferencia del fútbol -que cuenta con televisión y patrocinios- en los toros no habrá ventas, y si no hay ventas, no habrá dinero. Y sin dinero habrá pérdidas.
El coronavirus nos ha zarandeado fuerte, ha desnudado algunas fuertes debilidades en los seres humanos, en los Gobiernos y en las empresas y, por supuesto, también ha demostrado que la TAUROMAQUIA, con mayúsculas, debe replantearse, no ya el futuro, sino su presente. El mundo del toro le ha visto nuevamente las orejas al lobo y mientras algunos empresarios consideran la posibilidad de realizar algún festejo suelto sin publico, la realidad es que para la gran mayoría de los aficionados eso sería como hacer un caldo de pollo sin pollo ¿le queremos llamar caldo de pollo?, pues llámenle así, aunque no lo sea para muchos. Pero una cosa si me queda clara, siempre será mejor un caldo, que morirse de hambre.
El regreso de los festejos en Europa para los meses de julio y agosto debe servir como un indicador para medir el comportamiento de los aficionados, especialmente en aquellos con edades vulnerables ya que los resultados de una reciente encuesta en España, indicaron que la mayoría de ellos esperarían al menos un año para volver a acudir como espectadores a una corrida de toros, a un estadio, al teatro o a un concierto.
Ante este difícil panorama parece que lo único que podría salvar las corridas de toros en México en este 2020 sería la televisión en festejos con aforos limitados con o sin público y la unión de todos los sectores taurinos, siendo este último el más complicado en una industria en donde por lo general impera más la mezquina individualidad que lo colectivo.
¿Que decidirán finalmente nuestros herméticos taurinos? Unirse y salir a los medios a darle la cara a la afición presentado un plan de trabajo con diferentes escenarios para reactivar su industria o seguir actuando como si no pasara nada mientras cientos de toros en el campo se enfilan rumbo al matadero.
Y mientras la aniquilación masiva de reses bravas se produce en los rastros, ¿nuestros toreros continuarán en silencio? Qué acaso no existe en ellos una sola voz independiente y libre que externe públicamente su posición.
Si hay un sector de la tauromaquia al qué hay que reprobarle más su silencio en estos momentos es al de los matadores, que triste ha sido verlos tan pasivos y mudos ante la grave situación por la que atraviesa su profesión. Esta era la oportunidad ideal para dejar de ser niños y finalmente convertiste en adultos, sin espera de que alguien más -como casi siempre sucede- les resuelva toda la papeleta.
Es lo que digo yo.
Twitter @LuisCuesta_

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